El milagro lector del perro ¡®Klaus¡¯ en la peque?a biblioteca de un pueblo de Navarra
Ni?os del municipio de Cintru¨¦nigo mejoran sus problemas en el habla gracias a sesiones de lectura con canes: ¡°El cambio es brutal¡±
Diego tiene siete a?os y vive en Cintru¨¦nigo (Navarra). Al principio responde con monos¨ªlabos, pero enseguida cuenta que est¨¢ leyendo un libro de Dani y Evan, El tesoro del T-rex dorado, y que le gusta mucho. La saga que de verdad le encanta es la de Ben 10. ¡°Es mi favorito. Es un ni?o que tiene 10 a?os y se puede transformar en cualquier alien¨ªgena. Hay uno que es mi favorito que es fuego y se llama Fuego. Hay otro que se llama Cuatro Brazos y tiene cuatro brazos. ?Te imaginas que tuviera solo dos?¡±, y se r¨ªe imagin¨¢ndolo. Esta conversaci¨®n no llamar¨ªa la atenci¨®n, de no ser porque los padres de Diego, Nando Randez y Almudena Garc¨ªa del Pozo, contemplan la situaci¨®n asombrados desde el otro lado del cristal de la biblioteca del pueblo. Hace cinco semanas, Diego apenas manten¨ªa una conversaci¨®n con fluidez y menos a¨²n con desconocidos. Tiene un problema en el habla y le cuesta leer m¨¢s que al resto de sus compa?eros, lo que le gener¨® una inseguridad y una timidez notables. Tampoco le gustaba leer. Randez asegura que le ¡°han cambiado al hijo¡±. Uno de los art¨ªfices de ese cambio es un perro llamado Klaus; la otra, Elizabeth Franc¨¦s, t¨¦cnica en terapia asistida con animales.
Los dos forman parte de la asociaci¨®n Perros y Letras, integrada en la organizaci¨®n estadounidense READ, y son el ¨²nico equipo de este tipo que ejerce en Navarra. Este es su primer proyecto, en el que participan 12 menores. La mitad de los ni?os han sido seleccionados por el colegio p¨²blico Otero de Navascu¨¦s porque tienen alguna dificultad en el aprendizaje, en el habla o en la conducta. Los dem¨¢s son chavales del pueblo que acuden para mejorar su lectura.
La biblioteca p¨²blica de Cintru¨¦nigo (7.800 habitantes) acoge una vez por semana sesiones de lectura individualizada de 20 minutos de duraci¨®n a las que el menor llega con un libro de su elecci¨®n. ¡°Siempre libros de ocio, cuentos; nunca de texto¡±, detalla Franc¨¦s. El ni?o, el perro y la t¨¦cnica que hace de gu¨ªa se sientan en la manta ¡°m¨¢gica¡±, en la que ¡°hay que mantenerse en calma para que Klaus est¨¦ relajado¡±. El menor lee en voz alta y cuando ¡°Klaus detecta que el ni?o no entiende una palabra, lee muy deprisa o tiene alguna dificultad, levanta la pata o las cejas¡±. Aqu¨ª el peque?o se convierte en el maestro, y Diego nos lo muestra. ¡°Klaus, ?has entendido?¡±, pregunta. Entra en juego Franc¨¦s que, junto con Diego, busca la palabra en el diccionario o la explica ella misma, dependiendo de la edad del menor: ¡°Le tapamos las orejas a Klaus para que no escuche. Le explico qu¨¦ significa la palabra y el ni?o levanta la oreja de Klaus y se lo cuenta. Luego le pregunta si lo ha entendido y Klaus para decirle que s¨ª, le da la pata¡±.
Si el perro nota nervioso al menor, se acerca para que le acaricie; es la forma de reducir su nivel de ansiedad. Diego nos lo cuenta: ¡°?Te acuerdas el primer d¨ªa que me puso la cabeza aqu¨ª sobre el libro? ?No me dejaba leer!¡±. En ning¨²n momento lo percibe como una correcci¨®n, sino como una muestra de cari?o. La interacci¨®n con el animal ayuda a trabajar la empat¨ªa, la comunicaci¨®n oral o la autoestima. En tan solo cinco semanas, los resultados han sido incre¨ªbles. Lo confirman los padres de Diego, pero tambi¨¦n la bibliotecaria Ana Ram¨ªrez de Oc¨¢riz y Nazaret Bayo, madre de Martina, de siete a?os, que tambi¨¦n participa en el programa y cuya autoestima ha mejorado mucho. Franc¨¦s lo ha notado en los dem¨¢s menores: ¡°Hay ni?os que no hac¨ªan las pausas de los puntos y las comas y han aprendido a hacerlas, a entonar, a leer pausadamente¡±.
En el caso de Diego, los avances son m¨¢s que evidentes. Sus padres nos cuentan que han pasado de tener que leerle los libros que le enviaban desde el colegio a que est¨¦ en la habitaci¨®n leyendo ¨¦l solo. ¡°Un libro, ¨¦l solo, en cinco sesiones¡±, comentan asombrados. Diego es uno de los menores enviados por el colegio porque tiene un problema de lectura y en el habla: ¡°Hablaba, pero no se entend¨ªa bien lo que dec¨ªa¡±. Su padre explica que ¡°si hab¨ªa algo que no sab¨ªa decir, se callaba¡±. ¡°No era como otros chiquillos que lo sueltan, aunque lo digan mal. Y mira ahora...¡±, a?ade. Han notado una evoluci¨®n en su relaci¨®n con los dem¨¢s. Antes era muy t¨ªmido, no miraba a los ojos, y ahora incluso pide leer en clase y en catequesis. Para Diego, ese ¡°cambio brutal¡± que ven sus padres es, sin embargo, mucho m¨¢s sencillo. Dice que antes no le¨ªa porque no ten¨ªa libros y ahora tiene ¡°varios con h¨¦roes y villanos¡±. Lo ¨²nico que ha cambiado, asegura, es que ahora hay libros que le gustan: ¡°Por eso me gusta leer¡±.
Un programa que naci¨® en EE UU
El programa READ naci¨® en Salt Lake City (EE UU) en 1999 y est¨¢ extendido por casi una treintena de pa¨ªses, incluida Espa?a, donde ejercen desde 2012 en m¨¢s de una decena de comunidades aut¨®nomas. Adem¨¢s de con menores ¡ªhabitualmente de 6 a 12 a?os¡ª, trabajan con ancianos y con poblaci¨®n reclusa, como un medio para aumentar su autoestima y mitigar su soledad. El equipo lo conforman perro y gu¨ªa. Generalmente se opta por los canes por su capacidad para entender el lenguaje corporal humano, pero tambi¨¦n se puede adiestrar a otros animales como gatos, conejos e, incluso, ponis.
No cualquier perro puede formar parte del programa, explica Franc¨¦s: ¡°Vienen seleccionados de la camada por su temperamento, y hasta que no cumplen dos a?os no pueden entrar¡±. Los animales, independientemente de su raza, deben ser sociables, obedientes, tener un temperamento adecuado y disfrutar de la compa?¨ªa de personas. Algo que Klaus demuestra in situ a base de leng¨¹etazos y muestras de cari?o. Los animales est¨¢n asegurados como canes de trabajo y se exige a sus gu¨ªas que mantengan unas condiciones higi¨¦nicas estrictas: desparasitaciones externas mensuales, an¨¢lisis coprol¨®gicos trimestrales y ba?os y cepillados habituales.
Tanto Klaus como Franc¨¦s aprobaron el examen en 2019, pero no son solo un equipo de trabajo, son una familia: ¡°Es un perro de familia normal que va al campo, es travieso, pero cuando le ponemos el pa?uelo rojo, detecta que est¨¢ trabajando¡±. El pa?uelo y la manta roja son las se?ales para que Klaus se concentre en su labor profesional. Solo puede trabajar dos horas al d¨ªa porque ¡°lo principal es el bienestar del animal¡±, asegura Franc¨¦s.
Tanto la familia de Diego como la bibliotecaria Mart¨ªnez de Oc¨¢riz r¨ªen al recordar la primera vez que oyeron hablar del programa. Ram¨ªrez de Oc¨¢riz narra que cuando Franc¨¦s le explic¨® en qu¨¦ consist¨ªa pens¨® ¡°ya no saben qu¨¦ inventar¡±: ¡°Me pareci¨® una ocurrencia, sinceramente¡±. La subvenci¨®n del Ministerio de Cultura, que cubre una parte muy importante de la actividad, ha facilitado su puesta en marcha. Por ahora, la biblioteca p¨²blica de Cintru¨¦nigo tiene a 20 menores en la lista de espera y hay varios colegios que ya han contactado con Franc¨¦s para seguir extendido la magia de Klaus por Navarra.
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