?Qu¨¦ Ludolfo?
Ludolfo Paramio, f¨ªsico reconvertido en cient¨ªfico social, fue un destacado intelectual del PSOE en la transici¨®n
Todos guardamos recuerdos de las personas que hemos querido y admirado durante tanto tiempo. Ludolfo Paramio es para m¨ª una de ellas. Hace muchos a?os, m¨¢s de 40, llam¨® un d¨ªa a m¨ª casa y mi hijo, que entonces ten¨ªa cuatro a?os, cogi¨® el tel¨¦fono y pregunt¨® ¡°?De parte de qui¨¦n?¡±. ¡°De Ludolfo¡±, contest¨®. ¡°?Qu¨¦ Ludolfo?¡±, dijo mi hijo. ¡°Vamos a ver, criatura, ?cu¨¢ntos Ludolfos conoce tu madre?¡±, replic¨® Paramio con esa sorna tan suya.
A Paramio se le olvid¨® aquella conversaci¨®n, pero a m¨ª no. Y era raro, porque ten¨ªa una memoria deslumbrante. Alguna vez le desafiamos a reproducir un texto largo y complicado despu¨¦s de haberle echado tan solo un vistazo y lo cant¨® literalmente. Tambi¨¦n est¨¢bamos acostumbrados a o¨ªrle intervenciones p¨²blicas, sin tropiezos ni dudas, sin papeles delante, siguiendo sin aparente esfuerzo un guion ordenado, pero nunca simplista. As¨ª era Paramio, un f¨ªsico reconvertido en cient¨ªfico social, al servicio de un compromiso pol¨ªtico de los de antes, sin concesiones a la demagogia ni m¨¢s sometimiento que a la reflexi¨®n te¨®rica y a la cr¨ªtica fundamentada, siempre dispuesto a acercarnos a lo que se escrib¨ªa y debat¨ªa sobre la pol¨ªtica, la historia y los avatares de la socialdemocracia, sin rebajas ni complacencias.
Dispuesto tambi¨¦n a asumir responsabilidades p¨²blicas, pero solo all¨ª donde cre¨ªa que pod¨ªa llevar a cabo un tipo de tarea para la que consideraba ¨²til: el an¨¢lisis y la proyecci¨®n. Quienes estuvimos cerca en aquellos tiempos en los que Fernando Claud¨ªn dirig¨ªa la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, Santos Juli¨¢ organizaba seminarios y Paramio, junto con Jorge Reverte, impulsaban revistas como Zona abierta o En Teor¨ªa sabemos de su inmensa cultura y tambi¨¦n de su pasi¨®n por el cine de Humphrey Bogart, por la novela policiaca y por la m¨²sica de los Pretenders, que escuchaba a todo volumen con sus cascos mientras le¨ªa y escrib¨ªa.
Ayer fue un d¨ªa triste, de esos en los que uno se da cuenta de pronto de una enorme p¨¦rdida. Vamos a echarle mucho de menos en estos tiempos de incertidumbres, en los que no se escuchan voces como la suya.
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