PSOE y Unidas Podemos, infidelidad consentida en sede parlamentaria
Los socios convierten en habitual votar por separado: 17 veces desde febrero. Los socialistas piden ¡°madurez¡± y UP dice que se han ¡°normalizado las diferencias¡±
La versi¨®n optimista es que las medidas para aliviar el alza de los precios, aprobadas el martes por el Gobierno, han sellado las muchas brechas que se hab¨ªan abierto entre los socios de la coalici¨®n. La pesimista se podr¨ªa encontrar buceando en lo ocurrido esta semana en el Congreso de los Diputados: votaciones separadas de PSOE y Unidas Podemos (UP) o fuertes discrepancias sobre cuestiones como el giro en la pol¨ªtica respecto al S¨¢hara Occidental o el intento socialista de garantizar un puesto en el Tribunal Supremo a los fiscales del Estado cesantes. ?Con cu¨¢l de las dos versiones quedarse entonces? Sus actores se aferran a la primera, aseguran que todos quieren ¡°cuidar la coalici¨®n¡± y que en el Parlamento tampoco existe en estos momentos una especial tensi¨®n entre ellos. El juego, sin embargo, no contenta a todos por igual. UP se siente c¨®modo aireando sus diferencias. Los socialistas preferir¨ªan despacharlas fuera del alcance de los focos.
En los dos meses del actual periodo de sesiones del Congreso, desde comienzos de febrero, los socios del Gobierno se han posicionado de forma diferente en hasta 17 votaciones. Si bien ninguna ha afectado a proyectos legislativos del Gabinete de Pedro S¨¢nchez, s¨ª han revelado divergencias de criterio sobre cuestiones muy relevantes: la fiscalidad, la pol¨ªtica energ¨¦tica, la gesti¨®n del ingreso m¨ªnimo vital, la persecuci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo o la prisi¨®n permanente revisable. Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, sostiene que no es nada que deba sorprender: ¡°En 40 a?os no hab¨ªa habido un Gobierno de coalici¨®n y al principio se montaba un esc¨¢ndalo cuando suced¨ªan estas cosas. Ahora ya no, se ha normalizado. Porque esto es lo normal en las coaliciones de gobierno en todos los pa¨ªses. Tenemos cosas en com¨²n, pero somos fuerzas pol¨ªticas diferentes y a veces defendemos posiciones diferentes. Eso hay que asumirlo de forma natural y gestionarlo con lealtad¡±.
Echenique subraya sus buenas relaciones con el portavoz socialista, H¨¦ctor G¨®mez, quien lo corrobora, aunque matiza que ¨¦l preferir¨ªa dirimir ciertos asuntos en privado para que las disensiones fuesen menos visibles: ¡°Nos gustar¨ªa m¨¢s madurez en el Gobierno de coalici¨®n y entre los grupos que lo formamos. Somos diferentes, cierto, es l¨®gico que no siempre opinemos lo mismo, pero es bueno intentar limar las diferencias internamente. Creo que eso es lo mejor para seguir consolidando la coalici¨®n¡±.
El movimiento de la parte socialista del Gobierno sobre el S¨¢hara sin informar a sus socios todav¨ªa escuece. Y esta semana Unidas Podemos ha vuelto a quejarse de que el PSOE tampoco les puso al tanto de su intento de garantizar por ley una plaza en el Supremo a la actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado, para cuando abandone el cargo. El PSOE ha recurrido a una maniobra cuestionada por casi todos los dem¨¢s: una enmienda a una ley completamente ajena a la cuesti¨®n, la que regular¨¢ los procesos de quiebra de empresas. Voces destacadas de UP acusan al PSOE en privado de intentar ignorarlos en asuntos de gran calado. Echenique prefiere mostrarse conciliador: ¡°No nos avisaron y no nos gusta, pero es verdad que otras veces ¡ªaunque menos¡ª tampoco nosotros los hemos avisado a ellos. En esto al principio hab¨ªa cierta asimetr¨ªa, porque el PSOE tomaba sus iniciativas, pero le parec¨ªa mal que nosotros lo hici¨¦semos. Eso se est¨¢ corrigiendo¡±.
Un ejemplo de divergencia resuelta pac¨ªficamente fue lo que ocurri¨® el pasado martes, cuando los socialistas se adhirieron a una iniciativa de PP y Ciudadanos para aumentar los supuestos en que se aplica la prisi¨®n permanente revisable, rechazada por UP. El PSOE se lo comunic¨® antes a sus socios, estos asumieron sus explicaciones, aunque sin compartirlas, y ambos votaron por separado sin que se produjese ning¨²n encontronazo p¨²blico.
Existe una evidente discrepancia de fondo en las estrategias parlamentarias de los coligados. UP empuja para apoyarse siempre en el llamado bloque de la investidura ¡ªizquierda y nacionalistas¡ª mientras el PSOE nunca ha desistido de procurar otros acuerdos por la derecha. Es la llamada ¡°geometr¨ªa variable¡±, una apuesta llena de riesgos, como demostr¨® el folletinesco episodio de la reforma laboral y admite el propio G¨®mez: ¡°Nosotros hablamos con todos los grupos para buscar el mayor n¨²mero de apoyos posibles. Pero no es sencillo, todos vemos la actitud destructiva de la derecha. La mayor¨ªa en el Congreso es la que es, no hay mucho m¨¢s¡±.
Vivir en coalici¨®n es una carrera de sobresaltos y un examen permanente. El de la semana pr¨®xima ser¨¢ de los peliagudos. UP ha pactado un texto con ERC y EH Bildu para que el Congreso reafirme su adhesi¨®n a la doctrina de la ONU sobre el S¨¢hara. Hasta ah¨ª no hay problema, los socialistas est¨¢n dispuestos a avalarlo. Lo que ocurre es que la resoluci¨®n va acompa?ada de un texto que reprueba la posici¨®n adoptada por ¡°una parte del Gobierno¡±. G¨®mez est¨¢ convencido de que la derecha lo apoyar¨¢ para intentar ¡°fracturar¡± al Ejecutivo y ponerlo en evidencia. Los socios, de momento, ni han hablado. Y esto s¨ª que no se podr¨¢ despachar como otra banal infidelidad.
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