El asesino de Mar¨ªa dej¨® su retrato en las u?as de su v¨ªctima: var¨®n, ojos marrones, pelo casta?o...

El domingo 23 de enero de 2022, Mar¨ªa S., de 76 a?os, ten¨ªa previsto quedar con una amiga a tomar un caf¨¦ y cocinar una paella, pero nada de eso pas¨® porque alguien la asesin¨® en su garaje, en Castell¨®n. Ella se resisti¨® y ara?¨® a la persona que la estaba ahogando desde atr¨¢s. Sin saberlo, estaba almacenando bajo sus u?as la prueba que conducir¨ªa a los investigadores de homicidios a dar con el criminal que le quit¨® la vida por cuatro billetes, una cadena de oro y su alianza. Esos restos de ADN, gracias a una t¨¦cnica usada pocas veces en casos criminales en Espa?a, revelaron a los polic¨ªas c¨®mo era f¨ªsicamente el autor del asesinato. Viv¨ªa a apenas unos metros del escenario del crimen. El pasado lunes fue detenido.

Mar¨ªa hab¨ªa sido hija, mujer y madre de pescadores. A primera hora del d¨ªa sali¨® de casa con su carrito, hizo la compra ese domingo lluvioso y atraves¨® despu¨¦s el parque de la Panderola para acudir a un bajo, propiedad de su familia, en el barrio de El Grau, que usaban como garaje, despensa de alimentos y trastero. Sobre las diez y media de la ma?ana, entr¨® en esa cochera, A las 10.36 le comunic¨® a una amiga que se ver¨ªan en cinco minutos en una cafeter¨ªa a la que sol¨ªan acudir, y entr¨® hasta el fondo del local en forma de ele, tras dejar atr¨¢s el coche aparcado y dos arcones con comida congelada. A las 11, Mar¨ªa no hab¨ªa acudido a su cita matutina y la amiga, extra?ada al no recibir respuesta de la anciana, avis¨® a la familia. Fue uno de sus cinco hijos el que hall¨® el cuerpo de su madre, y en un primer momento crey¨® que hab¨ªa sufrido alg¨²n percance, pero no tardaron en darse cuenta de que a la anciana le faltaban varios objetos de valor.

La polic¨ªa ten¨ªa ante s¨ª uno de los casos m¨¢s complicados. Un homicidio cuya motivaci¨®n aparente era el robo, en el que casi con toda seguridad no exist¨ªa ning¨²n tipo de relaci¨®n entre el autor y la v¨ªctima, sin testigos, ni huellas. Un homicida sin rostro. La Unidad de Delitos Violentos de la Polic¨ªa de Castell¨®n se puso manos a la obra para poner nombre a ese fantasma. Los agentes inspeccionaron a fondo el escenario del crimen, recopilaron todas las im¨¢genes posibles de la zona e interrogaron a todos los vecinos. En oto?o, comenzaron a colaborar con los especialistas de Homicidios de la Comisar¨ªa General, en Madrid, y con la Unidad Central de Inteligencia Criminal, especializada en analizar grandes cantidades de informaci¨®n provenientes de antenas, individuos con antecedentes, personas identificadas en la zona por delitos parecidos... Toda la maquinaria en marcha.

Fue este oto?o cuando se plante¨® la posibilidad de utilizar una novedosa t¨¦cnica de an¨¢lisis de ADN que permite extraer el origen y algunas caracter¨ªsticas f¨ªsicas del autor. Los investigadores de Madrid acababan de emplearla en el caso de un asesino en serie de Alicante que mataba a v¨ªctimas sin conexi¨®n aparente. En ese caso, las conclusiones no supusieron un vuelco a la investigaci¨®n, porque confirmaron las caracter¨ªsticas que ya hab¨ªan podido aportar varios testigos y las im¨¢genes de una c¨¢mara de seguridad. Pero en el asesinato de Mar¨ªa pod¨ªa ser fundamental porque no hab¨ªa nada de eso.

Las muestras extra¨ªdas del escenario del crimen se enviaron a la Universidad de Santiago de Compostela, pionera en t¨¦cnicas de ADN. All¨ª se analizaron con esta nueva tecnolog¨ªa. En este caso, dieron a los investigadores de homicidios rasgos como que esa muestra pertenec¨ªa a un hombre de mediana edad, de tez medianamente oscura, ojos marrones y pelo casta?o y probablemente de origen norteafricano. Se trata de una herramienta que se ha usado en Espa?a en apenas una decena de investigaciones criminales, seg¨²n las fuentes consultadas. La Polic¨ªa Nacional ha recurrido a ella en cuatro ocasiones, aunque esta es la primera en la que la aportaci¨®n ha sido clave para dar con el autor del crimen.

Antonio Alonso, director del Instituto de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses, organismo dependiente del Ministerio de Justicia, que no ha participado en este caso, explica que el impulso de esta nueva t¨¦cnica llega a partir de 2016, cuando nace el proyecto europeo Visage, destinado a explorar sus posibilidades y debatir cuestiones ¨¦ticas y legales. Pero asegura que a¨²n est¨¢ lejos de alcanzar su potencial. ¡°No podemos decir que permita extraer un retrato robot, m¨¢s bien sirve a los investigadores para descartar sospechosos. En este momento no es una prueba determinante en un juicio, pero s¨ª que lo puede ser en la investigaci¨®n¡±, detalla el experto. ¡°Siempre hay que acabar comparando el ADN de la escena con el del detenido para tener una certeza total¡±, puntualiza.

En un futuro, de hecho, ya se est¨¢ trabajando en ello, con estos estudios se podr¨ªa determinar si un individuo tiene hoyuelos, la forma de la cara o si el l¨®bulo de la oreja est¨¢ pegado a la piel o separado. ¡°Se sabe que hay determinados genes que determinan parte de estas caracter¨ªsticas, pero en este momento no hay una validaci¨®n total en este sentido. La apariencia f¨ªsica de una persona depende de muchas otras cosas, aparte de los genes. El estilo de vida hace mucho: la alimentaci¨®n, el ejercicio, si te has te?ido el pelo, te has puesto lentillas de colores...¡±, se?ala Alonso. Otro de los casos en los que esta herramienta orient¨® a los investigadores fue en la violaci¨®n y asesinato de Eva Blanco en 1997. La Guardia Civil logr¨® detener al presunto autor en 2015, aunque se suicid¨® en la celda antes de su juicio.

El doctor ?ngel Carracedo, catedr¨¢tico de la Universidad de Santiago y hasta 2012, director del Instituto de Medicina Legal de dicho organismo, explicaba en una conferencia en 2011 uno de los mayores ¨¦xitos hasta ese momento, la Operaci¨®n Minstead, en la que su equipo colabor¨® con Scotland Yard. Despu¨¦s de 18 a?os de violaciones y asesinatos, la polic¨ªa logr¨® capturar a un violador en serie que atac¨® a mujeres mayores cada dos semanas desde 1992 hasta 2009 en diferentes zonas de Londres. ¡°Hab¨ªa un equipo dedicado ¨²nicamente a este criminal¡±, recordaba entonces el catedr¨¢tico, reconocido mundialmente por sus investigaciones gen¨¦ticas. El retrato robot del que dispon¨ªa este equipo mostraba a un hombre blanco, de nariz puntiaguda y labios finos. El an¨¢lisis de las muestras puso a los agentes en la pista de un hombre cuyos ancestros eran un 85% africanos y un 12% europeos. Los cient¨ªficos concluyeron que lo m¨¢s posible es que fuera alguien de origen caribe?o. El criminal result¨® siendo un brit¨¢nico de origen jamaicano que nada ten¨ªa que ver con la descripci¨®n de los testigos.

En el caso de Castell¨®n, los especialistas de homicidios hab¨ªan estado trabajando adem¨¢s en un perfil del sospechoso. Concluyeron que deb¨ªa de ser un hombre con cierta fuerza, la que exige la t¨¦cnica del matale¨®n, como se conoce a la asfixia con los brazos desde atr¨¢s, residente en la zona porque el homicidio no hab¨ªa sido planificado, sino que se plante¨® la posibilidad al ver pasar a la mujer esa ma?ana, con alg¨²n tipo de dependencia a las drogas y seguramente con antecedentes.

Finalmente, los resultados de la Universidad de Santiago, junto con la informaci¨®n telef¨®nica y de c¨¢maras analizada, y el perfil trazado, estrech¨® el c¨ªrculo sobre un sospechoso. Durante semanas se hizo seguimiento del individuo y los agentes pudieron obtener una muestra del perfil gen¨¦tico del hombre. Cuando los resultados determinaron que se trataba del mismo de las u?as de Mar¨ªa, lleg¨® la ansiada resoluci¨®n. Este lunes le detuvieron cuando sal¨ªa de su casa, apenas a un centenar de pasos del garaje de su v¨ªctima. ¡°Simplemente, dijo que no se acordaba de nada¡±, resume uno de los agentes implicados en la investigaci¨®n.

El detenido ten¨ªa antecedentes, pero hab¨ªa cometido su ¨²ltimo delito hac¨ªa m¨¢s de 10 a?os. ¡°En esa ¨¦poca, lo normal era introducir en el sistema las huellas, pero no estaba generalizado incorporar el ADN a las bases de datos¡±, explica uno de los investigadores. Por eso, aunque introdujeron las pruebas en el sistema, este no arroj¨® ninguna coincidencia. Ahora, su ADN s¨ª constar¨¢ en el sistema. El que arranc¨® de ¨¦l su v¨ªctima y que consigui¨® que su asesinato no quedara impune.