Melilla exige el reforzamiento de la frontera con Marruecos
El presidente de la comunidad aut¨®noma pide la llegada de m¨¢s agentes espa?oles y europeos, y advierte: ¡°poner m¨¢s alta la valla no servir¨¢ de nada¡±
La valla entre Melilla y Marruecos sigue siendo escenario de dramas sin visos de fin. El presidente de la ciudad, Eduardo de Castro, pide m¨¢s medios personales y materiales ¡°para proteger la frontera¡± ante una situaci¨®n ¡°poco halag¨¹e?a en el sentido de que estos migrantes est¨¢n desesperados¡±. La misma reivindicaci¨®n resonaba en las filas del PP melillense horas despu¨¦s del intento de entrada y entre sindicatos de las fuerzas de seguridad. El ¨²ltimo intento de entrada el pasado viernes dej¨® al menos 23 muertos en Barrio Chino (pedan¨ªa del municipio marroqu¨ª de Beni Enzar), una cifra que varias organizaciones no gubernamentales suben hasta 37. En el lado espa?ol, 57 j¨®venes y 49 agentes sufrieron lesiones y heridas.
¡°La valla se puede poner m¨¢s alta, pero ellos van a buscar siempre una alternativa¡±, apunta el presidente melillense en una conversaci¨®n con EL PA?S. Y destaca que ¡°esos saltos masivos, violentos, en algunos casos, no pueden ser la opci¨®n para solventar la desesperaci¨®n de los migrantes; esta no es una situaci¨®n admisible en un Estado de Derecho¡±.
Fuentes de Interior aseguran que se tiene bien en cuenta la ciudad. ¡°Nunca hab¨ªa habido tantos agentes¡±, se?ala una de ellas. En marzo llegaron a Melilla 70 guardias civiles como refuerzo a los 720 que ya hab¨ªa en la localidad. Este verano se espera que se incorporen nuevos efectivos tanto de la Polic¨ªa Nacional como del instituto armado Civil y contin¨²an las obras en el per¨ªmetro fronterizo para terminar de instalar los peines invertidos que han sustituido a las concertinas.
La vista est¨¢ ahora puesta en Marruecos. ¡°Es la primera vez que se ha visto tan claro el apoyo de la Gendarmer¨ªa, otras veces, no estaba ni se la esperaba¡±, reivindica De Castro, en referencia al pen¨²ltimo salto en la valla, en marzo, el mayor de los registrados, con unas 2.500 personas intentando rebasar el per¨ªmetro. Hasta 954 consiguieron entrar en dos d¨ªas consecutivos, a plena luz del d¨ªa y ante cierta pasividad de las fuerzas marroqu¨ªes. Dos semanas despu¨¦s, se hizo p¨²blico el viraje del Gobierno espa?ol con respecto al S¨¢hara Occidental como regi¨®n aut¨®noma dentro de Marruecos. La maniobra permiti¨® restablecer las relaciones diplom¨¢ticas entre Madrid y Rabat con especial atenci¨®n a la reapertura de la frontera, cerrada desde 2020, y al control migratorio.
¡°Ser¨ªa importante destacar que esto no ha sucedido en Melilla, sino al otro lado de la frontera, Marruecos, sin perjuicio de que sea necesario reforzar nuestro lado y una mayor colaboraci¨®n¡±, resalta Sof¨ªa Acedo, senadora del PP por Melilla, ¡°actualmente, y llevamos a?os as¨ª, se viene reforzando el per¨ªmetro con grupos especiales de intervenci¨®n, de manera puntual, ante per¨ªodos en los que se cree que aumenta la amenaza de asalto¡±. Para Acedo, esa estrategia no es efectiva porque ¡°los asaltos se producen en cualquier momento¡±. ¡°Es necesario tener custodiada nuestra frontera siempre¡±, puntualiza.
Esa ¡°mayor cooperaci¨®n¡± entre Espa?a y Marruecos, que tambi¨¦n han destacado el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, se ha cobrado un precio muy alto a las puertas de la ciudad. Las im¨¢genes de cuerpos amontonados, inertes, junto al paso fronterizo son estremecedoras. ¡°Las relaciones de la Guardia Civil con la Gendarmer¨ªa [marroqu¨ª] son estrechas y es bueno que se recuperen¡±, esgrime el presidente local, ¡°cuesti¨®n distinta es lo que pasa despu¨¦s, y en territorio de Marruecos. Al final, el resultado no ha sido tan bueno¡±.
¡°Espa?a y Europa est¨¢n pagando ese tipo de violencia¡±, lamenta Josep Buades, responsable del Servicio Jesuita a Migrantes, una organizaci¨®n que da asistencia legal a solicitantes de asilo y migrantes en Melilla, ¡°si queremos que se respeten los Derechos Humanos, nos toca a nosotros dar un paso adelante¡±. Para Buades, el cierre fronterizo decretado en 2020 por la pandemia y la reforma en la valla han supuesto un cambio de din¨¢mica: ¡°Los n¨²meros han bajado mucho¡±.
En lo que llevamos de a?o, se han producido en Melilla 1.150 entradas irregulares: 954 en los dos saltos de marzo y 133 el pasado viernes. De estos ¨²ltimos, todos han solicitado asilo. Las cifras est¨¢n a¨²n lejos de las registradas antes de la pandemia. En 2019 entraron 2.212 personas desde el 1 de enero al 15 de junio; 2.652, en 2018. El perfil tambi¨¦n es distinto: con las restricciones a los transe¨²ntes en la frontera reabierta, yemen¨ªes, sirios, tunecinos y otras nacionalidades ¨¢rabes llegan a Melilla solo por goteo y a menudo por mar. Solo los subsaharianos se aventuran a sobrepasar el vallado, ya que no pueden siquiera acercase a la oficina de asilo en la frontera de Beni Enzar.
¡°Si las personas subsaharianas pudieran acceder [a la oficina de asilo], igualmente no se arriesgar¨ªan a tener que saltar una valla o a tener que montarse en una patera¡±, recrimina Estrella Gal¨¢n, directora general de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado. ¡°Si el Gobierno quiere evitar situaciones dram¨¢ticas en la frontera sur, lo que tendr¨¢ que articular v¨ªas legales y seguras¡±, insiste, ¡°no hay que inventar nada nuevo, esos elementos existen [en la legislaci¨®n espa?ola]¡±.
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