Ver¨®nica Fumanal: ¡°Es dif¨ªcil ser una chica de pueblo en el mundo del poder¡±
La polit¨®loga, que detesta que la llamen ¡°gur¨²¡±, reflexiona sobre su trabajo asesorando a algunos de los pol¨ªticos espa?oles m¨¢s relevantes y las renuncias personales que asumen las mujeres l¨ªderes
En los cen¨¢culos del poder la conocen como ¡°la humanizadora de l¨ªderes¡±. Por las manos de Ver¨®nica Fumanal (Plan, Huesca, 41 a?os) han pasado algunos de los pol¨ªticos m¨¢s influyentes del tablero pol¨ªtico. Como Pedro S¨¢nchez en su primera etapa al frente del PSOE, un buen pu?ado de presidentes auton¨®micos o Albert Rivera, con quien se curti¨® en el arte de las campa?as electorales, en los albores de Ciudadanos, con veintipocos a?os. Vestida con una americana de color morado porque ¡°todo comunica¡±, desentra?a los rincones secretos del liderazgo y c¨®mo sigue siendo un lugar inc¨®modo para las mujeres en El poder de la influencia (La Esfera de los Libros, 2024).
Pregunta. Cuenta en el libro que, en muchas ocasiones, ha tenido que aclarar que no era la asistente de sus clientes sino su directora de Comunicaci¨®n y Estrategia ante ¡°la mirada recelosa y hostil¡± del que ya la hab¨ªa etiquetado.
Respuesta. S¨ª, me enfada much¨ªsimo. Ser una chica de pueblo en el mundo del poder es dif¨ªcil y que te tomen en serio m¨¢s. He vivido mucho tiempo con una careta y escondiendo mi vida personal.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque vengo de un pueblo muy peque?o de Huesca, donde el poder casi no existe, de una familia humilde. Mi padre se dedica al sector primario y mi hermana es pastora. En mi casa no se hablaba de Sartre o de Simone de Beauvoir. He ido creciendo profesionalmente a base de much¨ªsimo dolor. El dolor de las renuncias, el de tener que explicar que est¨¢s ah¨ª porque lo vales, el de intentar matar el s¨ªndrome de la impostora... Las mujeres tenemos que estar demostrando permanentemente que merecemos el puesto que nos han dado.
P. Tambi¨¦n somos cuestionadas y juzgadas por la ambici¨®n, ah¨ª tambi¨¦n hay un doble rasero.
R. En pol¨ªtica a todas las mujeres que se presentan a unas primarias en un partido se las acusa de ser ambiciosas. ?Es que los hombres que se presentan no lo son? Por supuesto que s¨ª, pero a ellos se les supone y a nosotras se nos critica. Para m¨ª ese es el eje de la desigualdad en los puestos de responsabilidad. Las mujeres tenemos derecho a querer el poder y a ejercerlo como queramos. No se puede tener ¨¦xito con dolor.
Las mujeres tenemos derecho a querer el poder y a ejercerlo como queramos. No se puede tener ¨¦xito con dolor¡±
P. ?Lo de que somos m¨¢s emp¨¢ticas y conciliadoras es un clich¨¦?
R. Absolutamente. Hist¨®ricamente, las mujeres cuando lleg¨¢bamos a puestos de responsabilidad lo hac¨ªamos imitando a los hombres, es el ejemplo cl¨¢sico de Angela Merkel o Margaret Thatcher. Hoy hay l¨ªderes pol¨ªticas que son m¨¢s categ¨®ricas y jer¨¢rquicas y otras que ejercen el poder de forma m¨¢s horizontal... Las dos est¨¢n bien. Tambi¨¦n he trabajado con dirigentes hombres muy emp¨¢ticos.
P. En la campa?a de las auton¨®micas del 28-M trabaj¨® para varios dirigentes auton¨®micos. La expresidenta de La Rioja Concha Andreu dice de usted que lo que la diferencia de otros asesores es que se preocupaba por su estado an¨ªmico, ¡°por si ten¨ªa brillo en los ojos¡±. Eso traspasa las barreras de la asesor¨ªa pol¨ªtica...
R. S¨ª... Despu¨¦s de estos 15 a?os me he dado cuenta que no puedo ayudarles a transmitir emociones si no s¨¦ c¨®mo se sienten por dentro. No hay liderazgo sin autoestima. He tenido casos de organizaciones depresivas porque el l¨ªder ten¨ªa una depresi¨®n o de pol¨ªticos que se han paralizado por el p¨¢nico. El miedo no es una estrategia de marketing o un cartel, es mucho m¨¢s complejo. Por eso, empec¨¦ a estudiar Psicolog¨ªa. Las personas que est¨¢n al frente de los partidos son como nosotros, les duelen las mismas cosas, se preocupan por sus familiares...
Llamarnos ¡®gur¨²s¡¯ ridiculiza y simplifica nuestro trabajo¡±
P. ?Por qu¨¦ le molesta tanto que la llamen gur¨²?
R. Porque ridiculiza y simplifica a lo que nos dedicamos. Nuestro trabajo no va de acertar ni predecir el futuro. Es mucho m¨¢s complicado que eso. Va de leer la sociedad. Es un trabajo riguroso, cient¨ªfico, que tiene mucho que ver con la experiencia y con no pensar que lo sabes todo. Siempre les digo a mis alumnos que su principal adversario a la hora de hacer un an¨¢lisis social son ellos mismos, que un tema no les parezca importante no quiere decir que no sea latente.
P. Hay asesores como Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, jefe de Gabinete de Isabel D¨ªaz Ayuso, que se han convertido en personajes medi¨¢ticos y que han cruzado l¨ªmites peligrosos... ?Deslegitiman la profesi¨®n?
R. Bueno, M. ?. R. no solo es un asesor, es un pol¨ªtico, porque ha formado parte de la estructura del Partido Popular y ostenta un cargo de responsabilidad institucional. Tiene una habilidad en el control de la agenda muy poderosa, pero no siempre lo hace bien. Lo he hablado, a veces, con ¨¦l. Los periodistas son como los hijos, hay que quererlos, aunque no te quieran. ?l tiene un estilo muy diferente al m¨ªo, yo nunca me he enfrentado a ning¨²n periodista, jam¨¢s.
P. Dice en El poder de la influencia que ¡°sin relato no hay pol¨ªtica¡±, pero, ?no es precisamente el relato el que ha dilapidado la pol¨ªtica?
R. Estoy completamente en contra de los que critican el relato porque pocas cosas hay tan transformadoras como el poder de la palabra. Un ejemplo: el contrarrelato que se ha hecho del feminismo lo ha alejado de mujeres que sufren en sus carnes propias la desigualdad.
Miguel ?ngel Rodr¨ªguez tiene un estilo diferente al m¨ªo, yo nunca me he enfrentado a ning¨²n periodista¡±
P. ?Se les presupone a los asesores de los pol¨ªticos m¨¢s poder del que realmente tienen?
R. S¨ª, porque nunca ning¨²n ¨¦xito fue m¨ªo al 100% ni ning¨²n fracaso fue del candidato al 100%. La comunicaci¨®n pol¨ªtica es un trabajo de equipo, como el liderazgo, que es un fen¨®meno social que depende del grupo. Esta profesi¨®n hay que amarla. Si no, no puedes ejercerla porque las renuncias son alt¨ªsimas.
P. ?A qu¨¦ ha tenido que renunciar?
R. A muchas cosas. A parejas, a momentos con mi familia que vive lejos, a amistades... [se rompe y busca un pa?uelo en el bolso]. No puedes tener una mejor amiga en otro partido cuando est¨¢s trabajando para el adversario porque, como eres una consultora independiente, la gente va a presuponer que no est¨¢s siendo leal. Cuando vine a trabajar a Madrid, dej¨¦ muchas amistades en Barcelona. Una vez, una amiga dirigente de un partido me llam¨® porque estaba aqu¨ª el fin de semana y le dije que no pod¨ªamos quedar porque si nos hac¨ªan una foto o alguien nos ve¨ªa tendr¨ªa que dar m¨¢s explicaciones de las que pod¨ªa demostrar.
P. ?Y lo entendi¨®?
R. S¨ª, lo entendi¨®.
P. Hablando de renuncias... A sus cuarenta y dos a?os, ?le siguen preguntando por la maternidad?
R. Siempre. Porque se nos cuestiona por todo. La mujer, conceptualmente, solo puede ser tres cosas desde un punto de vista sexual: virgen, madre o puta.
P. ¡°Desandar tantos siglos de jefes, emperadores, reyes y dictadores no es f¨¢cil¡±, sentencia en el libro. ?Por qu¨¦, despu¨¦s de todo, cuando pensamos en un l¨ªder se nos sigue viniendo a la cabeza un hombre blanco con corbata?
R. Durante 3.000 a?os el poder ha estado en manos de hombres blancos que han tenido unas cualidades de liderazgo relacionadas con la violencia, los castigos y las recompensas. Desandar ese camino es complicado. Por eso, cuando una mujer llega a un puesto de responsabilidad despu¨¦s de tener much¨ªsimas m¨¢s dificultades, adem¨¢s, se la juzga con m¨¢s dureza. Como dec¨ªa Mary Beard, las mujeres todav¨ªa somos elementos ajenos al poder y esto tiene que ir cambiando poco a poco.
P. ?Ha conseguido matar por fin al s¨ªndrome de la impostora?
R. Ahora s¨ª, lo siento mucho. Me considero una de las mejores consultoras pol¨ªticas de este pa¨ªs. Hay muchas mujeres con talento que est¨¢n atenazadas por no creer que son lo suficientemente buenas. Si quiero ayudarlas, soy la primera que lo tengo que reivindicar. Ahora estoy orgullosa de decir qui¨¦n soy, de d¨®nde vengo y de lo que he conseguido.
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