S¨¢nchez busca garant¨ªas de estabilidad para una legislatura ante la mayor¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de la democracia
La negociaci¨®n se atasca por desconfianzas y exigencias de ambas partes, pero todos conf¨ªan en salvarla
Todos los protagonistas han llegado ya tan lejos, que un fracaso a estas alturas ser¨ªa una cat¨¢strofe. Todo es tan dif¨ªcil, que solo puede salir bien. La negociaci¨®n para la investidura de Pedro S¨¢nchez vive un momento de incertidumbre, en el que los mensajes que se emiten desde el epicentro de las discusiones empiezan a ser de cierta alarma. ¡°No es pesimismo, es realismo. Es muy dif¨ªcil. Pero seguimos confiando en que saldr¨¢¡±, resume un miembro del Gobierno. ¡°Es una negociaci¨®n muy compleja y exige su tiempo¡±, se?ala otro. ¡°Las corrientes de fondo son las mismas, pero es muy complicado¡±, resume uno m¨¢s, que recuerda as¨ª que la l¨®gica pol¨ªtica hace pensar que se resolver¨¢ el puzle, porque todos ganan mucho si se logra y pierden si no ¡ªla coalici¨®n se queda sin Gobierno y se arriesga a que sume la derecha, pero los independentistas pueden perder toda su capacidad de influencia y se quedar¨ªan sin amnist¨ªa¡ª.
Sin embargo, el problema es encontrar un punto de encuentro que satisfaga a todos. Los mensajes que llegan de los independentistas no son muy diferentes. ¡°Estamos lejos¡±, insisten. Nadie habla de ruptura, pero tampoco encuentran de momento la salida del t¨²nel.
En este contexto, en el que la negociaci¨®n parece atascada especialmente por una cuesti¨®n de desconfianza y de garant¨ªas ¡ªJunts insiste en el ¡°mecanismo de verificaci¨®n¡± que parece muy complejo de articular, mientras los socialistas reclaman que renuncien a la unilateralidad, algo que el propio Carles Puigdemont se encarg¨® de descartar este s¨¢bado en las redes sociales, apelando de nuevo a lo que dijo el pasado 5 de septiembre¡ª, S¨¢nchez ha dejado claro a todos sus interlocutores en la ronda con portavoces de esta semana que no est¨¢ buscando un pacto de investidura, como en 2020, sino de legislatura. El acuerdo, dicen los socialistas, debe incluir al menos los primeros Presupuestos.
El PSOE no est¨¢ dispuesto a dar el triple salto mortal que supone aprobar una ley de amnist¨ªa y dar un giro radical para acabar con todos los procesos judiciales en marcha alrededor del proc¨¦s sin una garant¨ªa de que dos meses despu¨¦s no vivir¨¢ un infierno parlamentario que acabe llevando a unas elecciones anticipadas despu¨¦s de un desgaste brutal que podr¨ªa abrir paso definitivamente a la derecha. S¨¢nchez est¨¢ dispuesto a dar todos los pasos necesarios, tambi¨¦n los simb¨®licos: esta semana llam¨® a Oriol Junqueras, l¨ªder de ERC, con el que no manten¨ªa una conversaci¨®n larga desde antes del proc¨¦s, hace m¨¢s de seis a?os, y se reuni¨® con todos los grupos salvo Vox, incluido Junts y Bildu, dos fotos delicadas. Pero a cambio quiere estabilidad y garant¨ªas.
Con ERC las cosas avanzan m¨¢s, especialmente tras la conversaci¨®n entre los l¨ªderes, en la que quedaron claras las tres exigencias de los republicanos: amnist¨ªa, que dan por hecha, pacto econ¨®mico, con transferencia de los trenes de cercan¨ªas, y un horizonte de soluci¨®n para el conflicto pol¨ªtico, con la revitalizaci¨®n de la mesa que se pact¨® en 2020. Pero con Junts todo parece m¨¢s atascado, y los mensajes que trasladan Puigdemont y M¨ªriam Nogueras, la portavoz parlamentaria y persona de su m¨¢xima confianza, indican que ellos no se mueven de la posici¨®n que marc¨® el l¨ªder el 5 de septiembre, hasta el punto de que ella le entreg¨® a S¨¢nchez una transcripci¨®n de ese discurso, por si hab¨ªa dudas.
S¨¢nchez ha vivido una legislatura dur¨ªsima, y la que viene puede ser a¨²n peor, porque sus n¨²meros en el Congreso son los m¨¢s complicados desde la recuperaci¨®n de la democracia con la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n en 1978. Por eso busca una cierta estabilidad parlamentaria. El l¨ªder del PSOE tuvo que gestionar la pandemia m¨¢s grave en un siglo, que dej¨® miles de fallecidos y oblig¨® al confinamiento varios meses de todo el pa¨ªs. La econom¨ªa espa?ola se contrajo un 11%, el mayor desplome desde la Guerra Civil. Al final del t¨²nel lleg¨® otro zarpazo, el de la guerra de Ucrania, que dispar¨® la inflaci¨®n hasta el 10,8%, la m¨¢s alta en cuatro d¨¦cadas. Adem¨¢s, la rebaja de condenas y liberaci¨®n de delincuentes sexuales beneficiados por los efectos indeseados de la ley del solo s¨ª es s¨ª amenaz¨® con romper el Gobierno. Por eso, S¨¢nchez persigue esta vez un pacto de legislatura que no tuvo en la pasada. Un escenario que el PNV, abierto a apoyar al menos esos primeros Presupuestos vinculados a la investidura, considera l¨®gico. Y que Bildu tambi¨¦n acepta. Pero ERC y Junts de momento se resisten a ese gran acuerdo.
Desde las elecciones generales de 1977, nunca un Gobierno tuvo unos n¨²meros tan ajustados. Adolfo Su¨¢rez y su UCD ganaron en 1977 y 1979 las elecciones generales con 165 y 168 esca?os. Las dificultades del primer Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, con 156 esca?os, se solventaron con el apoyo estable, con pacto de legislatura, de los nacionalistas del PNV y CiU. Ahora, los 152 esca?os del PSOE y Sumar dejan a S¨¢nchez a 24 votos de la mayor¨ªa absoluta, y con un bloque de oposici¨®n estable de 171 votos (PP, Vox y UPN).
A S¨¢nchez no le sobrar¨ªa ni un socio: ERC y sus siete esca?os, los siete de Junts, los seis de EH Bildu, los cinco del PNV y el del BNG. En el mejor de los casos, podr¨ªa aspirar a una mayor¨ªa de 179, incluyendo el voto de Coalici¨®n Canaria, reacio a una amnist¨ªa a los encausados del proc¨¦s y que como mucho se abstendr¨ªa en la investidura, pero que se ha ofrecido a colaborar durante la legislatura. Si le falla cualquiera de esos grupos, S¨¢nchez puede perder muchas votaciones, algo que no le pas¨® pr¨¢cticamente nunca en la pasada legislatura, que se auguraba muy inestable y acab¨® con tres Presupuestos y 200 leyes aprobadas.
¡°Sin duda es la negociaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil que ha tenido un Gobierno y la m¨¢s dif¨ªcil que ha tenido Pedro S¨¢nchez. Hay que alinear a muchos actores y siendo respetuoso, porque entre algunos de ellos no hay buena relaci¨®n. Es un equilibrio complicado¡±, resume un ministro. En este contexto, el papel de Sumar, que con sus 31 esca?os resulta clave para cualquier mayor¨ªa ¡ªtiene m¨¢s que todos los dem¨¢s aliados juntos¡ª es relevante. La vicepresidenta y l¨ªder de este grupo, Yolanda D¨ªaz, est¨¢ teniendo un gran protagonismo que sienta mal en algunos sectores del PSOE; pero que, seg¨²n fuentes de Sumar, est¨¢ coordinado con el presidente.
Adem¨¢s, en Sumar aseguran que D¨ªaz y Jaume Asens, que tiene contacto directo con Junts, est¨¢n empujando a favor del acuerdo con los pasos que van dando. S¨¢nchez se ha desvinculado de alguno de ellos, como el informe presentado esta semana sobre la constitucionalidad de la amnist¨ªa, pero en ning¨²n momento critica a D¨ªaz, lo que refuerza esa idea de la discreta coordinaci¨®n. En Sumar asumen que puede haber alg¨²n desgaste por dar pasos arriesgados, pero creen que lo importante es impulsar la negociaci¨®n. ¡°Es una cuesti¨®n de responsabilidad, de inter¨¦s general, ahora no hay que mirar las encuestas¡±, resumen fuentes de esta formaci¨®n.
Empieza as¨ª una semana en la que los m¨¢s optimistas esperaban poder tener listo el acuerdo e incluso poder celebrar la investidura, y, sin embargo, no hay s¨ªntomas de que sea inminente. ¡°Avanzamos con todos, pero con nadie est¨¢ hecho¡±, resumen en La Moncloa. ¡°Podemos estar aqu¨ª hasta el ¨²ltimo d¨ªa¡±, avis¨® Gabriel Rufi¨¢n (ERC), en referencia al 27 de noviembre, la fecha l¨ªmite antes de la repetici¨®n electoral.
A partir del lunes se intensificar¨¢n las negociaciones, pero la prueba m¨¢s evidente de que hay atasco es que el presidente lleva semanas anunciando que, en cuanto pueda, hablar¨¢ claro y explicar¨¢ su posici¨®n, pero sigue sin hacerlo. Primero dijo que lo har¨ªa despu¨¦s de la investidura fallida de Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Despu¨¦s, que ser¨ªa cuando acabara la ronda con los grupos. Las dos cosas han pasado. Pero el viernes ni siquiera comparecieron portavoces del PSOE, se limitaron a mandar un comunicado. La gran explicaci¨®n de S¨¢nchez est¨¢ pendiente. Tanto como el acuerdo m¨¢s dif¨ªcil de los ¨²ltimos a?os. Queda poco m¨¢s de un mes para llegar a la zona cr¨ªtica, pero nadie parece querer apurarlo. Todos saben que alargar el proceso aumenta el riesgo de fracaso.
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