Una escuela rural contra la Comunidad: los profesores se plantan
El equipo docente del colegio de Bustarviejo evidencia los problemas que sufren las escuelas rurales y asegura que el Gobierno regional desoye las necesidades b¨¢sicas de sus alumnos
El pueblo id¨ªlico de Bustarviejo vive con su escuela al borde del colapso. Profesores que no dan m¨¢s de s¨ª, clases con alumnos fuera de ratio, ni?os con necesidades especiales que todav¨ªa no han recibido un diagn¨®stico y un centro que se queda peque?o. En la sierra norte, a 55 kil¨®metros de Madrid, el pulm¨®n de la regi¨®n tiene un polvor¨ªn entre sus monta?as: el claustro al completo de la escuela rural Montelindo empezar¨¢ el pr¨®ximo lunes unos paros hasta nuevo aviso. Los profesores ya no pueden m¨¢s y han decidido jug¨¢rsela al todo o nada, aunque tengan que cargar a partir de ahora con algo inaudito: ser el primer colegio en 20 a?os en la regi¨®n en lanzarse a los paros indefinidos de forma individual y unilateral. Y el curso acaba de comenzar.
La escuela rural se siente abandonada, desatendida e incomprendida. La regi¨®n madrile?a cuenta con 1.117 centros p¨²blicos de infantil, primaria y secundaria. En Bustarviejo, 2.500 habitantes y un crecimiento de poblaci¨®n del 17,5% entre 2009 y 2019, la ¨²nica escuela que atiende a los ni?os de infantil y primaria es el CEIP Montelindo, con 232 matriculados hasta el momento, 12 de ellos diagnosticados con necesidades especiales. Ese n¨²mero puede oscilar durante todo el a?o porque, al ser el ¨²nico centro del pueblo, est¨¢ obligado a aceptar nuevas incorporaciones en cualquier momento, siempre que entren en su ratio legal. Este curso, el colegio ha recibido a 13 alumnos nuevos y ha dicho adi¨®s a dos profesores. M¨¢s ni?os, menos personal y una escuela que no se puede estirar m¨¢s. Inaugurada en 1981, la ¨²ltima reforma estructural que se hizo fue en 1991, cuando se dividieron varias aulas. ¡°Se ha quedado obsoleta, parece una escuela de Cu¨¦ntame¡±, explica Alberto P¨¦rez, padre de un alumno y representante del AMPA. ¡°Por supuesto, aqu¨ª olv¨ªdate de biling¨¹ismo o de aulas de tecnolog¨ªa¡±.
Montelindo se encuentra escoltado por monta?as. La paz de la escuela vac¨ªa a primera hora de la ma?ana se esfuma en cuanto sus estudiantes empiezan a invadir los pasillos del centro. Sus risas contrastan con las caras de preocupaci¨®n de sus profesores, que se han visto obligados a tomar la decisi¨®n de parar una hora al d¨ªa, a pesar de que saben que con cada jornada de protestas que suman al calendario, sus n¨®minas restan n¨²meros. Los ni?os, en ese tiempo, podr¨¢n disfrutar de un rato extra de recreo.
Raquel Mu?oz es la profesora del ¨²nico curso de segundo que tiene el centro, con 26 alumnos a su cargo. Es el ejemplo de una clase ¡°a punto de estallar¡±, seg¨²n incide su compa?era ?frica Blanco, encargada de un curso de primero. Esta clase ha recibido dos nuevas incorporaciones, dos ni?os de entre 7 y 8 a?os, de los cuales uno no ha sido escolarizado nunca. Adem¨¢s, su clase cuenta con tres menores con necesidades especiales, otros cuatro con problemas detectados y pendientes de evaluar, dos repetidores y tres que proceden de familias desestructuradas y tienen problemas ¡°importantes¡± socioecon¨®micos. Es decir, m¨¢s de la mitad de su clase necesita una atenci¨®n especial que, muy a su pesar, no les puede dar porque est¨¢ sola.
Por ese caso concreto, y por otras tres clases m¨¢s donde se excede el ratio legal de alumnos establecido por cada profesor (25), el colegio al completo ha decidido plantarse. Entre las peticiones que llevan siete a?os traslad¨¢ndole a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n se encuentra el desdoble de esas clases para atender mejor a los alumnos, un problema que, creen, se solventar¨ªa con dos profesores m¨¢s. El centro cuenta ahora con 12, adem¨¢s de tres personas del equipo directivo, las cuales han empezado a dar clases de m¨¢s para aliviar las horas de sus compa?eros. Incluso la directora, Elena Garc¨ªa-Matres, exenta de estas labores, realiza 12 horas lectivas a la semana para compensar los horarios de su claustro, extenuado y harto de quitarse tiempo personal para llevar al d¨ªa lo laboral.
Las caracter¨ªsticas de una zona rural son particulares y diversas. Por eso, el art¨ªculo 82 de la LOMCE, que trata sobre la Igualdad de Oportunidades en el mundo rural, se?ala que ¡°las administraciones educativas tendr¨¢n en cuenta el car¨¢cter particular de la escuela rural a fin de proporcionar los medios y sistemas organizativos necesarios para atender sus necesidades espec¨ªficas y garantizar la igualdad de oportunidades¡±.
En este caso, bas¨¢ndose en esas particularidades, adem¨¢s de la contrataci¨®n de dos nuevos profesores, la direcci¨®n del centro tambi¨¦n ha pedido que el profesional especialista en audici¨®n y lenguaje que tienen asignado les pueda dedicar m¨¢s horas a la semana. ¡°Ahora mismo hay 14 alumnos pendientes de evaluar que hemos detectado que tienen necesidades especiales, pero hasta que no pasen el protocolo no pueden recibir su educaci¨®n espec¨ªfica. Es frustrante, con algunos, con una correcta evaluaci¨®n, se puede evitar que se conviertan en un problema cr¨®nico¡±, explica la directora.
Desde la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, sin embargo, consideran que la dotaci¨®n de personal en Montelindo est¨¢ ajustada a la normativa. Recuerdan, eso s¨ª, que de los dos profesores que el centro ha pedido para este curso, le han concedido uno, ¡°que se incorporar¨¢ en breve¡±. Tambi¨¦n admiten que hay varias clases por encima del ratio, aunque aseguran que ¡°la normativa permite ampliar una clase hasta 28 por causas excepcionales¡±, a lo que CC OO, responde que la ley especifica que ¡°no se puede mantener la excepcionalidad de forma indefinida¡±.
Los pr¨®ximos paros s¨ª son, por ahora, indeterminados en Montelindo. Las horas del recreo salen ganando.
"Queremos las mismas oportunidades que los de la ciudad"
M¨¢s de la mitad de los 180 municipios de la Comunidad tienen menos de 5.000 habitantes, y es ah¨ª donde est¨¢n las escuelas rurales. En general se trata de poblaciones que cuentan con un ¨²nico centro que atiende a la poblaci¨®n en edad escolar, ya sea un CEIP ordinario, una Escuela Unitaria, independiente o integrante de un CRA (Colegio Rural Agrupado) o de un CEIPSO (Colegios de Educaci¨®n Infantil, Primaria y Secundaria Obligatoria).
Seg¨²n explican desde CC OO, ¡°los pueblos no interesan al Gobierno regional, es algo que puede comprobarse con la visita a cualquier centro y la consecuente constataci¨®n de que los equipamientos son mucho m¨¢s precarios que en centros urbanos¡±. Eso, insisten, ha provocado un descontento general y los paros de Bustarviejo amenazan con extenderse.
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n se defiende: ¡°Entendemos las particularidades de las escuelas rurales, pero tambi¨¦n hay cosas, como la ampliaci¨®n de un centro o las mejoras de dotaciones, que dependen de los Ayuntamientos¡±.
Desde el AMPA Montelindo, por su parte, han mostrado su apoyo total a las acciones del profesorado. ¡°Son reivindicaciones obvias. El pueblo crece, pero el colegio es el mismo¡±, se queja P¨¦rez. ¡°La carencia es brutal. Hay ni?os con una dislexia, por ejemplo, que se puede solucionar, pero necesitamos personal. Y luego ya est¨¢n los que tienen problemas serios, que es peor¡±. El apoyo al centro, por tanto, va m¨¢s all¨¢. ¡°Vamos a luchar por una soluci¨®n ambiciosa a medio y largo plazo, porque queremos mejorar la educaci¨®n de nuestros hijos, al menos que tengan las mismas oportunidades que los de la ciudad¡±.
Las reivindicaciones del centro
Desdoblar las cuatro clases que tienen m¨¢s de 25 alumnos, el ratio m¨¢ximo marcado por la ley. Eso conlleva dos profesores m¨¢s.
Contar con una especialista de Audici¨®n y Lenguaje (AL) por un tiempo no inferior a cuatro d¨ªas a la semana.
La atenci¨®n de un orientador un m¨ªnimo de tres d¨ªas a la semana. Ahora hay cuatro en toda la Sierra Norte de Madrid, lo que equivale a 15 localidades.
Un Profesor T¨¦cnico de Servicios a la Comunidad (PTSC), que acuda al colegio un d¨ªa a la semana.
Ampliaci¨®n del centro para contar con al menos tres espacios m¨¢s.
Apoyo educativo fuera del horario lectivo para el alumnado con situaciones socioecon¨®micas desfavorecidas.
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