El embalse que se trag¨® un dolmen de la Edad del Cobre
Una balsa proyectada para el regad¨ªo en Ja¨¦n lleva seis a?o inactiva y sin ning¨²n plan para recuperar m¨¢s de 400 sitios arqueol¨®gicos enterrados: ni riego ni ruta visitable
Ni agua para el regad¨ªo ni conservaci¨®n del patrimonio. La denominada balsa de Cadimo, en las inmediaciones de la capital jiennense, empez¨® a construirse hace 15 a?os para dar respuesta a m¨¢s de 15.000 hect¨¢reas de olivar de la cuenca alta del Guadalquivir, una de las que soporta mayor d¨¦ficit h¨ªdrico. Cuando empezaron los trabajos los operarios se toparon con un colosal yacimiento con m¨¢s de 400 sitios arqueol¨®gicos y vestigios de hasta 8.000 a?os a.C. El embalse, de m¨¢s siete hect¨®metros c¨²bicos, se finaliz¨® hace seis a?os y, desde entonces, permanece inactivo ante la desaz¨®n de los regantes. Y, lo que es peor, sin ning¨²n plan a la vista para recuperar los numerosos restos hallados, entre ellos la joya de la corona, un dolmen de la Edad del Cobre.
¡°Muchos de los restos quedaron sepultados y otros anegados por las aguas de la balsa, y en algunos casos s¨ª que se protegieron, como el dolmen. Logramos que se desviaran las conducciones que suministra el agua al embalse para que no se viera afectado, y actualmente se encuentra cubierto y protegido por una valla¡±, expone Narciso Zafra, arque¨®logo de la Junta de Andaluc¨ªa que dirigi¨® las numerosas campa?as de excavaci¨®n que se llevaron a cabo en este enclave arqueol¨®gico al que los expertos dan una extensi¨®n de unos 400 kil¨®metros cuadrados.
El dolmen, considerado uno de los m¨¢s importantes de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, tiene forma de c¨¢mara sepulcral, lo que vendr¨ªa a avalar este tipo de enterramientos tan t¨ªpicos en la Edad del Cobre. Junto a ¨¦l aparecieron aparecen restos de un empedrado de un posible camino rural de ¨¦poca romana.
¡°Aparecieron restos de todas las ¨¦pocas, desde el Neol¨ªtico, la Prehistoria, el Imperio Romano, iberos o de la Edad Media¡±, comenta Vicente Barba, uno de los arque¨®logos que particip¨® en su d¨ªa en la veintena de campa?as de excavaci¨®n que se llevaron a cabo antes del inicio de la construcci¨®n de la presa.
En la prospecci¨®n arqueol¨®gica realizada junto al dique principal de la presa se localizaron restos de materiales cer¨¢micos, desde contempor¨¢neos hasta alg¨²n fragmento romano que podr¨ªan proceder del asentamiento romano denominado Villa del Cadimo. Y m¨¢s al sur tambi¨¦n aparecieron restos de explotaci¨®n minera.
Y en la zona oeste del dique principal se localizaron los restos de una necr¨®polis de ¨¦poca isl¨¢mica. Las tumbas se corresponden a una tipolog¨ªa de fosa simple excavada en la roca, cubierta por un peque?o t¨²mulo se?alizado con tejas o losas de piedra, y donde la posici¨®n del cad¨¢ver sigue el rito isl¨¢mico: cubito lateral derecho, orientadas al este.
Sin plan
Aunque inicialmente la intenci¨®n era recuperar parte de los restos y hacer una ruta visitable del yacimiento, lo cierto es que ese plan se esfum¨® conforme empezaron los trabajos de la balsa. El subdelegado del Gobierno en Ja¨¦n, Manuel Fern¨¢ndez, ha confirmado que no existe ning¨²n proyecto de esas caracter¨ªsticas ni tampoco ha recibido solicitud al respecto de la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa, que es la competente para proteger estos restos arqueol¨®gicos.
Los arque¨®logos han constatado la estrecha relaci¨®n de este enclave con el yacimiento de Marroqu¨ªes Bajos, que se divisa desde la misma balsa de Cadimo. Se trata de un lugar arqueol¨®gico que atesora 5.000 a?os de historia de Ja¨¦n y que se encuentra abandonado y cubierto, entre jaramagos y hierbas, en su parcela principal, la C.
Los hallazgos de esta parcela abarcan una cisterna y un pozo romano singular por sus dos entradas, enterramientos de posible procedencia ¨ªbera, los restos de unas tener¨ªas y viviendas y vestigios de joyer¨ªa y utensilios con m¨¢s de 3.000 a?os de antig¨¹edad.
Al contrario que en la balsa de Cadimo, este yacimiento, declarado reserva arqueol¨®gica hace 20 a?os, s¨ª cuenta con un plan de protecci¨®n y puesta en valor para convertirlo en un lugar de inter¨¦s arqueol¨®gico, tur¨ªstico, educativo y cultural visitable.
Sin embargo, la balsa de Cadimo, que empez¨® a construirse en 2008, tampoco est¨¢ cumpliendo el objetivo para la que se dise?¨®: llevar el agua a m¨¢s de 15.000 hect¨¢reas de olivar y regular el caudal ecol¨®gico del r¨ªo Guadalbull¨®n. Seis a?os despu¨¦s de que finalizaran las obras, sigue estando inactiva porque t¨¦cnicamente no se pueden realizar las pruebas de carga.
A pesar de las ¨²ltimas e intensas lluvias en la cabecera del Guadalquivir este embalse sigue por debajo del 50% de su capacidad., y para poder realizar esas pruebas de carga es preciso que est¨¦ pr¨¢cticamente llena. Lo estuvo hace dos a?os, pero la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir modific¨® el plan de llenado por la situaci¨®n de sequ¨ªa y opt¨® por su vaciado sin que se hubieran completado la pruebas al 100% de su capacidad. Tambi¨¦n hubo problemas en la formalizaci¨®n del contrato de suministro el¨¦ctrico para este embalse, unos tr¨¢mites que se han prolongado durante varios a?os.
Con una inversi¨®n de m¨¢s de 60 millones de euros financiados con fondos Feder, la balsa de Cadimo es una de las inversiones hidr¨¢ulicas m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas en la cuenca del Guadalquivir. Construida sobre el r¨ªo Guadalbull¨®n, entre los cerros del Cadimo, del ?guila y de la Higuera, cuenta con dos diques y su aliviadero est¨¢ dise?ado para un caudal de 7,8 metros c¨²bicos.
Curiosamente, no es el ¨²nico embalse que sigue varado en la provincia de Ja¨¦n. En el otro extremo de la provincia, en la Sierra de Segura, la presa de Siles, de 30 hect¨®metros c¨²bicos de capacidad, aguarda desde el a?o 2015 las tuber¨ªas para su entrada en servicio entre la desesperaci¨®n de los agricultores de la comarca.
¡°Exigimos que esa presa sea una realidad inmediata¡±, ha entonado Crist¨®bal Cano, secretario general de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores (UPA) en Andaluc¨ªa. Mientras, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir argumenta que han sido las duplicidades detectadas en los expedientes, lo que est¨¢ frenando la regularizaci¨®n de las concesiones de regad¨ªo de la presa.
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