El tricornio que restituye el honor del cabo Godoy, el primer fusilado en Riotinto de la Guerra Civil
Los restos del uniforme de la Guardia Civil hallados en la fosa de la localidad onubense permiten identificar al primer fusilado de la localidad, que se mantuvo leal a la Rep¨²blica, cuya memoria ha reconocido el Instituto Armado
Finales de abril de 2022. Fosa n¨²mero 86 de la cuartelada 21 del cementerio de Riotinto (Huelva). El equipo que dirige el arque¨®logo Andr¨¦s Fern¨¢ndez localiza junto a los restos de un represaliado de la Guerra Civil el bot¨®n de una solapa y uno de los tres de la manga izquierda de un uniforme de la Guardia Civil. El pulso de los t¨¦cnicos empieza a acelerarse y se desboca cuando a los pies encuentran un tricornio en muy mal estado. Los indicios son claros. Se trata del cabo Luis Ortega Godoy, m¨¢s conocido como cabo Godoy, el primer fusilado por las tropas sublevadas de la localidad de la cuenca minera onubense por cumplir con su deber y mantenerse leal al Gobierno de la II Rep¨²blica, neg¨¢ndose al mandato de Queipo de Llano de que todos los cuarteles andaluces depusieran las armas.
Fue ejecutado el 26 de agosto de 1936. 86 a?os despu¨¦s, dos de sus nietos, Luis M¨¦ndez Ortega y Mar¨ªa Itat¨ª Palacio Ortega, se encontraron con sus restos este lunes en una ceremonia de exhumaci¨®n en la que estuvieron presentes la directora de la Guardia Civil, Mar¨ªa G¨¢mez, y el secretario de Estado de Memoria Democr¨¢tica, Fernando Mart¨ªnez. Un acto que serv¨ªa para empezar a resta?ar el dolor de una familia larga y rota, y para reparar el honor de un h¨¦roe, cuya muerte sumi¨® a su viuda y sus siete hijos en una espiral de ¡°humillaci¨®n, hambre y pobreza extrema¡±, como relata Itat¨ª.
¡°Haberlo encontrado es maravilloso, es un sue?o cumplido¡±, explica su nieta desde Murcia, donde reside, un d¨ªa despu¨¦s del emotivo reencuentro con su abuelo. Su acento argentino delata una vida marcada por el exilio, una de las muchas consecuencias del fusilamiento del cabo Godoy. ¡°Ha estado muy presente en nuestra familia. Nuestra abuela Magdalena siempre nos habl¨® de ¨¦l como lo que fue, un h¨¦roe. Sus hijos nunca le echaron la culpa de lo que les sucedi¨® despu¨¦s¡±, abunda.
Porque tras el alzamiento militar, el cabo Godoy, destinado en el puesto de Alto de la Mesa, entren¨® a los mineros de Riotinto que se presentaron voluntarios, para frenar el avance de los sublevados. Al frente de medio millar de estos milicianos mineros, el guardia civil se enfrent¨® a las tropas franquistas el 7 de agosto en El Empalme, cerca de Valverde del Camino. Despu¨¦s volvi¨® al cuartel y de all¨ª lo sacaron para fusilarlo. El diario ABC de Sevilla daba una versi¨®n de su ejecuci¨®n el 29 de agosto de 1936. ¡°Alto, grueso, con gafas, fue un inducido por la lectura de ciertos peri¨®dicos burgueses al servicio del marxismo, que, no obstante, los despreciaban. Al tenerse noticias en la Cuenca Minera de la llegada de las fuerzas militares, algunos cabecillas, como Molina, huyeron¡ Pero el cabo Godoy, alentando no sabemos qu¨¦ esperanzas de perd¨®n, se meti¨® en la cama, fingiendo enfermedad. As¨ª fue detenido. Y hasta el ¨²ltimo momento alent¨® esperanzas de salvaci¨®n¡ No dio la cara al pelot¨®n, ni la espalda. De costado, mirando hacia la parte de Nerva, escuch¨® la breve arenga del comandante, que le acusaba de traidor a sus hermanos y a la Patria. ?Carguen! ?Fuego! Fueron las voces que se dieron casi al mismo tiempo¡±.
¡°No es verdad que se escondiera en la cama. Estaba vestido y con los botones abrochados desde el primero hasta el ¨²ltimo y con su tricornio puesto. Los esper¨® vestido, como lo enterraron. Como se ha podido ver en la exhumaci¨®n¡±, se?ala Irat¨ª. El cabo Godoy ten¨ªa 44 a?os y dejaba una viuda de 36 y siete hijos, el m¨¢s peque?o, Enrique, de un a?o. ¡°A mi abuela la obligaron a beber aceite de ricino, le bajaron las bragas, le levantaron las faldas y le dieron el pase¨ªllo¡±, cuenta entre l¨¢grimas su nieta. A Luis, el mayor de sus hijos, le hicieron un simulacro de fusilamiento y luego se lo llevaron a un campo de concentraci¨®n. Por eso falta de la foto que Magdalena se tom¨® con el resto de sus hijos en Casablanca (Marruecos), donde se refugiaron. All¨ª se casaron algunos de los hijos del cabo Godoy. Pepita, la mayor, se fue C¨®rcega, donde naci¨® Luis M¨¦ndez. Otros cuatro, entre ellos Rosario, la madre de Itat¨ª, marcharon a Argentina. ¡°Mi familia es un rompecabezas, todo desarmado, y encontrar a mi abuelo es la pieza que lo une todo¡±, reconoci¨® Luis durante la ceremonia.
El valor del sepulturero
El ABC dej¨® constancia del fusilamiento de su abuelo, pero la familia ignoraba d¨®nde estaba enterrado. Los tres nietos que regresaron a Espa?a empezaron a buscar m¨¢s en serio cuando tom¨® br¨ªo el movimiento memorialista. ¡°Me puse en contacto con la Guardia Civil, para conseguirle una pensi¨®n de viudedad a mi abuela, pero no ten¨ªamos certificado de defunci¨®n¡±, cuenta Itat¨ª. La indagaci¨®n los llev¨® hasta el libro Memoria Vindicada 1936-1939, sobre los fusilados en la comarca minera de Huelva, escrito por dos de sus vecinos, Alfredo Moreno y Gilberto Hern¨¢ndez.
En ¨¦l se recogen las anotaciones que hizo el sepulturero del cementerio de Riotinto en las que escribi¨® las iniciales C. G., la fecha del fusilamiento y d¨®nde se enterr¨®. ¡°Con esas iniciales se conoc¨ªa al cabo Godoy y son las que se utilizan en el sumario del desarme de los cuarteles de la cuenca minera, donde aparece como uno de los defensores ya fallecido¡±, relata Moreno. ¡°Si no hubiera sido por la valent¨ªa del sepulturero, no hubi¨¦ramos dado con el cabo Godoy¡±, explica emocionado.
Son sus exhaustivos trabajos de documentaci¨®n con los que el equipo de Fern¨¢ndez trabaja en la primera fase de las exhumaciones de Riotinto. El cruce de datos de Moreno y Hern¨¢ndez determina que en el cementerio podr¨ªan estar enterrados hasta 211 represaliados. ¡°Con las anotaciones del sepulturero podr¨ªan identificarse hasta 10 m¨¢s¡±, apunta el investigador, trabajador de la mina jubilado, como su colega. ¡°Si nuestras investigaciones han servido para que una familia haya encontrado a su abuelo, para que se haga justicia, todo lo dem¨¢s huelga¡±, cuenta. El cabo Godoy fue el primero en ser ejecutado en Riotinto y el primero de los exhumados ¡ªtres hasta el momento¨D en ser identificado.
Cuando comenzaron los trabajos de exhumaci¨®n, el 24 de marzo de este a?o, Moreno cuenta que le dijo a uno de los arque¨®logos que ten¨ªa que sacarle un tricornio de la fosa porque lo hab¨ªa so?ado mientras escrib¨ªa el libro. ¡°Tu sue?o se ha hecho realidad¡±, le dijo Fern¨¢ndez cuando lo llam¨® a finales de abril, tras recuperar el sombrero. ¡°Lo m¨¢s gratificante de este trabajo es darle respuesta a las familias¡±, afirma el arqueol¨®go. ¡°La sensaci¨®n cuando localizamos los indicios que apuntaban al cabo Godoy es indescriptible¡±, abunda.
Rosario, la madre de Itat¨ª, era la menor de las hijas del cabo Godoy y ten¨ªa tres a?os cuando lo fusilaron. Fue tambi¨¦n la ¨²ltima en fallecer. Lo hizo hace seis meses, con 88 a?os ¡ªcasi coincidiendo con los trabajos de cata del cementerio¡ª. ¡°En 2006 estuvo con su hermana Pepita junto al monolito del cementerio de Riotinto que recuerda a los fusilados. No sab¨ªan que a 20 metros estaba su padre¡±, cuenta su hija. ¡°Llegamos tarde¡±, se lamenta Fern¨¢ndez, pero Itat¨ª sabe que, 86 a?os despu¨¦s, lo que menos importa es el cu¨¢ndo. Lo que cuenta es que el honor violentado de su abuelo se ha restituido y que las piezas del puzle familiar que su asesinato desbarat¨® empiezan a juntarse. ¡°Mi abuelo descansar¨¢ en el cementerio de Marbella, donde est¨¢ enterrada mi abuela¡±, cuenta.
Una de las fosas rurales m¨¢s grandes de Espa?a
No es la primera vez que el arqueólogo Andrés Fernández ha encontrado a guardiaciviles en fosas del franquismo, pero en el caso del cabo Godoy sí que es la primera en la que las insignias de la Guardia Civil no están arrancadas. “Es una muestra de cierto reconocimiento”, explica. Su cuerpo está también en una mejor disposición que el resto de los que han exhumado, dos de ellos sobre el cadáver de Luis Ortega, lo que corrobora las sospechas de que fue el primer fusilado de Riotinto. El resto de los nueve que han localizado tienen signos de violencia -alguno con disparos en la espalda- y han sido enterrados en cal viva.
La de Riotinto es una de las fosas rurales del franquismo más grandes de España –“la segunda después de la de Nerva”, apunta Fernández-. Los trabajos de cata empezaron en mayo del año pasado. La primera fase de las tareas de exhumación -con un coste de 50.000 euros financiados exclusivamente por el Gobierno de España- está previsto que termine en junio (hay cinco fases correspondientes a las cinco zanjas o fosas que se han señalado). El equipo de Fernández, formado por dos arqueólogos y una antropóloga forense, calcula que recuperarán entre 40 y 50 cuerpos.
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