La Fiscal¨ªa y el Defensor del Pueblo reclaman a Interior m¨¢s v¨ªdeos de la tragedia de Melilla
Ambas instituciones tienen abiertas sendas investigaciones para esclarecer los hechos
138 d¨ªas despu¨¦s de la tragedia de Melilla, la Fiscal¨ªa y el Defensor del Pueblo siguen reclamando la totalidad de las im¨¢genes e informaci¨®n sobre los hechos al Ministerio del Interior. Tras la muerte de al menos 23 hombres, la mayor¨ªa refugiados sudaneses, el pasado 24 de junio, el ministerio fiscal y el Defensor abrieron sendas investigaciones. Las dos siguen cursos distintos, pero ambas est¨¢n sin concluir, entre otras cosas porque contin¨²a faltando material audiovisual, seg¨²n han confirmado fuentes conocedoras de los dos procedimientos. Interior afirma que desde septiembre tanto el ministerio p¨²blico como el Defensor tienen todo el material. ¡°El material del que no disponen es porque no existe¡±, afirman fuentes del departamento de Fernando Grande-Marlaska.
El 28 de junio, la Fiscal¨ªa anunci¨® que investigar¨ªa las circunstancias en las que se produjeron las muertes. Era una investigaci¨®n complicada y limitada desde el principio porque parte de los hechos ocurrieron en Marruecos y el ministerio p¨²blico no puede perseguir la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad de otro pa¨ªs. Los obst¨¢culos se han hecho evidentes tambi¨¦n a la hora de obtener documentaci¨®n en Marruecos, vital para completar el puzle de la tragedia. Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, ni siquiera se han obtenido las autopsias de los fallecidos.
La fiscal de sala de Extranjer¨ªa, Beatriz S¨¢nchez, que lidera la investigaci¨®n, viaj¨® a Melilla a principios de julio para entrevistarse con algunos supervivientes y guardias civiles que actuaron en la operaci¨®n. Tambi¨¦n solicit¨® y recibi¨® un informe de la Guardia Civil con los detalles de lo ocurrido. Las pesquisas, sin embargo, siguen sin concluirse. Fuentes conocedoras del procedimiento aseguran que se han pedido m¨¢s diligencias y m¨¢s im¨¢genes que faltan de aquella jornada. En principio, el ministerio fiscal tiene hasta finales de a?o para concluir sus pesquisas y decidir si archiva porque no ve delito o si presenta una querella ante el juzgado.
Fuentes del Ministerio del Interior confirman que la Fiscal¨ªa curs¨® un requerimiento de ampliaci¨®n de informaci¨®n a la comandancia de la Guardia Civil en Melilla y que este ser¨¢ respondido en breve. La contestaci¨®n recoger¨¢ los planes de vuelo y las declaraciones de los operadores del dron y el helic¨®ptero que, aseguran, explicar¨¢n los ¡°peque?os lapsos temporales¡± que pueda haber en las grabaciones de ambos aparatos. El sistema que se estableci¨®, afirman, garantiz¨® que siempre hubiese una de las dos c¨¢maras a¨¦reas grabando. En el ministerio insisten en que las im¨¢genes no tienen sonido, en referencia a una petici¨®n que habr¨ªa hecho el Defensor del Pueblo para acceder al audio de las grabaciones.
Una de las cuestiones que debe investigar el ministerio p¨²blico es si existi¨® un incumplimiento del deber de socorro, una vez que los migrantes logran forzar las puertas de acceso al lado espa?ol del puesto fronterizo. En ese momento se produjo una avalancha en la que quedaron atrapadas decenas de personas. Los agentes espa?oles ya no se encontraban en ese lugar cuando se produjo la estampida mortal, pero la c¨¢mara de un helic¨®ptero de la Guardia Civil s¨ª llega a grabar ese instante en directo.
Para la Fiscal¨ªa encajar un delito de omisi¨®n del deber de socorro es ¡°dif¨ªcil¡±, seg¨²n fuentes conocedoras de la investigaci¨®n. Las mismas fuentes mencionan que los guardias civiles se encontraban ¡°desbordados¡± y se?alan algo que tambi¨¦n destaca el Ministerio del Interior: que los agentes que estaban desplegados en la zona no pudieron ver la avalancha y su resultado.
Los fragmentos de los v¨ªdeos, a los que ha tenido acceso EL PA?S, tambi¨¦n muestran personas heridas y aparentemente inconscientes ya en Melilla. Los v¨ªdeos registran una secuencia en la que varias decenas de agentes de la Guardia Civil se esfuerzan en contener un enorme grupo de migrantes que lograron acceder a la ciudad aut¨®noma tras la estampida. Aunque hay varias personas que se desploman y permanecen tiradas en el suelo, la ¨²nica ambulancia que se activa se queda a 100 metros del lugar por el riesgo de ser alcanzada ¡°por los objetos y piedras que lanzaban los inmigrantes¡±, seg¨²n han explicado fuentes del Ministerio del Interior.
Dudas sobre la legalidad de las devoluciones en caliente
La Fiscal¨ªa tambi¨¦n busca aclarar si fueron legales las devoluciones que se produjeron aquel d¨ªa, con la colaboraci¨®n de agentes marroqu¨ªes que entraron en territorio espa?ol. El Defensor del Pueblo ya mantuvo en sus primeras conclusiones que se produjeron 470 devoluciones sin que conste el cumplimiento de ning¨²n procedimiento legal, pero no est¨¢ claro en qu¨¦ sentido se pronunciar¨¢ el ministerio p¨²blico.
Aunque sendas decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal Constitucional han servido para seguir ejecut¨¢ndolas, sigue sin haber un reglamento que ponga negro sobre blanco del c¨®mo y cuando pueden realizar los tambi¨¦n llamados rechazos en frontera. Sin esa regulaci¨®n, las devoluciones en caliente, que no pueden ser colectivas ni poner en riesgo la integridad f¨ªsica del expulsado, ni aplicarse a perfiles especialmente vulnerables, contin¨²an generando dudas sobre su legalidad.
Por su parte, el Defensor del Pueblo est¨¢ en el mismo punto que el pasado 14 de octubre, cuando hizo p¨²blicas sus primeras conclusiones sobre la tragedia. No ha avanzado nada porque sigue esperando m¨¢s im¨¢genes que ha solicitado a Interior.
La principal cuesti¨®n en la que repar¨® ?ngel Gabilondo es en las devoluciones en caliente, que elev¨® a 470, contrariando la versi¨®n oficial que apenas reconoc¨ªa un centenar. Seg¨²n el defensor, no consta que para ejecutarlas ¡°se tuvieran en cuenta garant¨ªas legales nacionales e internacionales¡±. Interior asegur¨® que cumpli¨® la legalidad y neg¨® la cifra del defensor, a pesar de que fue este mismo departamento el que inform¨® oficialmente a la instituci¨®n de las devoluciones realizadas.
Tambi¨¦n es parte de la investigaci¨®n la asistencia sanitaria que se prest¨® aquel d¨ªa a los heridos, aunque a¨²n no ha trascendido toda la informaci¨®n requerida. El Defensor s¨ª inform¨® a una de las ONG que interpuso una queja sobre la atenci¨®n m¨¦dica que recibieron los migrantes que lograron llegar al Centro de Estancia Temporal de Melilla (CETI) por su propio pie, tras sobrepasar el cord¨®n policial. Se atendi¨® a 57 personas, de las cuales nueve tuvieron que ser trasladadas al hospital. Solo una qued¨® ingresada por una fractura mandibular que no revest¨ªa gravedad. Dos de los heridos presentaban fisuras en la rodilla.
El tercer asunto en el que incide el Defensor es en recomendar al Ministerio de Exteriores que garantice que personas como los integrantes del grupo que decidi¨® entrar a la fuerza en Espa?a aquel d¨ªa puedan pedir asilo en consulados o embajadas espa?oles, como recoge la ley de asilo espa?ola. Con la legislaci¨®n en la mano, Espa?a ha defendido ante el Tribunal de Derechos Humanos cuando se juzgaron las devoluciones en caliente, hace ya m¨¢s de dos a?os, que cualquier persona que necesite protecci¨®n puede pedir asilo en una delegaci¨®n consular espa?ola. Por ello, seg¨²n Espa?a, no se justificar¨ªa que intente entrar en el pa¨ªs irregularmente. Pero en la pr¨¢ctica, la ¨²nica v¨ªa que encuentran miles de refugiados (especialmente africanos) es subirse a una patera o saltar una valla.
En el caso del grupo que aquel d¨ªa lleg¨® al puesto fronterizo, la mayor¨ªa de las personas que lo conformaban eran de Sud¨¢n, un pa¨ªs que arrastra un largo y sangriento conflicto ¨¦tnico con casi cuatro millones de desplazados internos, seg¨²n la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur). Decenas de supervivientes de la tragedia de Melilla han relatado estos meses a EL PA?S y otros medios que hab¨ªan pedido asilo en Marruecos y que viajaban con su papel de Acnur que lo certificaba en el bolsillo, pero que ese documento no les evit¨® ser v¨ªctimas de malos tratos, redadas y desplazamientos forzosos a ciudades del sur o a Argelia.
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