C¨®mo dejar de ser un ladr¨®n de cuello blanco
Presos de la c¨¢rcel de Estremera pasan el programa de rehabilitaci¨®n que han seguido Urdangarin y B¨¢rcenas
Un grupo de presos sentados en c¨ªrculo escucha a una v¨ªctima en un sal¨®n de la c¨¢rcel de Estremera (Madrid). Son educados, correctos y mantienen el orden de la conversaci¨®n. En el grupo hay un hombre que defraudaba a compa?¨ªas el¨¦ctricas, otro que estafaba con ventas por internet, un constructor que no constru¨ªa y una mujer que clonaba tarjetas de cr¨¦dito. A simple vista, ninguno de ellos cumple con el estereotipo de delincuentes durante un programa de rehabilitaci¨®n.
Antes de que V¨ªctor, Jos¨¦ o Laura se sentaran en estas sillas, lo hicieron el cu?ado del Rey, I?aki Urdangarin; y el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas. Otros, como Francisco Correa, cabecilla del caso G¨¹rtel, han pedido tambi¨¦n acogerse al mismo programa de rehabilitaci¨®n y el juez acaba de obligar a la esposa de B¨¢rcenas, Rosal¨ªa Iglesias, a seguirlo.
Se trata del Programa de Intervenci¨®n de Delitos Econ¨®micos (PIDECO), conocido de forma oficiosa como el programa de rehabilitaci¨®n para ladrones de cuello blanco. El taller, dise?ado por un equipo de psic¨®logos y t¨¦cnicos del Ministerio de Interior, trabaja con los presos condenados por delitos contra el patrimonio, la hacienda p¨²blica o los derechos de los trabajadores para que asuman y reparen su da?o a la sociedad y provocar su arrepentimiento.
V¨ªctor, que prefiere no dar su apellido, fue condenado a nueve a?os por falsificaci¨®n, hurto y estafa. Unas veces enga?aba a un comerciante, otras cobraba por sexo en citas en las que no aparec¨ªa y otras vend¨ªa por Wallapop objetos que nunca entregaba. ¡°Entr¨¦ en una espiral de gasto en la que necesitaba cada vez m¨¢s dinero. Te crees el m¨¢s listo del mundo y est¨¢s convencido de que es posible enga?ar una y otra vez sin que te pillen¡±, explica en un sal¨®n de la c¨¢rcel de Estremera despu¨¦s de haberse visto con una v¨ªctima como parte del m¨®dulo de Justicia Restaurativa incluido en el programa PIDECO. ¡°A m¨ª me gustaba el lujo y vivir por encima de mis posibilidades. Quieres lo mejor y te sientes por encima de los dem¨¢s¡±, a?ade. ¡°He aprendido a dejar de mirar por encima del hombro a los dem¨¢s para empezar a mirarme a m¨ª mismo¡±, dice a punto de terminar el programa.
PIDECO, dise?ado en 2018 y en marcha desde 2021, es un plan pionero en el mundo y de ¨¦l se han hecho eco The New York Times o las autoridades europeas. La idea surgi¨® cuando los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n de N¨®os, G¨¹rtel, Pok¨¦mon, Kitchen, Bankia o Palau llenaban las p¨¢ginas de los peri¨®dicos y crec¨ªa el n¨²mero de condenados por esta raz¨®n tanto en cantidad como en calidad. Hasta hoy han participado 315 condenados desde estafadores de poca monta a financieros o notarios que robaron cientos de miles de euros con contratos y escrituras falsas. El programa, que no lleva aparejada la reducci¨®n de condena, ayuda a los jueces de vigilancia a tomar decisiones sobre el comportamiento de un preso. La condici¨®n para poder realizarlo es haber sido condenado por un delito contra el patrimonio, la Hacienda p¨²blica, la Seguridad social, los derechos de los trabajadores o la ordenaci¨®n del territorio y el urbanismo, una recalificaci¨®n ilegal, por ejemplo. Est¨¢n excluidos delitos como hurto y robo.
Jos¨¦, de 46 a?os, fue condenado a 14 a?os ¡ªaunque espera que queden en seis¡ª por un delito de estafa continuada en la Comunidad de Madrid. Entre otras cosas alquilaba su piso a potenciales arrendatarios que le entregaban unos 500 euros en concepto de se?al, pero a los que nunca volv¨ªa dar se?ales de vida. Si la cosa se complicaba pagaba a uno y consegu¨ªa nuevos inquilinos Cuando fue detenido deb¨ªa 12.000 euros. ¡°Necesitaba seguir manteniendo el nivel de vida y vas li¨¢ndote m¨¢s y m¨¢s. Al final pierdes conexi¨®n con la realidad¡±. Seg¨²n los especialistas, uno de los principales problemas de la corrupci¨®n es la tibia condena colectiva. ¡°Los delitos econ¨®micos tienen una consideraci¨®n m¨¢s aceptable y t¨² mismo te perdonas: no llevaba armas, no mat¨¦, no di un tir¨®n¡ El programa me ha permitido volver a saber qui¨¦n soy¡±, cuenta Jos¨¦.
El programa PIDECO es hijo de una de las etapas m¨¢s corruptas de la historia reciente, y sus protagonistas han hecho famoso el programa dentro y fuera de Espa?a. Francisco Correa, cabecilla de la trama G¨¹rtel y condenado a 51 a?os de prisi¨®n fue de los primeros en pedir su inclusi¨®n ¡ªaunque no lo ha realizado¡ª e I?aki Urdangarin, condenado cinco a?os y diez meses por el caso N¨®os, fue de los primeros en terminarlo. Recientemente, complet¨® el programa Luis B¨¢rcenas, condenado a 29 a?os de c¨¢rcel ¡ªactualmente en r¨¦gimen de semilibertad¡ª y el juez ha obligado tambi¨¦n a su esposa Rosal¨ªa Iglesias, condenada a 12 a?os y 11 meses, a realizar el programa para poder seguir disfrutando de un r¨¦gimen similar al de su marido, que alcanz¨® esta semana.
Seg¨²n las psic¨®logas que dirigen el programa en la c¨¢rcel de Estremera, la caracter¨ªstica com¨²n entre quienes cometen este tipo de delitos es la ¡°desconexi¨®n moral¡±. ¡°Se consideran honrados, familiares y trabajadores que se vieron obligados a delinquir para impedir que despidieran a decenas de personas¡±, dice In¨¦s Valero, una de las coordinadoras. La ¡°doble moral¡± con la que muchos llegan, incluye a esos alcaldes condenados por corrupci¨®n urban¨ªstica que niegan haber cometido un delito porque crearon trabajo para su pueblo.
Narcisistas y h¨¢biles
Para Silvia S¨¢nchez, otra de las coordinadoras, el perfil de los presos que ingresa a PIDECO es el de ¡°un hombre, de m¨¢s de 40 a?os, con alg¨²n grado de estudios y que se considera m¨¢s listo que los dem¨¢s¡±, dice. ¡°Son narcisistas y tienen habilidad para la manipulaci¨®n y el enga?o¡±. Seg¨²n S¨¢nchez, est¨¢n atrapados en el tri¨¢ngulo del fraude, una conducta con tres patas: motivaci¨®n, capacidad y oportunidad. En resumen, a?ade Valero, ¡°se creen los amos del universo¡±.
El programa, con una duraci¨®n de ocho a 12 meses en sesiones semanales de dos horas, est¨¢ dividido en tres partes. Un ¡°enfoque psicol¨®gico¡±, en la que se trabaja el egocentrismo, la humildad o la empat¨ªa. Otra de ¡°Justicia Restaurativa¡±, en la que los condenados escuchan a las v¨ªctimas de sus delitos; y otra de ¡°voluntariado social¡±. La finalidad es que el delincuente sea responsable de sus actos y termine pidiendo perd¨®n. ¡°El programa te ense?a que tus delitos tienen consecuencias y que los 500 euros que le estaf¨¦ a alguien no era solo dinero. Tal vez era la comida de una madre para su hijo durante un mes¡±, dice Jos¨¦. Como en su etapa en libertad trabajaba en la hosteler¨ªa, su voluntariado consiste en dar cursos de cocina a presos con discapacidad intelectual.
Laura, que tampoco quiere dar su nombre, fue condenada a nueve a?os por estafa continuada. Formaba parte de una banda de origen rumano que clonaba tarjetas de cr¨¦dito. Ella era la ¨²ltima de una cadena en la que unos pon¨ªan las microc¨¢maras junto a los cajeros, otros anotaban los nombres y hac¨ªan copia de las tarjetas y otros vaciaban las cuentas en los cajeros por la noche. ¡°Me vi atrapada en una din¨¢mica de avaricia y dinero f¨¢cil¡±. Laura tiene una hija de 25 a?os y llora cada vez que habla de ella. ¡°Me sent¨ªa en deuda con mi hija y quer¨ªa darle todo para que me quisiera. Quer¨ªa llenarla con objetos que no pod¨ªa pagar. Para comprar su amor cada vez necesitaba m¨¢s y m¨¢s dinero¡±, dice.
¡°?Qu¨¦ les ha ense?ado el programa?¡±. A Laura, ¡°la empat¨ªa y ponerse en el lugar del otro¡±. A V¨ªctor: ¡°Que si fu¨¦ramos tan listos no estar¨ªamos aqu¨ª¡±, dice se?alando los muros de la prisi¨®n.
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