Los 206 kil¨®metros de cuevas c¨¢ntabras conectadas: ¡°Nos faltan cuatro kil¨®metros para ser las m¨¢s grandes de Europa¡±
Varios grupos de expertos exploran largu¨ªsimas galer¨ªas enlazadas bajo la superficie de Cantabria
Cantabria infinita, por encima y por debajo. El lema tur¨ªstico de la regi¨®n se aplica tanto en superficie por la calidad y amplitud de las playas y la rica orograf¨ªa monta?osa como bajo tierra. La comunidad combina la proximidad al mar con elevadas cordilleras y terrenos elevados bajo los cuales se encuentran misterios subterr¨¢neos irresistibles para los espele¨®logos. Estos expertos, tras a?os de pesquisas entre galer¨ªas y pozos sin ver la luz del sol, han conseguido confirmar que el sistema conocido como Alto del Tejuelo consta de al menos 206 kil¨®metros de recorrido, equivalente m¨¢s o menos a la conexi¨®n por carretera entre Santander y San Sebasti¨¢n. Miguel ?ngel Gonz¨¢lez, uno de los encargados de explorar esas cavidades de variad¨ªsimas alturas, anchuras o profundidad, define as¨ª el atractivo de estos emplazamientos para sus colegas de afici¨®n: ¡°Cantabria es el para¨ªso de la espeleolog¨ªa¡±. El conjunto de cavidades m¨¢s extenso de Europa se encuentra en Suiza, con 210 kil¨®metros, est¨ªmulo suficiente para seguir escudri?ando esas conexiones.
¡°Hemos dedicado media vida¡±, se satisface Gonz¨¢lez, como uno de los integrantes del grupo Secja, de Alcobendas (Madrid). Junto a esta asociaci¨®n han participado el grupo c¨¢ntabro Proteus, Acem de Matar¨® (Barcelona) o Especul (Lovaina, B¨¦lgica). La colaboraci¨®n de decenas de colaboradores ha permitido que en dos a?os hayan recorrido 30 nuevos kil¨®metros en el subsuelo, ¡°una barbaridad¡±. El madrile?o tiene 59 a?os y lleva 28 inspeccionando estos conjuntos, sin ser pese a ello de los m¨¢s veteranos en las expediciones. Las investigaciones comenzaron en un espacio llamado La torca de Vernall¨¢n, una cueva con un desarrollo vertical de 450 metros de profundidad. Los equipos bajaron ¡°en plan visita¡± y descubrieron que ¡°las galer¨ªas no se correspond¨ªan mucho con la topograf¨ªa¡± y, tras pedir permiso al Gobierno c¨¢ntabro y a la Federaci¨®n c¨¢ntabra, hacer un nuevo levantamiento topogr¨¢fico y explorar esos caprichosos circuitos a decenas y cientos de metros de profundidad.
El espele¨®logo intenta hacer asequibles las explicaciones sobre esas intrincadas galer¨ªas para que el gran p¨²blico no especialista comprenda el alcance de los hallazgos: ¡°Todo ha ido creciendo poco a poco, es como un gran puzle, las cuevas son las piezas y han ido creciendo y acopl¨¢ndose al puzle, formando el sistema Alto del Tejuelo, es como una sola cueva que tiene muchas cuevas, las hemos ido uniendo unas con otras hasta los 206 kil¨®metros¡±.
El director de las Cuevas Prehist¨®ricas de Cantabria, Roberto Onta?¨®n, celebra el ¡°patrimonio cultural y natural¡± de la regi¨®n, referente internacional tanto en lo prehist¨®rico como en arte rupestre u observaci¨®n del subsuelo. ¡°Estas cuevas son espacios aprovechados por las sociedades humanas desde hace m¨¢s de 400.000 a?os y periodos m¨¢s recientes, donde la gente se refugiaba en ellas para huir de bombardeos de las guerras carlistas o de la Guerra Civil, tambi¨¦n hay cuevas en Castro Urdiales donde viv¨ªan familias semin¨®madas¡±, explica el experto sobre las cavidades c¨¢ntabras. Onta?¨®n recalca los conjuntos como atractivo para espele¨®logos o aficionados hasta el punto de que en el valle de Matienzo se han instalados grupos de Manchester (Inglaterra) para explorarlo y trabajar en las proximidades: ¡°Uno de ellos da clases de ingl¨¦s, la espeleolog¨ªa deportiva atrae a muchos franceses e ingleses¡±.
La complejidad del Alto del Tejuelo requiere que los aventureros pasen tres o cuatro d¨ªas en los campamentos instalados en zonas secas y estables a fin de optimizar las incursiones y garantizar el sustento y el bienestar de los aventureros. Las 20 entradas requieren conocimientos t¨¦cnicos de subir y bajar por cuerda, poco apto para los profanos, as¨ª como permisos para proceder a ello.
Las exploraciones han permitido encontrar salas inmensas, como la apodada ¡°Sal¨®n del haya¡±, donde ¡°se podr¨ªa meter f¨¢cilmente el Santiago Bernab¨¦u¡±. Las abundantes aguas de Cantabria han propiciado, gracias a la erosi¨®n de millones de a?os surcando los suelos, un conjunto valios¨ªsimo para la espeleolog¨ªa y peligroso cuando se lanzan a observarlo como pioneros: ¡°Nadie ha pasado por donde vamos nosotros y hay bloques sueltos, inestables en las zonas nuevas¡±.
La experiencia acarrea precauciones como la de mirar la previsi¨®n meteorol¨®gica por si llueve, pues en una expedici¨®n las fuertes precipitaciones les impidieron salir por los pozos: ¡°Si intentas salir mueres por hipotermia¡±. Eso le sucedi¨® una vez con su pareja, tambi¨¦n aficionada al mundo subterr¨¢neo, de modo que aguardaron un d¨ªa m¨¢s para abandonar las galer¨ªas, pues el proceso requiere entre tres y cuatro horas si la escapatoria es sencilla y hasta cinco en las complejas. Inviable si llueve con fuerza, tambi¨¦n si se forman r¨ªos o canales por el subsuelo. Esos episodios dan m¨¢s valor a¨²n a los campamentos y el avituallamiento apropiado por si hay sustos.
El cap¨ªtulo de accidentes apenas lo conforman sucesos graves m¨¢s all¨¢ de cuando a un compa?ero se le cay¨® una estalactita ¡°muy afilada¡± que le traspas¨® la mano entre el dedo gordo y el ¨ªndice: ¡°Menos mal que fue en la mano y no en la cabeza porque la atraves¨®, siempre llevamos botiqu¨ªn y tenemos conocimientos de rescate y primeros auxilios¡±. Los 206 kil¨®metros de la gloria no suponen el fin de la aventura, recalca Gonz¨¢lez, quien s¨ª cree que los pr¨®ximos hallazgos llegar¨¢n m¨¢s despacio porque las cuevas conectadas tienen ¡°mucho desarrollo¡± y requerir¨¢n paciencia para desbancar a las galer¨ªas suizas como las m¨¢s extensas del continente: ¡°Iremos como hormiguitas, poquito a poco¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.