Otra vez salt¨® el fusible del CNI
Aun con causas distintas, la elecci¨®n final de la destituci¨®n de Paz Esteban como directora del centro nacional de inteligencia ha sido similar a la que yo padec¨ª: cesar a una persona sin atribuirle formalmente ninguna responsabilidad
Los tiempos han cambiado, pero los mismos problemas siguen presentes. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha vuelto a ser protagonista en estos d¨ªas de las portadas de peri¨®dicos y aperturas de informativos. Parece que la actualidad se empe?a una vez m¨¢s en poner al CNI en el centro del debate pol¨ªtico.
El servicio de inteligencia es uno de los pilares de la seguridad nacional y trabaja en el marco del Estado de derecho. Forma parte de la estructura del Estado y, en sus actuaciones, no es ajeno ni a las directrices pol¨ªticas que se dictan desde el Gobierno ni, por supuesto, al cumplimiento de las leyes. Sus instrucciones est¨¢n en la Directiva de Inteligencia que aprueba la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos de Inteligencia.
La catarata de acontecimientos medi¨¢ticos en que se ha visto envuelta la exdirectora del centro Paz Esteban afectan sin duda a su imagen p¨²blica, a la que se ha puesto en cuesti¨®n por su supuesta falta de diligencia en las labores de direcci¨®n, como al propio CNI en el desarrollo de sus actuaciones en un asunto pol¨ªticamente muy delicado que afecta a una etapa traum¨¢tica de la m¨¢s reciente historia de Espa?a.
Como ciudadano me preocupa especialmente el deterioro que la imagen p¨²blica de la instituci¨®n ha sufrido y las consecuencias que esto pudiera traer para el desempe?o de sus importantes funciones en el futuro.
Puedo entender perfectamente lo que est¨¢ sintiendo desde este martes la exdirectora del CNI. Son escenarios diferentes, motivos y causas distintos, pero digamos que la elecci¨®n final de quienes toman las decisiones ha sido similar a la que yo padec¨ª: cesar a una persona sin atribuirle formalmente ninguna responsabilidad ni tampoco, por tanto, posibilidad de defenderse.
Respeto a Paz Esteban, a quien conozco y junto a la que trabaj¨¦ en el per¨ªodo que form¨® parte de mi direcci¨®n. En esos momentos dif¨ªciles, cuando una persona es se?alada en p¨²blico, no tiene otra opci¨®n. Tiene que optar por proteger a la instituci¨®n. Uno dimite o acepta su cese y punto. La Casa debe seguir.
S¨ª es cierto que el cargo de secretaria de Estado directora del CNI tiene particularidades que otros equivalentes no tienen. Se conoce a este puesto como el ¡°cortafuegos¡±, aunque yo pienso que en realidad es m¨¢s bien un ¡°fusible¡± muy sensible que salta ante cualquier alteraci¨®n de la atm¨®sfera pol¨ªtica.
Tambi¨¦n conozco a Esperanza Casteleiro y le deseo todo lo mejor por ella misma y por el bien del centro. No tengo dudas de que lo har¨¢ bien, conoce la Casa y sabe c¨®mo actuar. En estos momentos lo que requiere la situaci¨®n es calma, reflexi¨®n y, en todo caso, revisar los procedimientos que se hayan quedado obsoletos con el paso del tiempo para actualizarlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.