El pecado original de la amnist¨ªa
Si el problema de origen de la ley es el oportunismo pol¨ªtico, el problema de origen del caso abierto en el Supremo es el oportunismo judicial
El caso Koldo, un episodio de corrupci¨®n deplorable, pero de impacto aparentemente limitado, ha eclipsado por unos d¨ªas el gran debate de la presente legislatura: la ley de amnist¨ªa para todos los encausados por el proc¨¦s, que este jueves ha sido aprobada por la Comisi¨®n de Justicia del Congreso. Como pa¨ªs incardinado en la Uni¨®n Europea, Espa?a comparte los grandes retos globales (la amenaza de Rusia, el auge de la polarizaci¨®n o el impacto de los avances tecnol¨®gicos), pero tiene en el encaje territorial de Catalu?a un problema interno de primer orden que, recurriendo a la tesis orteguiana, ¡°no se puede resolver, solo se puede conllevar¡±.
La ley de amnist¨ªa es la principal herramienta que el PSOE y sus aliados esgrimen para conllevar la demencial intentona secesionista que emprendieron Junts y ERC en 2017 y los disturbios que se produjeron en Catalu?a en 2019 tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo que conden¨® a los principales responsables del proc¨¦s. No as¨ª a Carles Puigdemont, quien logr¨® escapar de la acci¨®n de la justicia con su huida a B¨¦lgica. El problema irresoluble de la iniciativa es que su origen no es consecuencia de un proceso de convicci¨®n de los socialistas, sino de la necesidad que tienen de los siete votos de Junts para seguir gobernando tras las elecciones del pasado 23 de julio.
Este hecho ha propiciado que la tramitaci¨®n de la norma haya tenido episodios rocambolescos, en la que los pol¨ªticos que promueven la ley y algunos jueces han practicado un juego de pillos. El PSOE y sus socios han hecho piruetas, con enmiendas ad hominem, para esquivar la acusaci¨®n de terrorismo contra Puigdemont, mientras que el juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n y los magistrados del Tribunal Supremo han hecho ejercicios de contorsionismo para que al expresidente catal¨¢n le encaje a medida el traje de terrorista. Y si el problema de origen de la ley es el oportunismo pol¨ªtico, el problema de origen del caso abierto en el Supremo es el oportunismo judicial: el juez descubri¨® en noviembre de 2023 que tras los disturbios de 2019 estaba Puigdemont, a quien no hab¨ªa se?alado en los cuatro a?os de instrucci¨®n del caso Tsunami Democr¨¤tic y cuando la amnist¨ªa ya estaba sobre la mesa.
El pacto sobre la amnist¨ªa ha desatado la euforia en PSOE y Junts, excesiva a la vista del horizonte pol¨ªtico y judicial que a¨²n queda por recorrer. Los socialistas ven encauzada la legislatura a falta de los Presupuestos, mientras que Junts puede vender a su parroquia que ha logrado un triunfo rotundo al conseguir cambios en la ley como la eliminaci¨®n de la alusi¨®n al C¨®digo Penal, aunque el efecto pr¨¢ctico de esta modificaci¨®n es limitado, ya que los jueces seguir¨¢n siendo quienes decidan su aplicaci¨®n.
El acuerdo definitivo tiene la ventaja de que ya se conoce hasta qu¨¦ punto est¨¢ dispuesto a llegar el PSOE para que la amnist¨ªa prospere. Si lo consigue, como parece, la tentaci¨®n que tendr¨¢ ser¨¢ continuar con una legislatura que ha empezado con ruido y furia, una din¨¢mica dif¨ªcil de modificar. Si por cualquier raz¨®n la ley y la legislatura descarrilan, ser¨ªa deseable que en las pr¨®ximas elecciones cada partido llevase en su programa electoral de forma n¨ªtida su propuesta para el conflicto catal¨¢n. Se supone que el PSOE defender¨ªa sin tapujos, y sin pecado original, la amnist¨ªa. Y ser¨ªa una buena oportunidad para que el PP aclarase de una vez si su ¨²nica receta es la acci¨®n de la justicia y la hip¨¦rbole divisiva o si contempla, como pareci¨® en la campa?a gallega, otras alternativas a un problema que es, esencialmente, pol¨ªtico. Enrocarse o conllevar.
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