El anochecer de Equinoccio, el centro comercial fantasma de Valladolid
El cierre de los negocios de una gran superficie aboca a los due?os y al Ayuntamiento a buscar nuevos usos
Antes todo esto era gasto. Cines punteros con tecnolog¨ªa 3D, tiendas de todo tipo, comida r¨¢pida por doquier, multinacionales de pedigr¨ª, un minigolf y todo el entretenimiento posible para las familias medias de principios de siglo un viernes por la tarde. Hab¨ªa que fajarse para encontrar aparcamiento y aguantar colas en los establecimientos punteros. Eran otros tiempos. El centro comercial Equinoccio yace entre las nieblas de Zarat¨¢n (Valladolid, 6.300 habitantes) como una enorme ballena econ¨®mica varada por las mareas de las crisis, las estrategias empresariales y los cambios de h¨¢bitos de consumo. La gran superficie ha quedado casi abandonada, pues solo resiste una bolera, tras atraer hace no tanto a m¨¢s de un mill¨®n de visitantes anuales. Casi nadie estaciona en esas plazas mientras sus propietarios eval¨²an nuevos usos y el Ayuntamiento ofrece su ayuda para darle sentido a la infraestructura.
El inmueble se inaugur¨® en 2002, ¨¦poca boyante donde este modelo de ocio y compras se expand¨ªa sin visos de hundimiento. La parcela, a tres kil¨®metros de Valladolid ciudad, se sembr¨® de grandes marcas y las firmas peleaban por conseguir un local en Equinoccio, entonces sin apenas competencia en la ciudad y el alfoz. La cosa funcionaba hasta que llegaron las estrecheces econ¨®micas y emergi¨® un rival: el centro comercial Rio Shopping, en el cercano Arroyo de la Encomienda, otra ciudad dormitorio de Valladolid. Mismo concepto de enorme superficie, la mayor de Castilla y Le¨®n, cerca de la urbe y con m¨²ltiple gama comercial. El pulso pronto se decant¨® hacia la novedad y Equinoccio vislumbr¨® su atardecer. La tecnol¨®gica MediaMarkt y la especialista en bricolaje Leroy Merlin cambiaban de acera, la deportiva Sprinter tiraba la toalla, los vanguardistas cines hicieron lo propio y un supermercado los imit¨®. Las ¨²ltimas inquilinas del espacio, una pista de karts, una sala de baile, as¨ª como el contiguo centro deportivo con pistas de p¨¢del, claudicaron y dejaron sola a la bolera, ¨²nico negocio activo en esa infraestructura. Los restaurantes donde rubricar la velada hace mucho que no reciben comandas. Hace no tanto hab¨ªa tanta oferta que hac¨ªan dudar.
La ficha del centro comercial, disponible en Altamira Inmuebles, su actual propietaria y parte del conglomerado del banco Santander, plasma la inmensidad del lugar: dos edificios con dos plantas y un aparcamiento subterr¨¢neo, zona para bolera, karts y minigolf, espacio para cines y supermercados y hasta 115 posibles comercios. All¨¢ por 2018, cuando ya flaqueaba, acudieron 1,2 millones de visitantes. Entre la zona construida y los 3.000 aparcamientos exteriores suman 150.000 metros cuadrados, 66.000 de los cuales se encuentran prestos para su alquiler. Al alcalde de Zarat¨¢n, Roberto Migall¨®n (PP), le apena y preocupa la situaci¨®n de la gran superficie que tanta gloria laboral y financiera dio al municipio la d¨¦cada pasada. ¡°Es una mala noticia, era un tejido comercial importante¡±, destaca, y ofrece el compromiso del Ayuntamiento para ¡°ayudar en todo lo posible dentro de la legalidad a dar otro uso¡±, para lo cual se han reunido varias veces con la propiedad y sus asesores. Migall¨®n habla con discreci¨®n para no entorpecer las conversaciones sobre futuras opciones para el espacio y cita ¡°proyectos¡± de la propiedad para revitalizar Equinoccio. Ellos han planteado la construcci¨®n de un Palacio de Congresos, figura ausente en una ciudad con mucha vida empresarial como Valladolid: ¡°Ellos no lo ten¨ªan en mente y podr¨ªa ser una opci¨®n buena para Valladolid ciudad y Zarat¨¢n, los centros comerciales como anta?o no tienen mucho sentido, tenemos que dar alternativas¡±. EL PA?S se ha dirigido a la gestora que administra, pero no ha obtenido respuesta.
Uno de los ¨²ltimos negocios en caer tuvo que cesar su actividad, pese a seguir siendo atractivo para la clientela. Meseta Karting, unas pistas interiores de karts, recib¨ªa a¨²n a cientos de aficionados al motor cada fin de semana para culebrear por sus curvas y pelear por los mejores tiempos, pero el contrato firmado en 2013 termin¨® el pasado abril de 2023 y la propiedad de Equinoccio no quiso renovarlo. Mundi Casta?o, la gerente del circuito ahora clausurado, a¨²n se pregunta por esa decisi¨®n corporativa: ¡°La empresa tiene una gerente muy agradable y cercana, pero es intermediaria. M¨¢s arriba hay una gestora con se?ores que no se avienen a nada, el propietario es el Santander, no dieron argumentos para no renovar y dec¨ªan que era inevitable¡±. Meseta tuvo que despedir a varios empleados y decepcionar a sus clientes, al igual que tantos establecimientos v¨ªctimas del mismo criterio, seg¨²n Casta?o, pues ¡°lo han ido dejando morir, a quienes les venc¨ªa el contrato no se lo renovaban¡±. Para la empresaria, ¡°con Rio Shopping no se puede competir, pero este era un centro comercial muy bien montado¡±. Valladolid cuenta con otro centro comercial, Vallsur, m¨¢s antiguo, no tan lejano y con frecuentes renovaciones para resistir al gigante perif¨¦rico. A sus tiendas, cines o cadenas alimenticias se ha unido recientemente otra bolera, la tercera de la ciudad.
Acceder ahora a Equinoccio, sin m¨¢s destino que la solitaria bolera o curiosear entre persianas met¨¢licas extendidas, ofrece una imagen fantasmag¨®rica. El visitante camina pr¨¢cticamente en soledad sobre azulejos brillantes, bien cuidados, junto a jardineras con plantas sanas y escaleras mec¨¢nicas a pleno rendimiento, sin apenas pasajeros sobre sus afilados pelda?os. Al fondo, la bolera conserva cierto bullicio, a¨²n sede de cumplea?os infantiles y competiciones entre colegas. Los zapatones resuenan sobre el suelo de parqu¨¦ y las bolas corren, con mayor o menor fortuna, rumbo a los desprotegidos bolos de madera. Solo esas pistas impiden que Equinoccio haga pleno en desertificaci¨®n comercial.
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