La vida errante de K. D. antes de morir esposado en un centro de menores de Valladolid
La autopsia revela que el menor, que falleci¨® el pasado jueves, ten¨ªa 17 a?os y no 14 como se cre¨ªa, y que pudo ser a causa de una patolog¨ªa cardiaca
K. D., el adolescente que muri¨® el pasado jueves tras ser esposado y reducido por los vigilantes en el centro de internamiento de menores Zambrana de Valladolid, sufr¨ªa problemas cardiacos y era tres a?os mayor de lo que hab¨ªa declarado. As¨ª se desprende de la autopsia, que ha revelado que el joven ten¨ªa 17 a?os y no los 14 que supuestamente hab¨ªa hecho constar cuando lleg¨® a Espa?a el 29 de noviembre. K. D. se encontraba en este centro, dependiente de la Junta de Castilla y Le¨®n, por sus frecuentes brotes violentos, seg¨²n fuentes de la Fiscal¨ªa, el ¨²ltimo de los cuales trataban de atajar los guardias cuando le sobrevino la muerte.
Al joven, de origen tunecino, lo tutelaba la Junta de Castilla y Le¨®n tras llegar a Espa?a el 29 de noviembre. Lo hizo solo, en tren, desde Suiza. En ese pa¨ªs hab¨ªa sido operado de un problema g¨¢strico, aunque fuentes conocedoras de su historial precisan que se escap¨® del hospital un d¨ªa antes de recibir el alta. Nadie sabe bien c¨®mo lleg¨® a Valladolid, pero s¨ª que ten¨ªa un conocido en un centro de menores en Zamora. Los polic¨ªas que lo localizaron vagando abrieron un procedimiento que termin¨® con la Junta haci¨¦ndose cargo del chico, que dec¨ªa tener 14 a?os. Primero ingres¨® en un centro de asistencia en esta ciudad, pero su comportamiento violento provoc¨® su traslado a otro de la misma provincia. All¨ª, persisti¨® en su actitud y fue conducido al Zambrana de Valladolid, conocido por su severidad.
Los monitores y la administraci¨®n del centro pronto descubrieron su car¨¢cter violento, seg¨²n la Fiscal¨ªa. El joven no hablaba castellano, tal y como confirman fuentes de un caso, que est¨¢ siendo investigado por un juzgado y por el Defensor del Pueblo. El protocolo marca que los monitores, si se ven desbordados, pueden avisar para que los vigilantes intervengan de forma ¡°f¨ªsica¡±, mediante su fuerza propia, o ¡°mec¨¢nica¡±, con esposas, si no logran aplacar al menor. K. D. ya hab¨ªa protagonizado trifulcas, seg¨²n revelan los partes que se abren cuando alguien se pone tan violento que deben aparecer los guardias, y el jueves sufri¨® otro arrebato. ¡°Ya llevaba mal todo el d¨ªa¡±, detallan voces conocedoras de lo ocurrido, hasta que estall¨® a la hora de cenar. El norteafricano arroj¨® la bandeja con la comida, se puso muy agresivo y comenz¨® el conflicto.
Los adultos avisaron a dos guardias, que se desplazaron poco antes de las 10 de la noche a esos chalets donde residen los menores en tratamiento de ¡°socializaci¨®n¡±, separados de quienes siguen un r¨¦gimen de ¡°reforma¡±, m¨¢s estricto, para quien ha cometido delitos. Esas casas no cuentan con c¨¢maras que registraran la acci¨®n de los guardias, si bien el informe remitido sobre estos hechos ¡°no llama la atenci¨®n ni es extra?o¡±, seg¨²n confirman fuentes cercanas a la investigaci¨®n. La labor judicial deber¨¢ determinar si alguien se excedi¨® en esa sala com¨²n donde ocurri¨® esta retenci¨®n. Los operarios redujeron f¨ªsicamente a K. D. durante cuatro minutos, pero al seguir rebel¨¢ndose lo esposaron durante 12. Las normas se?alan que esta clase de intervenciones deben ser ¡°proporcionales¡± y aplicarse solo en episodios cr¨ªticos. El chaval parec¨ªa m¨¢s tranquilo pero cuando lo soltaron volvi¨® a excederse, de modo que los vigilantes volvieron a someterlo f¨ªsicamente pero solo durante un par de minutos: el chico ya no respond¨ªa.
Los esfuerzos de los sanitarios por reanimarlo fracasaron y el Zambrana se enfrenta a una muerte que ha excitado a los dem¨¢s internos, seg¨²n voces cercanas al centro, porque se corrobora su teor¨ªa de que est¨¢n ¡°en una c¨¢rcel¡± y ¡°sometidos¡±. ¡°Este chico se inventaba patolog¨ªas y no se dejaba tratar cuando lo hospitalizaban¡±, explican quienes coincidieron con ¨¦l, que destacan su comportamiento violento. Seg¨²n fuentes conocedoras de la autopsia, esta ha constatado que el tama?o del coraz¨®n del chico es mayor de lo normal, algo que puede implicar disfunciones card¨ªacas en momentos de alteraci¨®n como una trifulca. Ello abona la tesis de la Consejer¨ªa de Familia, que ha defendido la labor de los guardias, aunque voces internas critican que a veces se propasan. Sobre sus 17 a?os y no los 14 que dijo tener, las fuentes reconocen que f¨ªsicamente K. D. aparentaba la edad que determina el examen forense, pero su caso no requer¨ªa someterle a pruebas espec¨ªficas de edad.
El recorrido vital del fallecido, a?aden, encaja m¨¢s con los 17 que los 14 porque el chico relataba que sali¨® de T¨²nez a los 11 a?os rumbo a Sicilia (Italia), donde resid¨ªa su padre. Desde all¨ª, contaba ¨¦l, viaj¨® por Holanda o Alemania antes de acabar en el hospital suizo desde donde parti¨® hacia Espa?a. La Junta, mediante el consulado tunecino, ha contactado con la madre, con quien el menor apenas ten¨ªa v¨ªnculo, para saber si quiere llevar el cuerpo a su pa¨ªs o que se entierre en Valladolid, siempre por el rito musulm¨¢n de darle sepultura sin ata¨²d y mirando a la Meca. A¨²n no se sabe qu¨¦ ser¨¢ del cuerpo de K. D. hasta que la investigaci¨®n revele qu¨¦ acab¨® con su vida en un centro de menores.
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