Defensa invertir¨¢ 80 millones en su futuro Sistema de Combate en el Ciberespacio

El Ministerio de Defensa invertir¨¢ 80 millones en dotarse de un Sistema de Combate en el Ciberespacio (Scomce), capaz de neutralizar o minimizar el impacto de ataques cibern¨¦ticos y responder a una eventual agresi¨®n contra las redes de comunicaciones e informaci¨®n del Estado o sus infraestructuras cr¨ªticas. El Scomce ser¨¢ un sistema de combate integrado, dotado de una estructura de mando y control y de una panoplia de armas y municiones cibern¨¦ticas, defensivas y ofensivas, dispuestas para actuar en un conflicto limitado al ciberespacio o h¨ªbrido, como sucede en la guerra de Ucrania. El encargado de operarlo ser¨¢ el Mando Conjunto del Ciberespacio (MCCE), creado en mayo de 2020, un organismo de las Fuerzas Armadas habilitado legalmente para dotarse de malware; es decir, programas maliciosos o virus capaces de infectar o inutilizar los sistemas inform¨¢ticos del enemigo.

La presentaci¨®n del proyecto, de inminente aprobaci¨®n, ha sido una de las estrellas de las jornadas sobre ciberseguridad que se celebran esta semana en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), organizadas por el Centro Criptol¨®gico Nacional (CNN), dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), y por el Estado Mayor de la Defensa. Seg¨²n sus responsables, se trata de un programa pionero, casi sin precedentes en el mundo, que podr¨ªa alcanzar su Capacidad Operativa Inicial (COI) un a?o despu¨¦s de su puesta en marcha, prevista para el a?o pr¨®ximo.

El Scomce se define como ¡°un sistema de armas destinado a permitir el planeamiento, la direcci¨®n, control y ejecuci¨®n de las operaciones militares en el ciberespacio necesarias para detectar y contrarrestar adecuadamente las amenazas¡±. Ser¨¢ ¡°un sistema conjunto, escalable en sus capacidades, interoperable e integrado [¡­] que se regir¨¢ por el principio de direcci¨®n centralizada y ejecuci¨®n descentralizada¡±, capaz de atender tanto las necesidades de las unidades militares desplegadas en el exterior como la restauraci¨®n de servicios esenciales para la sociedad afectados por un ciberataque.

La presentaci¨®n del programa ha despertado gran expectaci¨®n entre expertos y empresas de alta tecnolog¨ªa, aunque sus responsables han ofrecido muy pocos detalles, alegando que en su mayor parte est¨¢ clasificado como secreto. Lo que s¨ª han explicado es que ser¨¢ un ¡°sistema de sistemas en permanente evoluci¨®n¡±, por lo que han reclamado la participaci¨®n del sector, no solo de las grandes compa?¨ªas, que podr¨ªan actuar como ¡°tractoras¡± del proyecto, seg¨²n sus palabras, sino tambi¨¦n de peque?as startups para nichos espec¨ªficos.

El Scomce obligar¨¢ a desarrollar productos que no est¨¢n en el mercado o ni siquiera existen, adaptados a las necesidades militares, por lo que promover¨¢ la investigaci¨®n y se apoyar¨¢ en la cooperaci¨®n con la industria nacional y las universidades, buscando la ¡°autonom¨ªa estrat¨¦gica¡±. Las capacidades cibern¨¦ticas con las que cuentan cada pa¨ªs es uno de los secretos m¨¢s celosamente guardados, que no se comparte ni con los aliados m¨¢s estrechos. ¡°Una cosa es prestarse apoyo ante una agresi¨®n, como la que padece Ucrania, y otra revelar las propias cartas¡±, admiten mandos militares. Uno de los requisitos que las Fuerzas Armadas exigen a las ciberarmas es precisamente la ¡°anonimizaci¨®n¡±: que se borre su firma para que se desconozca el origen.

El programa incluye el desarrollo de ¡°gemelos digitales¡±; es decir, r¨¦plicas de los sistemas propios o del adversario para simular una intrusi¨®n. Fuentes militares admiten que en ocasiones habr¨¢ que dejar actuar un tiempo a un virus infiltrado desde el exterior antes de neutralizarlo para conocer sus caracter¨ªsticas y objetivos. ¡°Lo imprescindible es detectarlo desde el primer minuto¡±, a?aden. El Scomce supondr¨¢ un salto cualitativo para las Fuerzas Armadas, no porque no tengan ya algunas de esas capacidades, sino porque ¡°por primera vez estar¨¢n todas integradas en un sistema ¨²nico¡±.