Las protestas ante las sedes del PSOE dividen al PP y Vox

Desde que la semana pasada se hizo p¨²blico que el Gobierno iba adelante con la aprobaci¨®n de una ley de amnist¨ªa para los independentistas catalanes, el PP y Vox se han lanzado a una competici¨®n a cara de perro para liderar la reacci¨®n en las calles. Populares y ultras llevan semanas convocando manifestaciones y actos p¨²blicos contra la medida de gracia, hasta que esta semana esa estrategia de agitaci¨®n de la calle ha subido de nivel y se ha dirigido contra las sedes del PSOE. El PP, que a diferencia de Vox, no ha patrocinado estas ¨²ltimas protestas ¨Del l¨ªder ultra, Santiago Abascal, ha participado en una de ellas¨D, se uni¨® en un primer momento a la extrema derecha para cuestionar la actuaci¨®n de la polic¨ªa ante la primera noche de tensi¨®n en Ferraz. Despu¨¦s de la deriva cada vez m¨¢s violenta de las concentraciones, que se han descontrolado con disturbios provocados por grupos neonazis y de ultraderecha, el PP y Vox se han dividido. Los populares, incluidos los presidentes auton¨®micos que comparten gobiernos con Vox, han pasado a condenar de forma expl¨ªcita la violencia, mientras los ultras han cargado contra ellos por ¡°criminalizar¡± las manifestaciones. Abascal se ha lanzado a descalificar al PP por ¡°pusil¨¢nime¡±, aumentando la tensi¨®n entre los dos aliados.

El PP vir¨® el mi¨¦rcoles su discurso y conden¨® de forma expl¨ªcita la violencia, despu¨¦s de haberse resistido desde el lunes por la tarde a hacerlo, a pesar de que ese d¨ªa la protesta en Ferraz ya termin¨® con cargas policiales y tres detenidos. La consigna de la direcci¨®n, que el d¨ªa anterior hab¨ªa tratado de navegar en la ambig¨¹edad cargando las tintas contra la actuaci¨®n policial, cambi¨® el mi¨¦rcoles por completo a una desautorizaci¨®n expresa de los incidentes violentos. En cambio, Vox responsabiliz¨® de los disturbios al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a quien imputa ordenar ¡°acciones absolutamente desproporcionadas¡± y ¡°manifiestamente ilegales¡±. ¡°La violencia es responsabilidad de Marlaska¡±, ha defendido Abascal.

Alberto N¨²?ez Feij¨®o y todos sus barones, incluida Isabel D¨ªaz Ayuso ¨Dque, de hecho, se adelant¨® al l¨ªder¨D condenaron los disturbios durante el d¨ªa. ¡°La violencia no tiene cabida en democracia y debe rechazarse siempre. Ya sea por ultras de extrema izquierda o de derecha. La violencia no tiene cabida en democracia y su impunidad, tampoco¡±, dijo Feij¨®o a mediod¨ªa, aunque se?al¨® a Pedro S¨¢nchez como responsable. Por la tarde, el l¨ªder de Vox carg¨® contra el PP. ¡°Otra vez G¨¦nova y sus sat¨¦lites despistados¡±, dijo Abascal a los suyos mediante la red social X, antes Twitter. ¡°El mayor favor que se le puede hacer a los golpistas es criminalizar las protestas contra el golpe. En eso est¨¢n los pusil¨¢nimes y los interesados. Los que aspiran a ser una oposici¨®n blandita, para que los golpistas no los insulten. Los que ofrecen pactos a S¨¢nchez o incluso a Junts. Los que aspiran a heredar las ruinas. Ni caso. Nosotros, junto a los espa?oles que est¨¢n dispuestos a hacer frente a los que pretenden liquidar la Ley y la Naci¨®n¡±.

El problema del PP en este choque con Vox son sus cinco gobiernos auton¨®micos conjuntos ¨DCastilla y Le¨®n, Murcia, Extremadura, Comunidad Valenciana y Arag¨®n¨D, que se tensionan con las discrepancias entre los aliados. Junto a Feij¨®o, los presidentes auton¨®micos del PP salieron en cascada contra la violencia en las protestas, incluidos los que comparten Gobierno con los ultras, aunque sus vicepresidentes hab¨ªan estado participando en esas concentraciones. ¡°Nada que tenga que ver con la violencia tiene que ver con el Partido Popular. Sin paliativos, sea contra quien sea. No puede ser que las manifestaciones sean al margen de la ley¡±, enfatiz¨® el presidente aragon¨¦s, Jorge Azc¨®n. En esa misma l¨ªnea fueron todos. El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Maz¨®n, expres¨® su condena a la violencia ¡°en todos sus t¨¦rminos, venga de donde venga y se dirija contra quien se dirija¡±.

Pero Azc¨®n, como otros de sus colegas, soslay¨® el reproche directo a su socio de Gobierno, evitando valorar la conferencia de prensa que tuvo lugar el martes en la sede de Vox en Madrid, en la que Abascal reuni¨® a todos sus vicepresidentes en gobiernos del PP, y con ellos delante llam¨® a la polic¨ªa a rebelarse contra La Moncloa. ¡°Es un acto de su partido. Estoy convencido de que los polic¨ªas van a cumplir con la obligaci¨®n que tienen¡±, dijo Azc¨®n, tratando de restarle importancia. Los populares hacen como que oyen llover con sus socios ultras. Aunque el partido de Abascal ha instado a sus aliados a romper relaciones institucionales con el Gobierno en funciones de Pedro S¨¢nchez, de momento el PP se resiste a seguirlo en su prop¨®sito.

El PP se ve obligado, no obstante, a hacer equilibrios para no perder el favor de su base social, que comparte con Vox la animadversi¨®n a Pedro S¨¢nchez y la indignaci¨®n por la aprobaci¨®n de la amnist¨ªa, mientras intenta mantener un comportamiento de partido de Estado. Esa tensi¨®n se vio en la renuncia el mi¨¦rcoles de uno de sus cargos p¨²blicos a consecuencia de las protestas. Dante P¨¦rez, alcalde popular de Gimenells (Lleida), un municipio de poco m¨¢s de 1.000 habitantes, anunci¨® que se da de baja del Partido Popular al acusarlo, igual que Vox, de haber ¡°criminalizado¡± las protestas en Madrid en contra de la amnist¨ªa. Tras reprochar al PP que haya intentado ¡°normalizar¡± la relaci¨®n con el nacionalismo, P¨¦rez apunt¨®: ¡°Y lo peor: cuando el pueblo al que el PSOE conduce a una dictadura decide rebelarse, lo criminaliza¡±.

Con t¨¢cticas diferentes, PP y Vox pretenden mantener la tensi¨®n en la calle, aunque las protestas se est¨¦n descontrolando. Los populares han convocado para el domingo concentraciones en todas las capitales de provincia, mientras los ultras siguen llamando a acudir frente a la sede del PSOE. El PP est¨¢ molesto con Vox porque considera que, al jalear a los violentos, est¨¢ ayudando al PSOE a ¡°desviar el foco¡± con los disturbios en las protestas, en lugar de que se siga hablando de los pactos con los independentistas. ¡°Vox se retroalimenta con el PSOE¡±, se quejan dirigentes del PP. Los socios discrepan, pero mantienen intacta su alianza y su estrategia de agitaci¨®n de la calle.