El Togado de Pompelo: la casualidad que ha permitido su vuelta a casa 116 a?os despu¨¦s
El Museo de Navarra recupera la valiosa estatua romana que se cre¨ªa perdida y que reapareci¨® en Estados Unidos por una coincidencia
Corr¨ªa el a?o 1895 y, en el transcurso de unas obras en la pamplonesa calle de la Navarrer¨ªa, los operarios encontraron una estatua romana de bronce partida en tres grandes trozos. Un hallazgo casual que el constructor Jos¨¦ Aramburu y Elizaga, propietario de la pieza seg¨²n la legislaci¨®n de la ¨¦poca, cedi¨® a la Comisi¨®n Provincial de Monumentos de Navarra para su estudio. Pocos a?os despu¨¦s, en 1906, la reclam¨®, y desde entonces se hallaba desaparecida. En 2015, durante un congreso en Aalen (Alemania), una investigadora norteamericana la identific¨® durante una ponencia del director del Museo Arqueol¨®gico Provincial de Alicante, Manuel Olcina Dom¨¦nech, y asegur¨® que se encontraba en Estados Unidos. Hoy, 116 a?os despu¨¦s, est¨¢ expuesta en el Museo de Navarra.
No se sabe qu¨¦ ocurri¨® en todo este tiempo con el Togado de Pompelo, pero s¨ª llama la atenci¨®n la sucesi¨®n de casualidades que se han producido a lo largo de la Historia y que han permitido su recuperaci¨®n temporal para los dos pr¨®ximos a?os, acuerdo al que se ha llegado con el actual propietario de la pieza. Cuando en 1895 el constructor Aramburu y Elizaga entreg¨® la pieza a la Comisi¨®n Provincial de Monumentos, esta fue restaurada y durante ese proceso se le realiz¨® una fotograf¨ªa. Es la ¨²nica documentada hasta 2015 y con ella, apunta Irigaray, se han formado todas las generaciones de arque¨®logos espa?oles. No es un detalle balad¨ª, pues gracias a la existencia de esa imagen, ha sido redescubierta. Una vez se supo que estaba en Norteam¨¦rica, las pesquisas revelaron que hab¨ªa sido subastada en Christie¡¯s, que no se lleg¨® a vender en p¨²blico y que poco despu¨¦s fue adquirida por el actual propietario. ¡°?Cu¨¢nto tiempo ha estado en Am¨¦rica? No lo sabemos, ni tampoco sabemos por cu¨¢ntas manos ha pasado, solo que al menos ha estado en dos colecciones privadas¡±, detalla Susana Irigaray, directora del servicio de Museos del Gobierno de Navarra.
Se cree que Aramburu y Elizaga la vendi¨® a un anticuario franc¨¦s porque ¡°a lo largo de todo el siglo XIX, anticuarios franceses recorrieron Espa?a buscando y comprando material arqueol¨®gico¡±. Es lo que ocurri¨® por ejemplo con la Dama de Elche. Hay otro detalle que apuntala esta hip¨®tesis, y es que esta estatua ha estado siempre referenciada como un galo romano, procedente del sur de Francia. Su err¨®nea identificaci¨®n y el haber estado siempre en manos privadas han evitado que fuera localizada hasta ahora. S¨ª se sabe que en 1985 estaba en Estados Unidos porque ese fue el a?o en que la compr¨® el millonario Kruge. En 1996 segu¨ªa all¨ª porque form¨® parte de una exposici¨®n realizada en un museo privado. La casualidad vuelve a aparecer: la investigadora que realiz¨® las fichas del cat¨¢logo de esa exposici¨®n fue la que luego identific¨® la pieza durante la ponencia de Olcina en Alemania.
Fue un momento especial, rememora Manuel Olcina: ¡°Me qued¨¦ impactado porque esa pieza estaba desaparecida desde hac¨ªa m¨¢s de cien a?os y gracias a que yo la saco en ese congreso, d¨¢ndola como perdida, aquella investigadora dijo ¡®no, esa pieza existe¡±. Olcina subraya la importancia de la pieza, muy relevante para el arte romano por su tama?o. Espera poder viajar a Navarra para verla y asegura que fue ¡°uno de esos momentos profesionales que se te quedan grabados para siempre¡±: ¡°Es como si hubiera vivido en un ambiente oscuro y de pronto abrieran una ventana, todo se ilumina y lo ves todo. Dices, ?ostras! Esa pieza no est¨¢ perdida, ?existe!¡±.
En 2018 sucedi¨® otro hito m¨¢s que ayud¨® al feliz desenlace. Los especialistas en escultura romana Luis Romero, de la Universidad de Navarra (UNAV), y Rub¨¦n Montoya, de la Universidad de Leicester, publicaron un art¨ªculo en ingl¨¦s en la revista Cuadernos de Arqueolog¨ªa de la UNAV con las conclusiones del nuevo estudio estil¨ªstico de la pieza que hab¨ªan realizado a ra¨ªz de una segunda fotograf¨ªa que la investigadora norteamericana hab¨ªa enviado a Olcina. ¡°No sabemos c¨®mo¡±, cuenta Irigaray, pero ¡°el propietario se enter¨® de que la pieza no era francesa y que est¨¢ perfectamente identificada como el Togado de Pompelo. A trav¨¦s de una intermediaria contact¨® con autoridades espa?olas para legalizarla¡±. Se cree que pudo inquietarse por si era una pieza expoliada o se encontraba en alg¨²n procedimiento judicial. Ese contacto inicial fue clave para que el Servicio de Museos realizara las negociaciones pertinentes para traer el togado a casa.
El proceso no ha sido sencillo. Una pandemia y cuatro a?os despu¨¦s, se ha cerrado un acuerdo para que la pieza est¨¦ dos a?os en Pamplona, sin contraprestaci¨®n econ¨®mica y con la posibilidad de realizar estudios que no sean invasivos, es decir, que no comprometan la integridad de la pieza.
Las inc¨®gnitas sobre la pieza
El conocido como Togado de Pompelo, datado en la primera mitad del siglo II d. C., es una escultura de bronce de 127 cent¨ªmetros que representa una figura masculina vestida con una toga, detalla Susana Irigaray, directora del servicio de Museos del Gobierno de Navarra. ¡°Era una prenda de prestigio, solo la pod¨ªan vestir los ciudadanos romanos hombres y con ella se mostraba el estatus social de una persona¡±. Ese detalle permite concluir que la estatua pertenec¨ªa a alguien pudiente, pero hay m¨¢s pistas que lo demuestran. Por un lado, que el bronce era un material caro. Por otro, es una estatua de bulto redondo, es decir, tambi¨¦n tiene espalda, lo que significa que no se cre¨® para un nicho y que quien la encarg¨®, no repar¨® en el coste. No obstante, no se sabe qui¨¦n es porque carece de busto, una costumbre habitual en la ¨¦poca.
La estatura de la escultura arroja otras pistas, aventura Jes¨²s Sesma, director del Servicio de Patrimonio Hist¨®rico: ¡°Es un poco m¨¢s peque?a del natural, con lo cual es probable que represente a gente patricia o a alg¨²n alto cargo de la Pompelo romana, la Pamplona actual, porque un emperador jam¨¢s se retratar¨ªa en un tama?o m¨¢s peque?o del natural¡±. Adem¨¢s, el que est¨¦ construida en bronce supone una caracter¨ªstica especial por las pocas que han sobrevivido a las sucesivas fundiciones para elaborar armamento y moneda. De hecho, en Espa?a tan solo quedan dos: el Togado de Pompelo y el de Periate, que se encuentra en el Museo Arqueol¨®gico de Granada y que fue hallado en los a?os ochenta del siglo XX.
Ahora toca estudiar la pieza para saber qu¨¦ trozos son originales y cu¨¢les no. Un proceso que puede ayudar a desvelar inc¨®gnitas como qu¨¦ es el objeto que sostiene con la mano derecha. Parece un detalle nimio, pero puede ofrecer informaci¨®n sobre qui¨¦n era el hombre representado por la escultura. Asimismo, se han encargado estudios hist¨®ricos con el objetivo de comprender mejor el contexto en el que fue creada porque ¡°la iconograf¨ªa est¨¢ muy definida en la escultura cl¨¢sica¡±, apunta Sesma.
Para ello, el Museo de Navarra tiene un plazo de dos a?os, si bien su aspiraci¨®n es que la escultura pueda quedarse en casa. Hay un aspecto muy importante a tener en cuenta, concluye Irigaray: ¡°No hemos sabido de ella en casi 120 a?os porque estaba en manos particulares y, si se va, pueden pasar otros 120 porque no podemos rastrearla¡±.
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