Feij¨®o cambia el discurso: de S¨¢nchez a se?or presidente
Feij¨®o entierra el discurso de falta de legitimidad del presidente del Gobierno, pero sin dar tregua
Casi tres horas de conversaci¨®n dieron lo suficiente como para constatar que los dos interlocutores se respetan, se pueden mirar francamente a los ojos e incluso hacerse confidencias. Esa impresi¨®n tuvieron el presidente Pedro S¨¢nchez, y el l¨ªder del PP, Alberto N¨²?ez Feij¨®o tras la reuni¨®n que mantuvieron el jueves en el Palacio de la Moncloa. Otra cosa es la pol¨ªtica. Los intereses respectivos, los condicionamientos de cada uno y el convencimiento profundo de que son adversarios pol¨ªticos, sin paliativos, les obligar¨¢n a mantener las espadas en alto. Se juegan lo m¨¢s: ser Gobierno o estar en la oposici¨®n.
La reuni¨®n del pasado 7 de abril entre el l¨ªder socialista y el del PP se sald¨® sin acuerdos concretos, pero no fue in¨²til. Toda la etapa de Pablo Casado se caracteriz¨® por la descalificaci¨®n absoluta de la acci¨®n del Gobierno. Nada extraordinario. S¨ª chirriaron las formas por los insultos personales y, acaso lo m¨¢s peligroso, la siembra constante de dudas sobre la legitimidad del Gobierno de coalici¨®n.
Esas dudas sobre la legitimidad de ejercicio de Pedro S¨¢nchez no las esparcir¨¢ Alberto N¨²?ez Feij¨®o, presidente del Gobierno de Galicia desde hace 13 a?os. ?l es presidente auton¨®mico, y representante del Estado en la comunidad de Galicia, hasta dentro de unas semanas, y S¨¢nchez es el leg¨ªtimo presidente del Gobierno votado por el Congreso de los Diputados. ¡°No es un tal S¨¢nchez, es el presidente del Gobierno¡±. Esta sentencia de fuentes populares diferencia el trienio casadista del comienzo de la etapa de N¨²?ez Feij¨®o. No es poco, pero no hay mucho m¨¢s.
Salvadas las formas, es el momento de que S¨¢nchez y Feij¨®o entren en materia. S¨ª hay posibilidades de reiniciar la negociaci¨®n del CGPJ, pero no es un asunto que apasione a Feij¨®o. Tampoco lo que les espera a partir de este lunes. No ser¨¢ una jornada c¨®moda para el dirigente conservador al inaugurarse en Castilla y Le¨®n la entrada de Vox en un Gobierno auton¨®mico presidido por el PP. Es el principio probable de una tanda de coaliciones de ese color tras las elecciones auton¨®micas y municipales de mayo del pr¨®ximo a?o. El PSOE pondr¨¢ esta realidad al frente de su discurso pol¨ªtico como llamada de atenci¨®n a los ciudadanos contrarios a tener a Vox en la toma de decisiones de una comunidad, en un ayuntamiento y, despu¨¦s, en el Gobierno de la Naci¨®n. El resultado en primera vuelta de las elecciones francesas de este domingo, con pase a la segunda del centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, dan soporte argumental al discurso de la izquierda espa?ola. Si la socialdemocracia y los liberales europeos contienen la respiraci¨®n ante el fantasma de la ultraderecha, no iba a ser menos en Espa?a. Feij¨®o siempre se enorgulleci¨® del nulo calado del mensaje, las proclamas y los l¨ªderes de Vox en Galicia. Ahora, tiene que digerir y asumir que el partido de la ultraderecha espa?ola s¨ª tiene predicamento en la mayor parte de Espa?a. Sin ellos, puede que el PP no pueda gobernar. Por convicci¨®n, no abunda en el PP quien desee esa alianza, recalcan fuentes populares. El reto del PP es no necesitar a Vox en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas; el de Abascal es que los necesiten, sin apartarse del objetivo de superar a los populares.
La alianza en ciernes de la derecha y la ultraderecha, que el PSOE invocar¨¢, tendr¨¢ respuesta inmediata de N¨²?ez Feij¨®o. Nunca tuvo mucha necesidad de ir a rebufo del discurso nacional de su partido sobre ¡°el Gobierno de comunistas, independentistas y bilduetarras¡±, como ha quedado acu?ado en todos los argumentarios del PP. S¨ª la tiene ahora. El dirigente gallego responder¨¢ a los socialistas por su atrevimiento al criticar lo del PP con Vox cuando ellos gobiernan gracias a los comunistas y a los que no creen en Espa?a, seg¨²n adelantan en las filas populares.
No puede haber tregua entre S¨¢nchez y Feij¨®o. S¨ª algunos acuerdos porque el nuevo l¨ªder quiere demostrar que su partido es de Estado y de Gobierno y, por tanto, en una situaci¨®n de extrema gravedad en la que est¨¢ inmersa Espa?a, no puede negarse a todo. Si le parece que es insuficiente la propuesta econ¨®mica del decreto de medidas sobre las consecuencias de la guerra, resultar¨¢ extra?o que el PP pase a los anales del Congreso con un no en la votaci¨®n. Acaso, se abstendr¨¢, calibran en el PP, donde se prepara un documento con propuestas econ¨®micas para esta situaci¨®n. Entonces no hubo tal propuesta en la reuni¨®n de Feij¨®o con S¨¢nchez, seg¨²n recalcan en La Moncloa. El discurso de bajada de impuestos, en general, y del IRPF en particular, es rechazado de plano por el Gobierno aunque esperan ese documento y esa propuesta para analizarla con la predisposici¨®n de echarla por tierra.
M¨¢s all¨¢ de la ilusi¨®n que Feij¨®o ha despertado en las filas de la derecha, que no es poco, no vislumbra un sendero de rosas. Vox no se lo permitir¨¢ y la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso, ha reavivado el discurso de que con el Gobierno de S¨¢nchez no se pacta.
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