Yolanda D¨ªaz se lanza a la b¨²squeda de la ¡°mayor¨ªa social¡±
La vicepresidenta presenta su plataforma como un ¡°movimiento ciudadano¡± alejado de los esquemas cl¨¢sicos de la izquierda
Nadie dejaba de pregunt¨¢rselo, ni la familia, ni los amigos, ni la gente que la paraba por la calle, ni los compa?eros de Unidas Podemos, ni sus socios de Gobierno, ni siquiera alg¨²n comisario europeo. ¡°?A qu¨¦ est¨¢s esperando, Yolanda?¡±, la asaeteaban. El ¡°proceso de escucha¡± de Yolanda D¨ªaz se hab¨ªa hecho tanto de rogar que los m¨¢s c¨¢usticos ya lo presentaban como una especie de criatura m¨ªtica. Ahora, casi un a?o despu¨¦s de haber expresado la idea en p¨²blico, la vicepresidenta segunda del Gobierno se lanza por fin a la aventura.
El proyecto arrancar¨¢ el pr¨®ximo viernes en el centro cultural Matadero de Madrid y continuar¨¢ hasta fin de a?o por diversos puntos de Espa?a. M¨¢s que plataforma pol¨ªtica se define como ¡°un movimiento ciudadano¡± en el que ya se han comprometido a colaborar profesionales de distintos ¨¢mbitos, acad¨¦micos o artistas con el fin de aportar ideas en diversos grupos de trabajo sectoriales, explican fuentes que est¨¢n participando en la gestaci¨®n. Su objetivo primordial es ¡°reanimar a la izquierda¡±, aunque esa palabra apenas se usar¨¢. D¨ªaz aspira a ir m¨¢s all¨¢ de los incondicionales; su objetivo, explican quienes est¨¢n en la cocina del proyecto, es elaborar un discurso dirigido a ¡°una mayor¨ªa social¡±, sin resignarse ¡°a quedar en la esquinita a la izquierda del PSOE¡±, como ella mismo ha dicho. Una opci¨®n ¡°transversal¡± con el fin declarado de bucear adem¨¢s entre los abstencionistas tradicionales.
El plan de la tambi¨¦n ministra de Trabajo hab¨ªa empezado a tomar cuerpo el pasado agosto, a caballo entre reuniones en Madrid y escapadas a la playa en Galicia. En septiembre dispon¨ªa de un documento completo, en cuya elaboraci¨®n participaron D¨ªaz y miembros de su equipo de confianza. All¨ª ya estaban perfiladas las l¨ªneas generales: metodolog¨ªa, objetivos, plazos, mensaje, estilo¡ La voluntad era hacer algo que superase a los partidos, recuperar un discurso optimista que rompiese con el ¡°negativismo¡± que sus promotores achacan a la izquierda cl¨¢sica, huir de las proclamas de grandes principios y presentar programas concretos.
La idea estaba perfilada, pero en los meses siguientes la vicepresidenta apenas fue desgranando algunos detalles a cuentagotas, como el nombre registrado, Sumar. D¨ªaz no cre¨ªa necesario apresurarse, estaba absorbida por las negociaciones de la reforma laboral y ni siquiera confirmaba que su prop¨®sito ¨²ltimo fuese constituir una plataforma para las pr¨®ximas elecciones generales. Su idea inicial era esperar a la primavera de 2022 y, seg¨²n se desarrollase la iniciativa, fraguar la posible conjunci¨®n electoral despu¨¦s del verano. La guerra de Ucrania la convenci¨® de que no era el momento y lo aplaz¨® de nuevo. El ¡°proceso de escucha¡± segu¨ªa en el congelador, y la pregunta era cada vez m¨¢s insistente: ?a qu¨¦ est¨¢ esperando Yolanda D¨ªaz?
Ese mismo agosto del a?o pasado, la vicepresidenta hab¨ªa explicado su plan a Pablo Iglesias y recibido la anuencia de este. En los meses siguientes, las relaciones entre ambos -amigos desde hace casi dos d¨¦cadas- se fueron deteriorando irreversiblemente. La distinta manera de plantearse su papel en el Gobierno y el recelo que crec¨ªa en Podemos a medida que la vicepresidenta dejaba caer algunos de sus planes acabaron dinamitando esa amistad. D¨ªaz intentaba reconstruir los puentes con el grupo de ??igo Errej¨®n y hablaba constantemente de diluir el papel de los partidos, lo que obviamente inclu¨ªa al fundado por Iglesias. Las elecciones en Castilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa -con casi nulo protagonismo de D¨ªaz en el primer caso y algo mayor en el segundo- resultaron un fiasco tras otro para Unidas Podemos.
La pregunta ahora es si la pol¨ªtica gallega estar¨¢ a¨²n a tiempo de reflotar un espacio pol¨ªtico que languidece y que, como se ha visto en Andaluc¨ªa, casi siempre sucumbe a su instinto cainita. ¡°?C¨®mo vamos a llegar tarde si todav¨ªa queda un a?o y medio de legislatura?¡±, replican en el equipo de D¨ªaz. ¡°Claro que hay tiempo¡±. En el entorno de la vicepresidenta minimizan el alcance del fracaso en Andaluc¨ªa porque, alegan, all¨ª se constituy¨® una simple coalici¨®n de partidos, muy diferente a lo que ella persigue ahora. En los pr¨®ximos meses, D¨ªaz desarrollar¨¢ su programa de actos por Espa?a, en los que insiste que se limitar¨¢ a escuchar, al tiempo que 25 grupos de trabajo elaboran sus documentos. A principios del a?o pr¨®ximo, llegar¨¢ el momento en que la vicepresidenta tenga que confirmar si da el paso definitivamente, y Sumar se convierte en una plataforma electoral en la que los partidos ¡°estar¨¢n, pero no ser¨¢n¡±, seg¨²n lo ha explicado ella misma.
Las apelaciones constantes a la ciudadan¨ªa por encima de las estructuras pol¨ªticas evocan inevitablemente al primer Podemos, aunque el conjunto del mensaje ser¨¢ muy diferente. El partido de Iglesias naci¨® de la energ¨ªa de la indignaci¨®n y hasta crey¨® posible ¡°asaltar los cielos¡±. La plataforma de D¨ªaz no quiere canalizar la rabia, sino ¡°devolver la ilusi¨®n¡± mostr¨¢ndose como una izquierda afable y propositiva. El primer v¨ªdeo con el que acaba de presentar su logo marca el tono: colores rojos suaves y palabras aterciopeladas como escuchar, dialogar, cuidar, progreso, libertad, igualdad, ilusi¨®n, uni¨®n¡
En el acto del pr¨®ximo viernes no habr¨¢ ninguna fila reservada para pol¨ªticos. Los que asistan lo har¨¢n a t¨ªtulo individual. Tampoco figuran militantes de partidos en los grupos de trabajo que elaborar¨¢n las propuestas. Tras vivir en primera persona el hundimiento de las mareas en Galicia, D¨ªaz cree que dejar a las formaciones pol¨ªticas fuera de la gestaci¨®n del proyecto e implicar en ¨¦l a gente ajena es la mejor manera de ponerlo a salvo de los vicios partidistas.
Si el experimento sale bien y desemboca en una plataforma electoral, inevitablemente entrar¨¢n en juego los partidos -Podemos, IU, M¨¢s Pa¨ªs, En Com¨² y otras formaciones regionales- con todas sus aspiraciones. Y D¨ªaz tendr¨¢ que lidiar con la habitual madre de todas las batallas, la confecci¨®n de las listas, que seguramente se deber¨ªan dirimir mediante elecciones primarias. Hasta entonces no se sabr¨¢ con certeza si la vicepresidenta ha logrado construir algo realmente nuevo y escapar a la melancol¨ªa de una izquierda magullada por a?os de experimentos fallidos.
Un moment¨¢neo cierre de filas
La puesta en largo del proyecto de Díaz no llega precedida de las mejores noticias. Los problemas judiciales por un caso de presunto encubrimiento de abusos a menores han forzado a dimitir a la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra, llamada a ser una de sus principales aliadas territoriales. Y luego, el batacazo de Andalucía. Díaz quiso subrayar desde el principio que ese no era el proyecto que ella concibe, pero se implicó mucho más en la campaña que en Castilla y León porque presentaba una novedad, la incorporación de Más País, por la que ella había combatido.
Tras el revés andaluz, los partidos de Unidas Podemos, deseosos en su mayoría de que Díaz se ponga cuanto antes el traje de líder para revertir la tendencia descendente, han cerrado filas con ella. Lo hicieron muy rápido Izquierda Unida y los comunes -desde hace tiempo entregados a su estrategia-, que trataron de desvincular los resultados de la coalición Por Andalucía (un escuálido 7,68%, en una comunidad donde ese espacio político rondó muchas veces el 20%) del futuro proyecto de Díaz. “Es más necesario que nunca”, aseveró la portavoz federal de IU, Sira Rego, la mañana siguiente a los comicios. “Hay que abrir un nuevo tiempo que mire al futuro y para nosotros la próxima parada es el día 8 [la presentación de Díaz] Tienen que dejarse atrás las dinámicas del pasado”, ratificó el presidente del grupo parlamentario de UP, el catalán Jaume Asens, en alusión a los conflictos internos. El apoyo total de IU lo reiteró este sábado su coordinador general y ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien señaló ante los miembros de su formación que el proyecto de Díaz, "representa muy bien el anhelo de las diferentes izquierdas por converger" y se mostró de acuerdo que "en este proceso el protagonismo no debe ser de los partidos políticos preestablecidos".
A la mejora de la relaciones con Podemos contribuyó que, al día siguiente de las elecciones andaluzas, la vicepresidenta se desmarcase del PSOE al hacer pública en redes sociales la propuesta de su grupo para incluir un impuesto a las energéticas y un cheque a familias en el decreto de medidas contra la crisis. La estrategia, más propia de Podemos que de Díaz, gustó al partido de Ione Belarra, a la vez que desataba las alarmas en La Moncloa. Fuentes de la formación afirman que la coordinación en las conversaciones de esos días para presionar por sus demandas ante el PSOE y la postura común frente a la cumbre de la OTAN -de rechazo, pero con un perfil bajo- han sido claves para mejorar la sintonía entre las ministras de Podemos y la vicepresidenta. Por primera vez en meses, Díaz acudió el lunes pasado, con motivo de la celebración del Orgullo, a un acto del Ministerio de Igualdad en compañía de Irene Montero, su titular, y de Belarra.
Fuentes de Podemos repiten que esperan el “mayor éxito” del proceso que inicia el viernes la vicepresidenta. En el partido fundado por Iglesias les gustaría que Díaz anunciase claramente su candidatura a las generales, algo que, de momento, no figura entre los planes de esta, según fuentes de su entorno. La obsesión de los de Belarra es ahora mismo el PSOE, tratar de convencerlo de que sin un giro hacia políticas de izquierdas no va a ser posible, opinan ellos, reeditar el Gobierno de coalición. Y por ahí se ha restablecido la paz con Díaz, después de meses en que las dos almas de UP en el Ejecutivo parecían actuar por libre. En este tiempo se han acumulado muchas heridas -ataques poco disimulados de Pablo Iglesias a Díaz, por ejemplo- y restañarlas no resultará nada fácil.
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