La carta de S¨¢nchez a Mohamed VI: escrita en franc¨¦s y bajo presi¨®n
Espa?a pas¨® en unos d¨ªas de considerar el plan marroqu¨ª una opci¨®n m¨¢s a calificarlo como la mejor v¨ªa posible para resolver el conflicto del S¨¢hara
La misiva del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, al rey de Marruecos, en la que le anunciaba el giro en la posici¨®n espa?ola sobre el S¨¢hara ¡ªal considerar la autonom¨ªa ofrecida por Rabat como la opci¨®n ¡°m¨¢s seria, realista y cre¨ªble¡± para resolver el conflicto¡ª, no habr¨ªa pasado el m¨ªnimo filtro de edici¨®n en un peri¨®dico. Estaba plagada de faltas gramaticales. Dec¨ªa, por ejemplo: ¡°Nuestros dos pa¨ªses est¨¢n indisolublemente unidos por afectos, historia, geograf¨ªa [...] Estoy convencido de que los destinos de nuestros dos pueblos tambi¨¦n lo son¡±. La carta, sin embargo, estaba correctamente escrita en origen. Solo que en otro idioma: en franc¨¦s. Lo que le escribi¨® S¨¢nchez a Mohamed VI fue: ¡±Nos deux pays sont inextricablement li¨¦s par des affections, une histoire, une g¨¦ographie [...] Je suis convaincu que les destins de nos deux peuples le sont aussi¡±. En franc¨¦s, como en otras lenguas, un solo verbo significa ¡°ser¡± y ¡°estar¡±.
Los gobiernos de Madrid y Rabat negociaron hasta la extenuaci¨®n cada p¨¢rrafo de la carta que puso fin a una crisis diplom¨¢tica que se prolong¨® 10 meses y oblig¨® a movilizar al Ej¨¦rcito para taponar el agujero que en mayo de 2021 se abri¨® en la frontera de Ceuta y por el que se colaron m¨¢s de 10.000 marroqu¨ªes. Cada punto y cada coma fueron objeto de consultas y, cuando finalmente se acord¨® el texto en franc¨¦s, se tradujo literalmente, por temor a que cualquier interpretaci¨®n no textual reabriera la discusi¨®n.
Despu¨¦s de que S¨¢nchez enviara la carta, el 14 de marzo, hubo que esperar cuatro d¨ªas a que Mohamed VI (que, seg¨²n El Confidencial, estaba de vacaciones en Gab¨®n) diera el definitivo visto bueno. Fue el d¨ªa 18 cuando el jefe de la diplomacia espa?ola, Jos¨¦ Manuel Albares, de visita en Barcelona, recibi¨® el aviso de su hom¨®logo marroqu¨ª, Naser Burita, de que la Casa Real alau¨ª iba a difundir los principales p¨¢rrafos de la misiva, un movimiento al que seguir¨ªan sendos comunicados del Ministerio de Exteriores marroqu¨ª y de La Moncloa.
Al Gobierno no pod¨ªa sorprenderle que la Casa Real marroqu¨ª hiciera p¨²blica la carta de S¨¢nchez. Ya lo hab¨ªa hecho con la que, a primeros de enero pasado, envi¨® a Mohamed VI el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier. Una carta que, como la del presidente espa?ol, abri¨® la puerta a la normalizaci¨®n de relaciones diplom¨¢ticas con Alemania, en suspenso desde dos meses antes que con Espa?a. Ambas misivas conten¨ªan sendas declaraciones pol¨ªticas sobre el S¨¢hara, aunque no id¨¦nticas, y solo ten¨ªan verdadero valor para Rabat si se publicaban.
Las negociaciones que culminaron en ese pacto epistolar se iniciaron antes de que, en julio pasado, el presidente del Gobierno sustituyera a la ministra Arancha Gonz¨¢lez Laya ¡ªque hab¨ªa propiciado la acogida en Espa?a del l¨ªder del Frente Polisario, Brahim Gali, para tratarse de una grave afecci¨®n de la covid¡ª por Albares, pero este hizo de la reconciliaci¨®n con el vecino del sur su principal prioridad. ¡°Marruecos es un gran amigo¡±, dijo en su toma de posesi¨®n.
El nuevo ministro habl¨® telef¨®nicamente con Burita en numerosas ocasiones, pero nunca pudo reunirse con ¨¦l. Cada vez que se fijaba una cita ¡ªen la Asamblea de la ONU, en septiembre de 2021, o en Barcelona, dos meses despu¨¦s¡ª el jefe de la diplomacia marroqu¨ª daba plant¨®n. Rabat no aceptaba escenificar la normalizaci¨®n de relaciones mientras Espa?a no ¡°clarificara¡± su posici¨®n sobre el S¨¢hara.
Albares se mostr¨® dispuesto a revisar la postura espa?ola sobre su excolonia, pero exigi¨® a cambio de Rabat la renuncia a utilizar la inmigraci¨®n como arma de presi¨®n pol¨ªtica y el reconocimiento t¨¢cito de la soberan¨ªa espa?ola sobre Ceuta y Melilla.
Aprovechando la cumbre UE-Uni¨®n Africana, S¨¢nchez se reuni¨® con Burita el 17 de febrero en Bruselas. Espa?a ya aceptaba entonces reconocer ¡°los esfuerzos serios y cre¨ªbles¡± de Marruecos por encontrar una soluci¨®n al conflicto saharaui, parafraseando la ¨²ltima resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU, de octubre pasado; y calificar la propuesta marroqu¨ª de autonom¨ªa para la excolonia espa?ola, presentada en 2007, como una ¡°buena base¡± para llegar a un acuerdo, tal como dec¨ªa la carta de Steinmeier. Pero Rabat exig¨ªa a Espa?a m¨¢s de lo que le hab¨ªa bastado con Alemania.
Los d¨ªas 2 y 3 de marzo se producen dos saltos masivos sin precedentes en la valla de Melilla: 2.500 y 1.200 subsaharianos intentan cruzar la frontera en dos noches sucesivas y casi 900 lo logran. Albares no tiene dudas del objetivo de esta avalancha y se queja a Burita.
El 7 de marzo visita Madrid la n¨²mero 2 del Departamento de Estado, Wendy Sherman. El motivo es inaugurar un seminario sobre ciberseguridad, pero se entrevista con Albares. Este asegura que no expuso a la alto cargo de la Administraci¨®n Biden sus planes sobre el S¨¢hara, pero no descarta que hablaran de Marruecos. Es m¨¢s que probable que lo hicieran pues, al d¨ªa siguiente, Sherman vol¨® a Rabat.
Sin embargo, el comunicado conjunto que la diplom¨¢tica estadounidense y Burita difundieron el 8 de marzo no iba m¨¢s lejos de lo que Alemania hab¨ªa dicho y Espa?a estaba ya dispuesta a aceptar: que el plan de autonom¨ªa marroqu¨ª era ¡°serio, cre¨ªble y realista¡± y una aproximaci¨®n que pod¨ªa colmar las aspiraciones de los pueblos de la regi¨®n. No parece l¨®gico que Washington presionara a Madrid para que diera un paso que ¨¦l mismo no estaba dispuesto a dar.
La decisi¨®n definitiva la tomaron S¨¢nchez y Albares y solo el 18 de marzo, cuando este ¨²ltimo supo que Rabat iba a hacer p¨²blica la carta, se la comunic¨® a la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz, cabeza de Unidas Podemos en el Gobierno (quien, seg¨²n su entorno, se enter¨® de la noticia por el comunicado marroqu¨ª), y a los presidentes de Canarias, Ceuta y Melilla. Tambi¨¦n, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, llam¨® a su hom¨®logo argelino, Ramtane Lamamra, pero esa llamada, si se produjo, no evit¨® que Argel retirase a su embajador en Madrid y que, cerrada la crisis con Marruecos, se abriera otra con el segundo vecino del sur.
El Gobierno est¨¢ convencido de que Argelia no romper¨¢ los contratos de gas con Espa?a (40% del total importado en 2021), por el coste que tendr¨ªa para su reputaci¨®n internacional, pero fuentes diplom¨¢ticas admiten que los ajustes inevitables en este tipo de suministros y su renovaci¨®n ser¨¢n m¨¢s dif¨ªciles de negociar.
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