El PP: la ola y la espuma

Los datos del CIS de abril refuerzan la impresi¨®n, apuntada en algunas de las encuestas que han ido apareciendo recientemente, de que el Partido Popular ha superado su crisis interna, que llev¨® a la dimisi¨®n de Casado y a la convocatoria de un congreso extraordinario, que encumbr¨® a N¨²?ez Feij¨®o como nuevo l¨ªder de la formaci¨®n. Precisamente la coincidencia en el tiempo entre la celebraci¨®n del congreso y el trabajo de campo del bar¨®metro del CIS (durante los nueve primeros d¨ªas del mes) obliga a preguntarse qu¨¦ parte del aumento del voto pronosticado para los populares es s¨®lida y qu¨¦ parte se debe al impacto comunicativo de aquellos d¨ªas. Cu¨¢nto de lo que vemos se debe a la ola y cu¨¢nto es s¨®lo su espuma.

El bar¨®metro de abril debe leerse como la continuaci¨®n de una tendencia que viene observ¨¢ndose desde febrero. El PP ven¨ªa mostrando una clara l¨ªnea descendiente desde que toc¨® el cielo en verano, despu¨¦s del rotundo resultado de Ayuso en las auton¨®micas de Madrid. La resaca le dur¨® a los populares hasta febrero, cuando se desat¨® la guerra interna que acab¨® con la salida de Casado. Desde entonces, los indicadores del PP no han hecho m¨¢s que mejorar, sondeo tras sondeo, hasta hoy. La estimaci¨®n del CIS dibuja un escenario en el que los populares tienen a tiro de piedra al PSOE.

El escenario actual es en parte un retorno al del pasado verano. La alegr¨ªa parece haber vuelto en la casa popular. Desde enero, el PP ha recuperado m¨¢s de seiscientos mil votantes fieles, que antes mostraban intenci¨®n de irse a Vox o a Cs, o que se refugiaban en la indecisi¨®n, el term¨®metro del desencanto. La tasa de fidelidad de los populares se situar¨ªa hoy por encima del 75%, casi diez puntos m¨¢s que la del PSOE, aunque ¨¦ste seguir¨ªa por delante en voto contante y sonante (los fieles del PSOE sumar¨ªan 4,6 millones, por 3,9 los del PP).

La diferencia entre socialistas y populares se encuentra en el voto a disposici¨®n en sus respectivos espacios, el voto circundante. En el caso del PP este voto es mucho mayor que en el caso de los socialistas, y los populares muestran una gran capacidad de exprimir los caladeros que tiene a su alrededor. Es el caso del espacio de Cs, que el PP est¨¢ reba?ando a consciencia. Seg¨²n este CIS, casi cuatro de cada diez votantes naranja optar¨ªan hoy por el PP, m¨¢s de 600.000 votos. Aqu¨ª los populares le han ganado claramente la partida al PSOE, que conseguir¨ªa atraerse a menos de cien mil de los antiguos votantes de Cs.

Algo similar pasa en la frontera con Vox, pero el movimiento es m¨¢s sospechoso por abrupto. En este sondeo se observa un trasvase repentino de votantes de Vox al PP, que claramente parece obedecer a la coyuntura. Tambi¨¦n se aprecia un incremento repentino de intenci¨®n de voto al PP entre los que declaran que se abstuvieron en las elecciones generales de noviembre de 2019. Nunca en la actual legislatura se hab¨ªa visto una ventaja tan evidente de los populares en este segmento.

El cierre de la crisis interna del PP ha generado una ola, sin duda. N¨²?ez Feij¨®o ha devuelto la esperanza al voto popular y consigue proyectarse m¨¢s all¨¢, hacia el espacio de Cs, y tambi¨¦n sobre una parte del espacio del PSOE. Pero no deber¨ªa confiarse de los movimientos que se dan en su flanco derecho. La frontera popular con Vox es de una porosidad y volatilidad extraordinarias. Es la espuma del momento que acabar¨¢ desvaneci¨¦ndose, m¨¢s temprano que tarde.

En la pol¨ªtica de nuestro tiempo la reacci¨®n de la opini¨®n ante los impactos es mayor que antes, pero su vigencia es muy corta y las r¨¦plicas acostumbran a ser imprevisibles. Cuando gan¨® la primaria de su partido, a principios del pasado diciembre, Val¨¦rie P¨¦cresse subi¨® hasta el 20% de la estimaci¨®n de voto y, por un momento, pareci¨® que se clasificar¨ªa para la segunda vuelta de las presidenciales francesas. S¨®lo cuatro meses despu¨¦s, el pasado domingo, consigui¨® menos del 5%.