Condenados a m¨¢s de 11 a?os de c¨¢rcel cuatro j¨®venes por matar a un hombre que se neg¨® a darles tabaco
Issam Haddour, de 34 a?os, muri¨® tras recibir una brutal paliza y quedar a la intemperie en un parque de Logro?o
La noche del 6 de abril de 2021, un grupo de seis j¨®venes, cuatro chicos y dos chicas (menores de edad), se acercaron a Isam Haddour, un repartidor marroqu¨ª de 34 a?os, que descansaba en el Parque del Ebro de Logro?o junto a la bicicleta con la que se ganaba la vida repartiendo hamburguesas. Le pidieron unos cigarros y ¨¦l no se los dio. Aquella negativa le cost¨® la vida, ya que el grupo la emprendi¨® con ¨¦l a golpes hasta dejarlo inconsciente, tirado a la intemperie. Al d¨ªa siguiente, muri¨®. Era ¨¦poca de pandemia, con poca presencia de gente en la calle y nadie vio la agresi¨®n. Pero las c¨¢maras la registraron por completo. Aunque la voz que quienes lo conocieron calificaban de alegre de Haddour ya no volver¨¢ a escucharse, este jueves cuatro de esos j¨®venes violentos, los dos mayores de edad en el momento de los hechos, han sido condenados a m¨¢s de 11 a?os de c¨¢rcel por aquel asesinato. Todos reconocieron los hechos.
El presidente Magistrado del Tribunal del Jurado en el caso del Crimen del Parque del Ebro ha dictado sentencia y condena a los cuatro acusados a 10 a?os de prisi¨®n a cada uno de ellos por el delito de asesinato y por el delito de robo con violencia condena a tres de ellos a un a?o y seis meses de c¨¢rcel y a seis meses de prisi¨®n al cuarto acusado al que reconoce la atenuante de alteraci¨®n ps¨ªquica, ha publicado la Audiencia de La Rioja.
A todos los condenados, que ya acumulaban una larga retah¨ªla de antecedentes penales cuando cometieron el crimen, les aplica la eximente incompleta de grave adicci¨®n al alcohol y a sustancias t¨®xicas y el atenuante de reparaci¨®n del da?o al haber sido satisfechas las indemnizaciones que se solicitaban para los familiares de la v¨ªctima ¡ª300.000 euros¡ª y tambi¨¦n por haber abonado los gastos sanitarios al Servicio Riojano de Salud, 6.271 euros.
La sentencia considera probado que los acusados, tras dejar inconsciente y malherido a Haddour, le arrebataron sus pocas posesiones, ¡°una cartera con dinero, la documentaci¨®n, el tabaco, un tel¨¦fono m¨®vil, la bicicleta y una cazadora que llevaba puesta¡±. Y, posteriormente, lo abandonaron agonizante y a la intemperie aunque eran plenamente conscientes de que su vida corr¨ªa peligro y de que no iba a poder ser auxiliado por nadie, ya que hab¨ªa toque de queda a causa de la pandemia por el covid entre las 11 de la noche y las 7 de la ma?ana.
Haddour fue encontrado tirado en el suelo con la cabeza ensangrentada por un viandante a las 7.30 de la ma?ana siguiente. ¡°Inmediatamente avis¨® a los servicios de emergencia, que encontraron a la v¨ªctima en un estado de coma profundo¡±. Adem¨¢s del traumatismo craneoencef¨¢lico, sufr¨ªa, a causa de las bajas temperaturas de la noche, ¡°una hipotermia grave y severa que le produjo arritmias malignas, aptas para provocar un fallo cardiaco, asistolia y la muerte¡±, detalla la sentencia. Los esfuerzos de los sanitarios fueron in¨²tiles: Haddour muri¨® a las 19.20 horas del 7 de abril a causa de la hemorragia cerebral que se extendi¨® a gran velocidad y result¨® inoperable, recoge la sentencia.
La resoluci¨®n judicial argumenta que ¡°hubo en los acusados ¨¢nimo de matar¡±, pero no hay ninguna menci¨®n a que pudiese tratarse de un crimen xen¨®fobo o racista, relacionado al origen o el color de la piel de la v¨ªctima, algo que tambi¨¦n descartaron en su d¨ªa los investigadores.
Los agentes de la Polic¨ªa Judicial tardaron solo dos d¨ªas en atar todos los cabos y detuvieron a los seis presuntos autores del crimen de inmediato. Primero, a un chico colombiano, de 22 a?os, que luc¨ªa sin escr¨²pulos el abrigo de plumas que le hab¨ªan quitado a la v¨ªctima. Despu¨¦s, al resto, todos espa?oles, uno por uno, casa por casa, en los dos d¨ªas sucesivos. Las dos chicas menores fueron las ¨²ltimas. En los registros de los domicilios encontraron las prendas manchadas de sangre de Haddour que les incriminaban.
La hermana de Haddour lo describ¨ªa entonces desde la localidad alavesa de Oy¨®n ¡ªa apenas cinco kil¨®metros de Logro?o¡ª, donde ella y su hermano viv¨ªan, como una personas a la que ¡°le encantaba cantar, ten¨ªa una voz prodigiosa, aterciopelada, tocaba todos los instrumentos: el piano, la guitarra, la darbuka [un tipo de tambor de copa]. Era una alegr¨ªa, siempre sonriendo, todos le quer¨ªan, nunca tuvo problemas con nadie¡±.
Issam Haddour fue enterrado en Oy¨®n, donde ha trabajado su familia desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. ¡°Aquella noche, le llam¨¢bamos al tel¨¦fono, pero no daba se?al¡±, recordaba su hermana, desde la casa de sus padres, con quienes viv¨ªan junto a otro hermano peque?o. ¡°Pensamos que, como otras veces, se habr¨ªa quedado en casa de alg¨²n amigo: ?C¨®mo ¨ªbamos a imaginar algo as¨ª?¡±, se preguntaba.
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