Escuela o tanatorio, el dilema de Quintana del Marco
Un pueblo de Le¨®n se rebela contra el plan del Ayuntamiento de construir un centro funerario en el colegio cerrado por falta de ni?os
Unos dibujos infantiles ejercen de m¨¢quina del tiempo en la escuela abandonada de Quintana del Marco (Le¨®n, 300 habitantes). Los colorines retrotraen a un periodo anterior a 2016, cuando el colegio cerr¨® por falta de ni?os. Ahora, solo quedan telara?as, murales polvorientos y silencio. El castillo con cig¨¹e?as trazado por Yaiza o Yora y dedicado ¨D¡°para pap¨¢ y mam¨¢¡±¨D resiste en esta vieja villa romana fundada por el emperador Marco Aurelio en el siglo II, cuyo censo infantil ha claudicado ante la despoblaci¨®n. Rodrigo, Iv¨¢n o Victoria, que firman las ilustraciones infantiles, ya son mayores y no andan pintando almenas; como mucho, las fotograf¨ªan para Instagram. Hoy esas aulas olvidadas solo sirven como colegio electoral y como foco de debate: el Ayuntamiento quiere convertirlas en un tanatorio, mientras parte de los lugare?os pide ubicarlo en otro lado.
La realidad es testaruda: en Quintana hay m¨¢s personas cerca de la muerte que de aprender a sumar. La funeraria m¨¢s cercana se encuentra en La Ba?eza, a 15 minutos en coche, un paseo en una ciudad y una odisea para los ancianos que no conducen y quieren dar un ¨²ltimo adi¨®s. La propuesta estrella del equipo de gobierno (PP) era crear un tanatorio pero el d¨®nde divide a los vecinos. El alcalde, Jos¨¦ Luis Cubero, de 66 a?os, y su segundo, Andr¨¦s Carrera, de 67, defienden aprovechar la mitad de esas instalaciones en desuso y utilizar el resto con otros fines. ¡°Lo primero son los ni?os, pero no hay posibilidad de reapertura¡±, explican con vehemencia en la sala de plenos, y afirman que sale m¨¢s econ¨®mico construir un nuevo centro educativo que rehabilitar el actual, con un patio lleno de yerbajos y aulas descuidadas pero no ruinosas.
Sin alumnos
El t¨¢ndem consistorial a?ade que la direcci¨®n de Educaci¨®n les ha autorizado a gestionar el centro y les ha insistido en que los alumnos deben desplazarse a otros pueblos con escuelas activas. La Junta de Castilla y Le¨®n, si hay infraestructuras de calidad, cifra en tres el m¨ªnimo de alumnos para abrir un colegio rural, algo que seg¨²n Cubero y Carrera no se da en su municipio, porque han ¡°rebuscado en el padr¨®n¡± y no encuentran pupilos suficientes.
Aquello de ¡°Acepta las diferencias, vive en paz¡± que reza un bonito mural de la escuela no funciona extramuros. Quienes rechazan instalar las pompas f¨²nebres donde otrora corretearon sus hijos no van a rendirse. La comitiva espera, casualidad o no, frente a una pared con un ¡°fin caciques¡± escrito en blanco, aunque parece que desde hace a?os. Mar¨ªa Jos¨¦ Rubio y Goya Chana respaldan a Manuela Vidal, que encabeza la protesta, y a Pedro Crespo, concejal por Ciudadanos, que inici¨® la oposici¨®n al proyecto. Semejante grupo causa sorpresa a una se?ora mayor que pasea en andador, poco acostumbrada a tales multitudes un d¨ªa de diario no veraniego.
Vidal critica la ¡°inacci¨®n y cabezoner¨ªa¡± del Ayuntamiento, a quien reprocha que no d¨¦ nueva vida al edificio en forma de ludoteca o sala con ordenadores para permitir que familias j¨®venes regresen a Le¨®n para teletrabajar y empadronar a menores. Seg¨²n sus c¨¢lculos, s¨ª hay chavales suficientes para reabrir el cole, pues pronto llegar¨¢n a edad escolar unos beb¨¦s que necesitar¨¢n pupitres.
Chana se niega a que el tanatorio, que admite que es necesario, se construya en ese recinto: ¡°Me encadeno a la puerta¡±. Tampoco le convence que medio inmueble sirva de funeraria y lo dem¨¢s pueda adaptarse como escuela infantil ¨D¡°Nos van a salir los ni?os forenses¡±, ironiza¨D o sal¨®n de baile ¨D¡°con el fiambre al lado¡±¨D. Que las conocidas como ¡°escuelas nuevas¡±, que sustituyeron a aquellas ya desmanteladas donde hace d¨¦cadas estudiaban 50 ni?as y 50 ni?os, acaben con este destino l¨²gubre desagrada a Leandro P¨¦rez, con un hijo de casi tres a?os y que se instal¨® en Valderas para disponer de colegio. ¡°Si tuvi¨¦ramos aqu¨ª, s¨ª volver¨ªa, este a?o comienza las clases¡±, indica P¨¦rez junto a sus galgos. David de las Heras, tambi¨¦n treinta?ero, tiene otro reto?o de casi dos a?os y ve ¡°cantosa¡± la idea del Ayuntamiento, pues ¨¦l tambi¨¦n querr¨ªa que el chiquillo aprendiera al lado de casa.
Dos de las grandes beneficiadas si los profesores regresan a Quintana se llaman Luc¨ªa y Mar¨ªa, de ocho y cuatro a?os, que pedalean al atardecer sin mucho inter¨¦s en d¨®nde estudiar si ello implica seguir haciendo deberes. Sus padres, Cristina P¨¦rez y Luis de las Heras, s¨ª reclaman disponer de este recurso para ahorrarse llevarlas cada ma?ana a Alija del Infantado: ¡°Estar¨ªamos encantados¡±. Queda un a?o para las elecciones municipales, que marcar¨¢n si la divisi¨®n popular entra en las urnas que se dispongan en el colegio de la discordia. Quiz¨¢ para entonces la sala contigua albergue flores, rezos y ata¨²des.
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