El rastro de los brigadistas internacionales en el frente del Ebro: ¡°Esto acabar¨¢ pronto. No hay salida¡±
La Generalitat documenta los nombres de 522 voluntarios extranjeros desaparecidos en el frente y tramita con varios pa¨ªses su posible identificaci¨®n gen¨¦tica
Una mujer recorre el and¨¦n de la estaci¨®n de tren de Toronto con la foto de su hijo. ¡°?Le conoces?¡±, pregunta a los brigadistas canadienses que ese d¨ªa regresan, derrotados, pero vivos, de la Guerra Civil espa?ola. ¡°Mi abuela¡±, explica Andrew Johnson, ¡°vivi¨® hasta los 101 a?os, y lo llor¨® toda su vida¡±. Arthur Selim Johnson hab¨ªa muerto en Catalu?a, en julio de 1938, apenas cinco meses despu¨¦s de llegar a Espa?a para combatir. Formaba parte del grupo de 35.000 voluntarios procedentes de 55 pa¨ªses que, convencidos de que la lucha contra el fascismo era una causa com¨²n, decidieron unirse a las llamadas Brigadas Internacionales. El departamento de Memoria Democr¨¢tica de la Generalitat de Catalu?a custodia ahora una muestra de ADN de su sobrino por si localizasen la fosa en la que fue enterrado. ¡°Estoy muy agradecido al Gobierno catal¨¢n porque gracias al trabajo del historiador Jordi Mart¨ª he podido saber mucho m¨¢s de los ¨²ltimos movimientos de mi t¨ªo y responder a preguntas que me he hecho toda la vida¡±, explica Johnson al tel¨¦fono desde Toronto.
La direcci¨®n general de Memoria Democr¨¢tica de la Generalitat acaba de documentar los nombres de 522 brigadistas internacionales, la mayor¨ªa estadounidenses, canadienses ¡ªcomo Arthur Johnson¡ª y brit¨¢nicos, que desaparecieron en Catalu?a, sobre todo, durante la batalla del Ebro y la retirada republicana entre marzo y abril de 1938. El proyecto de investigaci¨®n recibe el nombre de Alvah Bessie, un brigadista norteamericano que s¨ª logr¨® sobrevivir. ¡°Era escritor y periodista¡±, relata el historiador Jordi Mart¨ª Rueda, coordinador del trabajo, ¡°y fue uno de los primeros represaliados en la caza de brujas de Hollywood. Cuando regres¨® a su pa¨ªs escribi¨® Hombres en combate, sobre su experiencia en la Guerra Civil. Perdi¨® a un amigo en la batalla del Ebro y en los sesenta volvi¨® a Espa?a para buscar su tumba. Es decir, ¨¦l hizo, a nivel personal, lo que hoy hacemos a nivel institucional. Recientemente, hemos descubierto que ese amigo que buscaba falleci¨® en el hospital de Catalu?a¡±.
La investigaci¨®n ha sido casi detectivesca, siguiendo la pista de los batallones y rastreando cada archivo, cada base de datos y registro para tratar de ofrecer a las familias que a¨²n buscan a los brigadistas desaparecidos datos que les permitan saber qu¨¦ les ocurri¨® y sobre todo, d¨®nde pueden estar enterrados. ¡°Mi t¨ªo es un misterio y una tragedia¡±, relata Johnson. ¡°Sabemos que, al terminar el instituto, se hab¨ªa puesto a aprender idiomas por su cuenta mientras ahorraba para viajar. Le interesaba el mundo¡±. Antes de caer en una guerra ajena, le dio tiempo a conocer Nueva York, Egipto, B¨¦lgica, Alemania, Damasco... En la ¨²ltima carta suya que recibi¨® su familia escribi¨®: ¡°Cuando me fui de casa nunca pens¨¦ que terminar¨ªa en Espa?a y ahora parece que no hay salida. Esto acabar¨¢ pronto¡±. Ten¨ªa 22 a?os cuando muri¨® en la zona de Gandesa.
¡°Los brigadistas lucharon en una inferioridad de condiciones absoluta¡±, explica Mart¨ª. ¡°Cuando se alistaban les hac¨ªan un peque?o examen f¨ªsico y psicol¨®gico, pero no les exig¨ªan conocimiento militar alguno. La mayor¨ªa no hab¨ªa cogido nunca un arma de fuego. Tambi¨¦n se cre¨® el mito de que eran intelectuales, porque entre ellos hab¨ªa varios escritores, pero el 80% era clase trabajadora. Gente muy joven, en alg¨²n caso padre e hijo vinieron juntos a Espa?a. La edad media eran 25 a?os, por eso no les dio tiempo a formar su propia familia. Hoy hablamos, sobre todo, con sobrinos y sobrinos nietos¡±. El programa de identificaci¨®n gen¨¦tica de la Generalitat atesora muestras de ADN de unos 25 familiares de brigadistas.
¡°Mi padre ten¨ªa 12 a?os menos que mi t¨ªo¡±, explica Johnson, de 68. ¡°En casa no habl¨¢bamos mucho del tema porque era doloroso para mi abuela. Yo sent¨ªa su dolor. Era algo que estaba siempre ah¨ª, como una nube¡±. Por su cuenta, empez¨® a investigar. ¡°Cuando era adolescente, compr¨¦ un libro de las Brigadas Internacionales y sal¨ªa una foto de mi t¨ªo que confirmaba que hab¨ªa muerto cerca de Gandesa. Fue muy emocionante ver algo suyo. A los 19, viaj¨¦ a Espa?a y visit¨¦ el sitio donde lo mataron. Pisaba la tierra y pensaba: ¡®Quiz¨¢ est¨¦ enterrado aqu¨ª'. Era julio de 1975 y Franco a¨²n viv¨ªa¡±.
En algunas de las fosas que ya han sido exhumadas en Catalu?a, los expertos hallaron objetos que indican que algunas de esas v¨ªctimas pueden ser brigadistas: un anillo hecho en Birmingham, una moneda de Francia... ¡°Como no ten¨ªamos muestras de ADN con los que cotejarlos¡±, explica Alfons Aragoneses, director general de Memoria Democr¨¢tica de la Generalitat, ¡°no hemos podido identificarlos hasta ahora, pero estamos en contacto con consulados de distintos pa¨ªses que han mostrado mucho inter¨¦s en nuestro estudio. La idea es poder identificar restos ya exhumados o que vayamos a exhumar para reinhumarlos con dignidad. Es un momento muy importante, de cambio generacional, y necesitamos avanzar en la exhumaci¨®n de las fosas, satisfacer el derecho a la verdad de las familias y colaborar para que esa memoria individual, familiar, pase a ser colectiva y pueda transmitirse a toda la sociedad¡±.
Imagen exterior
Los progresos de la Generalitat para documentar los ¨²ltimos pasos en Catalu?a de esos 522 voluntarios extranjeros, entre ellos, dos mujeres, coinciden con la disputa entre el Gobierno central y el Ayuntamiento de Madrid, en manos del PP, por la posibilidad de que exista una fosa con 450 brigadistas en Montecarmelo, donde el Consistorio pretende construir un cant¨®n de basuras. El Ejecutivo seleccion¨® a una empresa especializada para realizar catas en la zona y comprobar si all¨ª hay restos humanos, pero el Ayuntamiento les deneg¨® el permiso para actuar, contrat¨® a otra empresa y oculta desde hace meses los resultados de esa prospecci¨®n. El hallazgo de la Generalitat que ha puesto en contacto a media docena de pa¨ªses se produce tambi¨¦n en plena batalla entre Administraciones por los planes para derogar las leyes regionales de memoria. ¡°Esto no es un tema de ideolog¨ªas, es una pol¨ªtica de Estado y as¨ª la tratan los pa¨ªses de nuestro entorno¡±, rebate Aragoneses. ¡°Una cuesti¨®n internacional de derechos humanos que afecta a la imagen exterior de Espa?a, pa¨ªs que durante mucho tiempo se asoci¨® a una leyenda negra, a la Inquisici¨®n, y que ahora tiene la oportunidad de participar en un consenso global sobre la memoria¡±, a?ade.
Los planes de los bipartitos de PP y Vox han llegado hasta Toronto. ¡°Me horroriza que ocurra eso¡±, explica Johnson ¡°Conocer lo que pas¨®, honrar a los que murieron, a los que se sacrificaron o se exiliaron forma parte de la salud democr¨¢tica de un pa¨ªs¡±.
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