Teresa Ribera: ¡°S¨¢nchez est¨¢ abatido, pero la rabia del PSOE es un elemento de fortaleza¡±
¡°No quiero ver una Europa en la que se impongan los brazos en alto¡±, advierte la candidata del PSOE ante las elecciones europeas de junio
La palabra del momento es fr¨¢gil. Resulta parad¨®jico, porque los liderazgos que gobiernan el mundo tienen como se?a de identidad la dureza, y porque el de Pedro S¨¢nchez en particular se ha caracterizado por la resistencia. Teresa Ribera (Madrid, 54 a?os) recibe a El PA?S en la sede del PSOE en Ferraz, que de buena ma?ana ya registra un oleaje emocional que no dejar¨¢ de crecer a lo largo de un s¨¢bado marcado por el periodo de reflexi¨®n de S¨¢nchez. Hay v¨¦rtigo, congoja en las filas de los socialistas. Ribera ¡ªvicepresidenta de Transici¨®n Ecol¨®gica¡ª acaba de ser confirmada como cabeza de cartel del PSOE en las elecciones europeas, que al paso que vamos acabar¨¢n siendo una suerte de plebiscito sobre la figura de S¨¢nchez, sobre su decisi¨®n de renunciar o seguir en La Moncloa. Ella apuesta por la continuidad. Rechaza que tras ese impulso de S¨¢nchez, mitad intuici¨®n mitad hartazgo, haya alg¨²n tipo de c¨¢lculo pol¨ªtico. Carga contra el lenguaje de excitaci¨®n destructiva de la pol¨ªtica espa?ola, contra ese odiar con el h¨ªgado, contra las pistolas humeantes de la crispaci¨®n. Un l¨ªder pol¨ªtico es un cat¨¢logo de voces: en Ribera es muy reconocible su voz experta en energ¨ªa y clima (¡°ni la nuclear es verde, ni el petr¨®leo es verde, ni los combustibles sint¨¦ticos van a sacar del apuro a la Humanidad¡±). Con una hoja de servicios que brilla incluso fuera de Espa?a; su voz pol¨ªtica es menos conocida.
Pregunta. ?Ha hablado con el presidente del Gobierno?
Respuesta. Desde el mi¨¦rcoles por la ma?ana, no.
P. ?S¨¢nchez va a seguir? ?Debe seguir?
R. Creo que s¨ª. Est¨¢ abatido: estos a?os han sido muy duros. ?l es fuerte, pero cualquiera puede acabar quebr¨¢ndose. Sobre todo cuando los ataques afectan a la familia, a su mujer, a su hermano.
P. ?Eran conscientes de c¨®mo le estaban afectando los ataques a su mujer?
R. Cuando cada uno de nosotros se ha encontrado a lo largo de estos a?os con alguna situaci¨®n desagradable para nuestros familiares, parejas, hijos o padres, S¨¢nchez siempre ha sido extraordinariamente cari?oso y comprensivo. En su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo, aunque siempre ha sido muy contenido, a veces s¨ª se ha visto c¨®mo le afectaban los ataques directos a su hermano, a su mujer.
P. ?Puede S¨¢nchez seguir sin dar m¨¢s explicaciones? La salida parece dif¨ªcil.
R. ?l es el presidente leg¨ªtimo: esa legitimidad se ha pretendido cuestionar con una campa?a de acoso que lleva ya mucho tiempo. Ha pedido tiempo para reflexionar y nos ha pedido que leamos una carta donde explica ese sentimiento de abatimiento por las ¨²ltimas embestidas, que afectan a su entorno m¨¢s ¨ªntimo. Hay un mensaje potente para ¨¦l: queda mucho por hacer; S¨¢nchez debe levantarse y seguir adelante. Obviamente, a ¨¦l le corresponder¨¢ valorar qu¨¦ es lo que hace y c¨®mo lo explica, pero estoy convencida de que la fuerza de esa legitimidad que le cuestionan y la fuerza de sentirse respaldado, animado y apoyado por todo el mundo es crucial.
P. ?Debe abrir un presidente del Gobierno un periodo de reflexi¨®n en el que el final del camino sea su dimisi¨®n?
R. Tiene que seguir.
P. ?Y si no sigue? Se est¨¢ se?alando a Mar¨ªa Jes¨²s Montero como posible sucesora.
R. Especular no tiene sentido. No tiene ni pies ni cabeza plantearse hip¨®tesis que todav¨ªa no est¨¢n ni en el radar. En cada momento tendremos que ir tomando las decisiones. Si sigue se acab¨® el ruido; no hay cuesti¨®n. Y si no sigue, el partido tiene que reflexionar sobre c¨®mo resuelve esta situaci¨®n. Con la Constituci¨®n en la mano.
P. ?Est¨¢ en shock el PSOE?
R. Tanto S¨¢nchez como el partido est¨¢n tremendamente abatidos. Hemos tenido en la puerta de las sedes manifestaciones desagradables, expresiones violentas de cuestionamiento del Gobierno. Y ahora el presidente lo est¨¢ pasando mal, despu¨¦s de haber asumido con gran responsabilidad decisiones complejas. Hay abatimiento en las filas socialistas, pero el partido tambi¨¦n se siente fuerte: la rabia tambi¨¦n es un elemento de fortaleza.
P. El clima pol¨ªtico est¨¢ muy encanallado. ?El PSOE tiene alguna responsabilidad en ese ambiente tan t¨®xico?
R. Es injusta esa equidistancia entre acosador y acosado. Y hay veces en las que el acosado se defiende e intenta explicar ¡ªpor cierto, sin insultos y sin violencia¡ª que lo que le est¨¢n diciendo es falso y es intolerable. Creo que el PSOE ha puesto pie en pared. Esto no es discrepancia pol¨ªtica: esto es un proceso de acoso permanente con Pedro S¨¢nchez en la diana.
P. ?C¨®mo es su relaci¨®n con el presidente?
R. Buena, cordial, de confianza.
P. ?Y en alg¨²n momento vio usted venir esta situaci¨®n?
R. Todos sab¨ªamos que este asunto, el del ¨¢mbito personal, le afectaba en mayor medida. Pero a la vez es una persona con una extraordinaria capacidad de aguante.
P. Por eso sorprende m¨¢s.
R. As¨ª es.
P. ?Pero no es extra?a esa salida con una denuncia que no se sostiene contra su mujer?
R. La denuncia es la gota que colma el vaso. No creo que esto mismo hubiera generado la misma reacci¨®n hace dos a?os. El mi¨¦rcoles por la ma?ana estaba muy afectado, pero creo que ha sido un proceso de acumulaci¨®n. Hubo otro momento duro para ¨¦l, cuando fue objeto de brutales ataques personales y tuvimos unos resultados electorales que castigaron a alcaldes, alcaldesas y presidentes auton¨®micos que hab¨ªan aportado mucho. Eso fue muy relevante. Tambi¨¦n ah¨ª tuvo un momento en el que se concentr¨® en reflexionar, del que sali¨® con la convocatoria electoral.
P. Ah¨ª hab¨ªa parte de intuici¨®n pol¨ªtica y parte de t¨¢ctica. ?Contempla usted que esta vez tambi¨¦n haya cierto tacticismo?
R. Es miserable esa reacci¨®n que hemos visto, no solamente en medios de comunicaci¨®n, sino tambi¨¦n en el PP, intentando cuestionar la honestidad de esa misiva, de su reacci¨®n. En ese proceso acumulado de ataques tan prolongado en el tiempo se ha dado a menudo una imagen deshumanizada del presidente, caracterizado como un personaje fr¨ªo, imperturbable, a quien nada le afecta, a quien solo le interesa aferrarse al poder. Ahora, de nuevo, salen con esa monserga los barones del PP y sus portavoces.
P. ?No es l¨ªcito pensar que puede haber cierta intuici¨®n pol¨ªtica tras esa decisi¨®n?
R. El presidente se ha aislado: no he tenido la ocasi¨®n de hablar con ¨¦l al respecto. Pero mi convicci¨®n, y la de las personas que estamos m¨¢s cerca de ¨¦l, es que eso no tiene nada que ver. De hecho, desde el punto de vista de la intuici¨®n pol¨ªtica, hacerlo a las puertas de las elecciones catalanas y de las europeas¡
P. Ese es uno de los riesgos: que esas elecciones se conviertan en una especie de plebiscito sobre S¨¢nchez. ?C¨®mo afecta eso a su campa?a? La pasada legislatura en la UE fue claramente la de la agenda verde, pero es posible que en la que viene el ¨¦nfasis en la defensa opaque todo lo dem¨¢s.
R. Es evidente que la defensa y la seguridad van a ser cruciales: nos jugamos nuestros valores, nuestro sistema democr¨¢tico, nuestras libertades, y hay dos focos de atenci¨®n muy potentes en Oriente Medio y Ucrania. Pero en Ucrania hemos visto tambi¨¦n c¨®mo Putin ha usado los combustibles y hasta los alimentos como arma de guerra. Ese conflicto pone de relieve que buena parte de la seguridad de Europa est¨¢ vinculada a una transformaci¨®n de su sistema energ¨¦tico. La seguridad no es algo solamente vinculado a los ej¨¦rcitos; es tambi¨¦n garantizar las fortalezas propias.
P. ?El gran enemigo para la transici¨®n ecol¨®gica para Europa puede ser interno? Por ejemplo, con los movimientos desde la derecha ¡ªy vinculados al campo¡ª contra la agenda verde.
R. Dice Todd Stern [hist¨®rico negociador clim¨¢tico de EE UU] que el gran enemigo de la acci¨®n clim¨¢tica son los combustibles f¨®siles y el petr¨®leo, del que todav¨ªa somos adictos. Pero el segundo gran enemigo es una combinaci¨®n de negacionismo expreso con indolencia, retardismo y excusas para no actuar. Los datos de incremento de temperatura, en el agua y en la superficie terrestre, son terribles. Los primeros grandes afectados son quienes m¨¢s dependen del clima y de las condiciones del suelo: los agricultores. Hay que tener una combinaci¨®n adecuada entre agenda verde y agenda social y no se puede trasladar a los grupos m¨¢s vulnerables la responsabilidad de un cambio que tiene que llegar con el acompa?amiento de las instituciones. Una de las compa?¨ªas vitivin¨ªcolas m¨¢s importantes de Espa?a, uno de los grandes productores de cava, va a tener que suspender los contratos laborales de casi el 80% de su plantilla por la sequ¨ªa. Esa es la gran amenaza del campo espa?ol. No la acci¨®n clim¨¢tica, sino la falta de acci¨®n.
P. ?Teme un cambio de alianzas de Ursula von der Leyen hacia la extrema derecha, como quiere una facci¨®n del Partido Popular Europeo?
R. Esa pregunta demuestra lo cruciales que son las elecciones de junio. No quiero una Europa en la que se impongan los brazos en alto como vimos en Roma hace unas semanas.
P. ?Cree que hay ultras presuntamente presentables, como Giorgia Meloni, que pueden formar parte del PPE?
R. La extrema derecha no quiere m¨¢s integraci¨®n, sino menos. No quiere m¨¢s Europa, sino menos. No quiere pol¨ªticas para luchar contra el cambio clim¨¢tico. Europa es fr¨¢gil, tiene una guerra en el vecindario y otra muy cerca, presenta problemas de competitividad. Pero nada de eso va a mejorar con un cambio de alianzas que d¨¦ entrada a una parte de los ultras en los consensos europeos.
P. ?Su salida puede descapitalizar el Gobierno, m¨¢s a¨²n tras la reciente marcha de Calvi?o? En su departamento ha acumulado competencias relacionadas con el medio ambiente, la energ¨ªa y la gesti¨®n del agua. ?Hay riesgo de que se dispersen en varios ministerios con su salida?
R. Se queda en Madrid un equipo extraordinario, con el que hemos conseguido grandes logros. Ese es un asunto que le toca resolver al presidente. Pero ¨¦l fue quien quiso concentrar todas esas competencias. Creo que la legislatura pasada ha servido para marcar las grandes l¨ªneas estrat¨¦gicas. Sin eso es imposible entender esos 21 millones de afiliados a la Seguridad Social, esa capacidad de absorci¨®n de inversiones, esa capacidad de movilizaci¨®n de la econom¨ªa. Me parecer¨ªa un error acabar con eso. No lo concibo.
P. ?Ser¨ªa un error volver a separar, por ejemplo, medio ambiente de energ¨ªa o de las pol¨ªticas de agua?
R. Sin duda.
P. Quiz¨¢ su gran ¨¦xito fue la excepci¨®n ib¨¦rica, tras un tira y afloja en Bruselas. ?Qu¨¦ se ha dejado en el tintero en estos cinco a?os?
R. Quedan muchas cosas por completar: una transformaci¨®n del sistema energ¨¦tico, con m¨¢s electrificaci¨®n, con m¨¢s recuperaci¨®n de una agenda urbana que nos permita consolidar espacios habitables y saludables para las personas. Hay que seguir impulsando el eje de la biodiversidad y de las infraestructuras verdes, y completar la conservaci¨®n de espacios marinos. Y seguir consolidando la reducci¨®n de desigualdades y generando oportunidades en el mundo rural.
P. Con el apoyo de los socialistas europeos, Bruselas aprob¨® una etiqueta verde para las nucleares. ?Fue un error?
R. S¨ª. Una cosa es que no emitan y otra cosa que sean verdes.
P. Se va en medio de una bronca con Repsol.
R. No tengo particular bronca con ninguna empresa. Repsol necesita diversificar para asegurarse un futuro. Est¨¢ en ese proceso. A veces a algunos de sus directivos les cuesta entender que es un camino que hay que recorrer s¨ª o s¨ª. Y que adem¨¢s hay que hacerlo con honestidad.
P. ?Est¨¢ haciendo Repsol greenwashing, ecopostureo?
R. Creo que no se puede llamar verde a cualquier cosa. Ni la nuclear es verde, ni el petr¨®leo es verde, ni los combustibles sint¨¦ticos nos pueden sacar del apuro al conjunto de la humanidad.
P. ?El Estado tiene que entrar en empresas como en Naturgy? ?Ha habido contacto directo entre el Gobierno espa?ol y el emirat¨ª?
R. S¨ª, ha habido contactos. Y s¨ª, el Estado tiene que vigilar el buen funcionamiento del mercado y los sectores estrat¨¦gicos, y eso se hace a trav¨¦s de distintas v¨ªas.
P. ?Pero debe entrar en el capital?
R. Depende. No tiene sentido entrar en todas las operaciones. En cada caso hay que ver cu¨¢l es la mejor manera de proteger nuestros intereses, en especial en sectores estrat¨¦gicos. El sector energ¨¦tico tiene un grado de regulaci¨®n importante por razones de seguridad energ¨¦tica y de aprovisionamiento, pero evidentemente hay que evaluar operaciones que puedan suponer un riesgo.
P. ?Tras las elecciones, se ve m¨¢s en el Parlamento europeo o en la Comisi¨®n?
R. M¨¢s en la Comisi¨®n.
P. ?En qu¨¦ ¨¢rea?
R. Energ¨ªa, clima, medio ambiente, la transformaci¨®n de la industria en Europa son carteras importantes.
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