La ¡®ley del solo s¨ª es s¨ª¡¯ enreda al Congreso en un bucle
El Gobierno intenta sin ¨¦xito desviar los debates hacia otros asuntos, pero el PP ya no habla de otra cosa
Da igual que est¨¦n delante el presidente, la ministra de Econom¨ªa o la titular de Trabajo. Da lo mismo que se pregunte por la situaci¨®n pol¨ªtica en general o por asuntos mucho m¨¢s concretos como las rentas de las familias o las estad¨ªsticas del paro. El Congreso ha entrado en un bucle en el que cualquier debate acaba conduciendo irremisiblemente a la ley de libertad sexual, bautizada como ley del solo s¨ª es s¨ª. Algunos grupos todav¨ªa hacen esfuerzos por hablar de otros temas, pero no es el caso del PP. Ma?ana, tarde y noche los populares martillean, actualizando a cada hora las cifras de agresores sexuales beneficiados por las rebajas de penas.
-Me est¨¢ preguntando lo mismo que la semana pasada- se quej¨® Pedro S¨¢nchez a Cuca Gamarra en un momento de la sesi¨®n parlamentaria de control al Gobierno de este mi¨¦rcoles.
-Y usted me est¨¢ respondiendo lo mismo que la semana pasada- replic¨® al presidente la portavoz del PP.
Efectivamente, Gamarra volv¨ªa a preguntar ¡ªo m¨¢s bien a atizar¡ª por el solo s¨ª es s¨ª y S¨¢nchez volv¨ªa a hablarle de las medidas econ¨®micas de su Gobierno, de los impuestos a las grandes fortunas y de la subida del salario m¨ªnimo: el d¨ªa de la marmota desde que el combate por la ley de libertad sexual ha desplazado a cualquier otro asunto de la conversaci¨®n pol¨ªtica.
El Ejecutivo ten¨ªa tan pocas ganas de contestar que en varios momentos intent¨® dar la vuelta a la sesi¨®n de control y convertir al fiscalizador ¨Dla oposici¨®n¨D en fiscalizado. La cuesti¨®n era cambiar de tema practicando el di¨¢logo de besugos, esa t¨¦cnica escapista que se ha refinado casi como un arte en el parlamentarismo espa?ol. La pirueta m¨¢s espectacular en ese aspecto corri¨® a cargo del ministro de la Presidencia, F¨¦lix Bola?os, quien, aprovechando que ERC le preguntaba por la aplicaci¨®n de la Ley de Memoria Democr¨¢tica, contest¨® preguntando ¨¦l mismo al PP si considera que el ¡°aborto es o no un derecho¡±. Los murmullos de protesta se alzaron en la bancada popular, mientras uno de sus diputados recitaba maquinalmente, en voz audible por todo el hemiciclo, una letan¨ªa incesante: ¡°S¨ª es s¨ª, s¨ª es s¨ª, s¨ª es s¨ª¡¡±.
Las cifras que airea PP sobre las consecuencias de la aplicaci¨®n de la ley resultan cada d¨ªa m¨¢s sofisticadas. Los populares llevan cuenta hasta de los aniversarios. ¡°Hoy se cumplen tres meses de la primera rebaja de penas¡±, revel¨® Gamarra ante S¨¢nchez. Otro diputado popular, Mario Garc¨¦s, ech¨® n¨²meros y concluy¨® que ¡°cada cinco horas se rebaja la pena a un violador¡±. Garc¨¦s preguntaba a la vicepresidenta segunda, Yolanda D¨ªaz, por las cifras del paro, pero no pudo resistirse a situar el foco a la vez en esas otras cifras. Tambi¨¦n su compa?ero Carlos Rojas, ante la vicepresidenta primera y ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, fue saltando alternativamente y con extraordinaria agilidad del precio de la cesta de la compra a las excarcelaciones de delincuentes sexuales.
Gamarra se centr¨® en afear al presidente la ¡°parsimonia¡± con que se est¨¢ afrontando la reforma de la ley, ante las posiciones encontradas entre las dos formaciones del Gobierno. Y lanz¨® de nuevo su ¡°mano tendida¡± ¨Dque los socialistas ven m¨¢s bien como el abrazo del oso¨D para que pacte con el PP lo que hasta ahora no ha logrado pactar con Unidas Podemos. ¡°Con nosotros puede traer la pr¨®xima semana al pleno su rectificaci¨®n¡±, emplaz¨® la portavoz popular.
S¨¢nchez volvi¨® sobre una de esas ideas que ha entrado en el coraz¨®n del argumentario de hasta el ¨²ltimo diputado socialista: que ¨¦l gobierna para la ¡°mayor¨ªa social¡± mientras el PP ¡°defiende a las ¨¦lites¡±. Las protestas por la sanidad ofrecieron al presidente una ocasi¨®n para cambiar de tercio, evocar sin citarla a Isabel D¨ªaz Ayuso y denunciar que hay dirigentes del PP que ¡°insultan a los sanitarios¡±. De la ley de libertad sexual, ni una palabra, aunque acabase replicando t¨¢citamente a Gamarra. S¨¢nchez asegur¨® que su Gobierno rectifica cuando se equivoca, para a continuaci¨®n lanzar la estocada: ¡°Los que nunca se equivocan son ustedes. Siempre est¨¢n con los de arriba¡±.
Mientras S¨¢nchez y Gamarra se bat¨ªan, la ministra de Igualdad, Irene Montero, bostezaba solitaria en su esca?o. Cuando le lleg¨® el turno, evit¨® el monotema ante la diputada del PP Marta Gonz¨¢lez, acogi¨¦ndose a que la pregunta escrita de esta versaba sobre la ley trans. Luego s¨ª entr¨® en el solo s¨ª es s¨ª ante Ignacio Gil L¨¢zaro, de Vox, siempre fiel a la tradici¨®n de dejar constancia en cada discurso suyo de la ¡°miseria moral¡± de este Gobierno. Montero explic¨® que solo un organismo consultivo, el Consejo General del Poder Judicial, hab¨ªa formulado una advertencia previa sobre la tipolog¨ªa de las penas cuando estudi¨® la norma a¨²n en elaboraci¨®n y que el Gobierno atendi¨® en su d¨ªa esta alegaci¨®n, retocando los castigos m¨¢ximos previstos. La ministra quiso mostrar su cara m¨¢s conciliadora y remat¨® con un llamamiento a la C¨¢mara para buscar juntos una f¨®rmula que evite la rebaja de penas sin volver a la distinci¨®n anterior entre abusos y agresiones.
La novedad fue que el PP volvi¨® a poner en la diana a Yolanda D¨ªaz, tras varios meses evit¨¢ndola. Los populares se han empe?ado en denunciar que el Ministerio de Trabajo maquilla las cifras del paro al incluir entre los empleados a los fijos discontinuos. Por ah¨ª se desliz¨® el diputado Garc¨¦s, pese a que su argumentario adolec¨ªa de un punto d¨¦bil: as¨ª se contabiliza el paro en Espa?a desde 1985. Garc¨¦s no se desanim¨® por ello y se arroj¨® de bruces a la contienda. D¨ªaz contest¨® sin despeinarse:
-El paro en Espa?a se cuenta exactamente igual que con el Gobierno de Rajoy, al que usted pertenec¨ªa.
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