Caravana de secuestros en la Costa del Sol
Los delitos con violencia se suceden en el litoral malague?o como parte del ecosistema criminal ligado al narcotr¨¢fico
El primer secuestro fue un susto. Varios hombres se llevaron a otro a la fuerza en un bar de Estepona. Lo trasladaron de madrugada a un lugar apartado en la sierra. Le golpearon, le amenazaron con una pistola y pidieron 5.000 euros al mes. Cuatro horas despu¨¦s, lo soltaron. ?l se neg¨® a pagar, y, d¨ªas m¨¢s tarde, la operaci¨®n se repiti¨®. En el segundo secuestro que viv¨ªa en menos de una semana ya sufri¨® extrema violencia: cortes por arma blanca, golpes con cinturones y pu?etazos durante una larga noche. La v¨ªctima era un empresario y ¡°estaba hecho un Cristo¡±, resumen fuentes del caso, que acab¨® con siete personas detenidas por la Polic¨ªa Nacional. Es solo uno de los muchos hechos similares que se han registrado en el ¨²ltimo a?o en la Costa del Sol. La mayor¨ªa, con los mismos ingredientes: sicarios armados, villas lujosas, narcotraficantes, enormes cantidades de dinero, torturas y la b¨²squeda de informaci¨®n para cometer nuevos delitos. Puro crimen organizado.
Tras la imagen vacacional y de turismo del litoral malague?o se esconde un ecosistema ligado al narcotr¨¢fico que pasa desapercibido para la mayor¨ªa de poblaci¨®n. Ah¨ª entran en juego organizaciones formadas por sicarios que se dedican ¡°a lo que les salga¡±, seg¨²n fuentes policiales especializadas. ¡°Hacen lo que sea¡±, insisten. Extorsiones, palizas, transporte de droga o robos a otros grupos criminales forman parte de su cat¨¢logo de actividades. Tambi¨¦n los secuestros, con los que suelen tener una doble intenci¨®n: informaci¨®n y dinero. ¡°Las torturas y los golpes suelen ir encaminadas a saber d¨®nde hay droga escondida o qui¨¦n la tiene, con el objetivo de robarla¡±, se?ala la misma fuente. Como toda norma, hay excepciones, pero la mayor¨ªa de familiares de las v¨ªctimas no colaboran porque suelen tener antecedentes por tr¨¢fico de drogas. ¡°Quieren que los liberes, pero no revelan a lo que se dedican¡±, explican. Muchas de estas situaciones, de hecho, suelen solucionarse entre los propios delincuentes, aunque hay ocasiones en los que el miedo les supera. ¡°Solo acuden a comisar¨ªa cuando est¨¢n acorralados¡±, a?ade este agente.
Su presencia en la Costa del Sol mantiene a decenas de polic¨ªas alerta. Son los mismos que investigan la constante llegada de embarcaciones con hach¨ªs o coca¨ªna a playas malague?as, as¨ª como todos los movimientos posteriores de la mercanc¨ªa. Algunas veces toma rumbo directo hacia Europa en veh¨ªculos de alta gama que recorren a toda velocidad las autov¨ªas. Y otras se esconden en pisos, villas o zonas rurales en las denominadas guarder¨ªas, a la espera de que sus propietarios las recojan.
La ubicaci¨®n de estos escondites es informaci¨®n valiosa, como bien sab¨ªan seis hombres de nacionalidad francesa que este verano alquilaron un chal¨¦ adosado de dos plantas en Mijas. A simple vista eran unos visitantes m¨¢s: iban a la playa, acud¨ªan a clubs y visitaban algunos municipios de la zona. Su hoja de antecedentes dec¨ªa otra cosa ¡ªrobo con violencia, narcotr¨¢fico e incluso el intento de asalto a un furg¨®n del Banco de Francia¡ª y sus planes eran muy diferentes al turismo. Ten¨ªan previsto secuestrar a un narco, al que vigilaban, para quitarle dinero y droga. Y pensaban asaltar una guarder¨ªa para llevarse m¨¢s mercanc¨ªa con veh¨ªculos robados. Cuando recibieron refuerzos y todo indicaba que iban a ejecutar sus prop¨®sitos, fueron arrestados junto a otros miembros que a¨²n permanec¨ªan en tierras francesas. En total, 11 detenidos.
¡°No hay compasi¨®n¡±
Un vuelco que s¨ª se complet¨® y que supuso la sustracci¨®n de 1.500 kilos de hach¨ªs fue el desencadenante de otro secuestro, esta vez m¨²ltiple. Ocurri¨® despu¨¦s de que miembros de un grupo de narcos quedaran con cuatro hombres para una transacci¨®n de este tipo de droga en una vivienda en la urbanizaci¨®n La Reserva de Marbella. Cuando los compradores pudieron ver la mercanc¨ªa, comprobaron que era la misma que les hab¨ªan robado d¨ªas antes. Su respuesta fue secuestrar a los cuatro vendedores, que se cree que solo ejerc¨ªan de intermediarios. Se los llevaron a una villa en la zona de La Quinta Hills, en Marbella. Los ataron a las camas de una habitaci¨®n donde sufrieron torturas durante seis d¨ªas: golpes, amenazas, y privaci¨®n de alimentos. Solo los liberar¨ªan a cambio de cinco millones de euros. ¡°Esto es crimen organizado puro y duro: no hay compasi¨®n ni medias tintas¡±, contaba un polic¨ªa que particip¨® en una compleja investigaci¨®n que adem¨¢s iba contrarreloj: uno de los raptados era diab¨¦tico y, sin insulina, morir¨ªa. Fueron, de hecho, los propios delincuentes los que, cuando supieron que la polic¨ªa ya los ten¨ªa identificados, dejaron al hombre, inconsciente, frente a la casa de sus padres para evitar que les imputaran tambi¨¦n por homicidio. Estuvo un mes ingresado en el hospital Costa del Sol, pero sobrevivi¨®. Cuando los dem¨¢s fueron liberados rompieron a llorar. ¡°Pensaban que iban a matarlos¡±, relata el agente. La Polic¨ªa Nacional arrest¨® a 15 personas por su implicaci¨®n en los hechos.
El dinero que buscan las organizaciones que se dedican al secuestro y la extorsi¨®n no tiene siempre forma de billetes o fardos. En primavera, un grupo de tres hombres secuestr¨® en Benalm¨¢dena a un ciudadano h¨²ngaro al que pretend¨ªan robarle una cartera con 50 bitcoins y un valor de 1,3 millones de euros. Tras su desaparici¨®n, un amigo recibi¨® una imagen de la v¨ªctima, atada de pies y manos y con una pistola en la cabeza. Hab¨ªa un mensaje adjunto: sus captores ped¨ªan un mill¨®n de euros por su libertad. La imagen, tomada en una villa de lujo, parte de la vista de una ventana. Fue la pista que sirvi¨® a los agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) para localizar el chal¨¦. La habitaci¨®n en la que estaba recluido el hombre estaba totalmente cubierta de pl¨¢stico. Tambi¨¦n hab¨ªa una sierra. ¡°Eso indicaba que quer¨ªan realizar una r¨¢pida limpieza si le disparaban o le cortaban alg¨²n miembro¡±, cuenta un polic¨ªa.
El agente insiste en que el narcotr¨¢fico es la causa ¡°m¨¢s t¨ªpica¡± para los secuestros en la Costa del Sol, pero esta era una de esas ocasiones excepcionales en las que no. Pas¨® tambi¨¦n meses despu¨¦s, en septiembre, cuando un grupo de 13 ciudadanos franceses que hab¨ªa alquilado en Mijas una lujosa casa ¡ªpor 4.000 euros al mes¡ª sufri¨® un robo en la vivienda. Joyas, dinero y unos auriculares que consiguieron encontrar gracias a la tecnolog¨ªa GPS. Secuestraron primero al que consideraron ladr¨®n y, despu¨¦s, al que ¨¦ste les dijo que les hab¨ªa vendido el dispositivo. Cuando se dispon¨ªan a llev¨¢rselo en un coche, lleg¨® la polic¨ªa para abortar la situaci¨®n. Varios de los individuos fueron detenidos all¨ª mismo y los dem¨¢s, en Puerto Ban¨²s gracias a la Polic¨ªa Local de Marbella. Tambi¨¦n la v¨ªctima fue arrestada por robo.
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