El Congreso reprueba a Grande-Marlaska por su gesti¨®n de la tragedia de Melilla
PP, Vox e independentistas catalanes unen sus votos contra el ministro del Interior y piden el traslado a Espa?a de uno de los supervivientes
El PP ha conseguido este jueves que el Congreso repruebe al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por su gesti¨®n de la tragedia de Melilla el 24 de junio. La iniciativa de los populares ha logrado sumar el apoyo de diputados de Vox, CS, ERC, Junts y la CUP, un total de 173 s¨ªes, y ha tenido los 160 votos en contra del PSOE, Unidas Podemos, PdeCat, M¨¢s Pa¨ªs y Teruel Existe. PNV y EH-Bildu se abstuvieron. La reprobaci¨®n del ministro del Interior es la primera que sale adelante en esta legislatura, aunque es un gesto m¨¢s simb¨®lico que pr¨¢ctico porque no es vinculante.
La moci¨®n inicial de los populares, que reclamaba el cese de Grande-Marlaska, adem¨¢s de su reprobaci¨®n, naci¨® abocada al fracaso, pero ha acabado saliendo adelante, parad¨®jicamente, gracias al caso de un sudan¨¦s que sobrevivi¨® a aquella tr¨¢gica jornada. En el ¨²ltimo momento, el PP sustituy¨® el cese del ministro por una enmienda que s¨ª atraer¨ªa los votos de partidos en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas de la derecha: el traslado inmediato a Espa?a de uno de los supervivientes a la tragedia que fue expulsado a Marruecos y que quiere pedir refugio en territorio espa?ol. Basir, el nombre ficticio del joven, demand¨® asilo en la Embajada espa?ola en Rabat el 13 de diciembre, exactamente como marca la ley. Aunque el joven cristiano incidi¨® en el peligro que corre en su pa¨ªs y tambi¨¦n en Marruecos, las autoridades espa?olas llevan casi dos meses guardando silencio.
La estrategia del PP de incluir al refugiado sudan¨¦s, efectivamente, atrajo el apoyo de grupos como ERC o Junts, que dif¨ªcilmente habr¨ªan votado a favor de nada que proponga el PP, pero tambi¨¦n fue criticada por el PNV. ¡°Usan este caso a modo de reh¨¦n para conseguir el voto en contra del ministro y nuestro grupo no se prestar¨¢ a este chantaje parlamentario¡±, reproch¨® el mi¨¦rcoles el diputado Mikel Legarda. A pesar de su abstenci¨®n, Legarda reclam¨® al Gobierno y al embajador en Marruecos el traslado de Basir.
La moci¨®n ha expuesto las contradicciones del propio PP, poco dado a la defensa de los refugiados, pero tambi¨¦n las de Unidas Podemos, que ha votado en contra de una iniciativa que, en otras circunstancias, habr¨ªa defendido.
Un equilibrio imposible
En el caso de los populares, su diputada Ana V¨¢zquez ha mantenido estos meses un equilibrio casi imposible. Al mismo tiempo que defend¨ªa la actuaci¨®n de los agentes espa?oles o las devoluciones en caliente que su partido legaliz¨® con la ley mordaza, era, junto a los nacionalistas catalanes y vascos, una de las m¨¢s beligerantes contra el ministro Grande-Marlaska. Lo ha acusado de mentir, de permitir la entrada de gendarmes marroqu¨ªes en suelo espa?ol o de ser connivente con la violencia ejercida al otro lado de la frontera. V¨¢zquez, a su vez, tambi¨¦n reconoci¨® p¨²blicamente que desconoc¨ªa las dificultades que los refugiados africanos tienen para pedir asilo de forma legal en territorio espa?ol.
Ha sido esta sorpresiva defensa del derecho al asilo por parte del PP la que ha utilizado el portavoz de Unidas Podemos, Enrique Santiago, para desmarcarse de una petici¨®n por motivos m¨¢s pol¨ªticos que ideol¨®gicos. ¡°No es muy cre¨ªble la preocupaci¨®n del PP por el derecho de asilo¡±, dijo para justificar su rechazo a la reprobaci¨®n del ministro. Aunque vot¨® en contra, Santiago s¨ª apoy¨® el mi¨¦rcoles p¨²blicamente el traslado a Espa?a del sudan¨¦s. El diputado de IU record¨® a Grande-Marlaska su compromiso para que ¡°en las embajadas y los consulados se puedan recibir solicitudes de asilo¡±.
En el rechazo de Santiago a la propuesta del PP subyacen las tensiones en el Parlamento y en el propio Gobierno de coalici¨®n. Santiago, que ha defendido en numerosas ocasiones un enfoque de derechos humanos ante el desaf¨ªo migratorio, ha ido rebajando su tono cr¨ªtico contra Grande-Marlaska por la gesti¨®n de lo ocurrido en Melilla. El discurso duro que mantuvo tras la tragedia fue diluy¨¦ndose cuando el Gobierno de coalici¨®n se vio en apuros ante las revisiones de penas y excarcelaciones por la ley del s¨ª es s¨ª. Los ataques de la derecha forzaron la rebaja de los embates de UP con el PSOE por este tema.
El PSOE, por su parte, volvi¨® a defender este mi¨¦rcoles la actuaci¨®n durante los sucesos de Melilla y evit¨® referirse al caso del refugiado sudan¨¦s. El diputado David Serrada acus¨® al PP de atraer los votos de la izquierda para reprobar a Grande-Marlaska: ¡°Utilizan a la polic¨ªa, retuercen la ley, y si hay que utilizar una tragedia humanitaria la usan. Lo rid¨ªculo es que hay partidos que se lo compran¡±. El PSOE siquiera respondi¨® a DEMOS, Estudio Legal de Derechos Humanos, el equipo jur¨ªdico que asiste al joven de 24 a?os y que se ha reunido con varios partidos para explicar las caracter¨ªsticas jur¨ªdicas del caso.
La reprobaci¨®n de Grande-Marlaska es el ¨²ltimo coletazo parlamentario relacionado con la tragedia de Melilla. El episodio en el que murieron 23 personas ha seguido en el foco durante siete meses, pero tras el archivo de la causa por parte de la Fiscal¨ªa, el ministro ha visto reforzada su defensa de la actuaci¨®n policial de aquel d¨ªa.
En el Congreso no solo se ha cuestionado la actuaci¨®n de las fuerzas de seguridad del Estado ante el intento de unas 2.000 personas de forzar un puesto fronterizo, sino la propia posici¨®n de Grande-Marlaska, que lejos de asumir ning¨²n error del lado espa?ol, tambi¨¦n ha rechazado cualquier cr¨ªtica a los agentes marroqu¨ªes, grabados mientras aporreaban a los supervivientes. El ministro tambi¨¦n ha hecho afirmaciones a lo largo de estos meses que ha tenido que rectificar, como que los gendarmes marroqu¨ªes no entraron en territorio espa?ol. Por ¨²ltimo, Grande-Marlaska mantiene hasta hoy que ninguna persona muri¨® en el lado espa?ol de la frontera, una tesis cuestionada por dos investigaciones period¨ªsticas de la BBC y de Lighthouse Reports junto a EL PA?S, adem¨¢s de por varios de los diputados que tuvieron acceso a los v¨ªdeos grabados por la Guardia Civil durante aquella jornada.
La posibilidad de acudir a las embajadas para pedir asilo es un derecho que recoge la ley y es la v¨ªa que ha defendido Espa?a en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su defensa de las devoluciones en caliente. Aunque son conocidas las enormes dificultades que tienen algunos refugiados (especialmente los subsaharianos) para solicitar protecci¨®n en las delegaciones diplom¨¢ticas espa?olas, el tribunal asumi¨® que era posible hacerlo y, por tanto, leg¨ªtimo devolver de forma expr¨¦s a quien no agotase todas las posibilidades legales antes de saltar una valla. Tras la tragedia de Melilla, el propio Grande-Marlaska se?al¨® que Espa?a no pod¨ªa aceptar asaltos violentos en su frontera, menos a¨²n cuando existen alternativas legales como esta. ¡°Espa?a es un pa¨ªs de acogida para cualquier solicitante de asilo que llame a nuestras puertas, pero no puede permitir que nadie intente derribarlas a la fuerza¡±, dijo el pasado mes de noviembre. Mientras se decide qu¨¦ hacer con su caso, Basir contin¨²a escondido en Marruecos. ¡°No puedo m¨¢s. Estoy realmente cansado de mi vida y me siento como un zombi¡±, cont¨® a EL PA?S desde su escondite.
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