Conductores veteranos con carn¨¦ limitado
350.000 espa?oles ven restringido su permiso de conducir cada a?o, lo que les impide llevar veh¨ªculos de noche o hacer trayectos de m¨¢s de 50 kil¨®metros desde su domicilio
Emilio Sevilla Sevilla, un madrile?o de 80 a?os, se top¨® el pasado septiembre con una realidad. Cuando fue a renovar el carn¨¦ de conducir, los m¨¦dicos del centro de reconocimiento psicot¨¦cnico le dijeron que hab¨ªa perdido visi¨®n de lejos y que no pod¨ªa circular por la noche con su veh¨ªculo. Operado de cataratas, le recomendaron que le hicieran una limpieza de la lente interna por si as¨ª lograba mejorar la pericia visual. Pero ni siquiera lo intent¨®. Desde entonces, es uno de los 350.000 espa?oles a los que se les restri...
Emilio Sevilla Sevilla, un madrile?o de 80 a?os, se top¨® el pasado septiembre con una realidad. Cuando fue a renovar el carn¨¦ de conducir, los m¨¦dicos del centro de reconocimiento psicot¨¦cnico le dijeron que hab¨ªa perdido visi¨®n de lejos y que no pod¨ªa circular por la noche con su veh¨ªculo. Operado de cataratas, le recomendaron que le hicieran una limpieza de la lente interna por si as¨ª lograba mejorar la pericia visual. Pero ni siquiera lo intent¨®. Desde entonces, es uno de los 350.000 espa?oles a los que se les restringe de alguna manera la conducci¨®n. Algunos, como Emilio Sevilla, no pueden llevar veh¨ªculos de noche. Otros lo tienen limitado a una determinada distancia de su lugar de residencia. As¨ª se garantiza que puedan acudir a comprar, a sacar dinero o al hospital, sobre todo en la Espa?a rural. En los casos m¨¢s graves, se les retira el permiso, lo que ocurre en 30.000 conductores al a?o.
Emilio Sevilla vive junto al parque del Retiro, en Madrid, pero llegado el verano se traslada a T¨®rtola de Henares, un municipio de 1.000 habitantes situado a 10 kil¨®metros al norte de Guadalajara. De all¨ª es oriunda su esposa, Mar¨ªa Jos¨¦ Zamora Ruiz, de 77 a?os. Emilio tiene el carn¨¦ de conducir desde marzo de 1974 y en este tiempo no ha tenido ning¨²n accidente. Asegura que habr¨¢ conducido m¨¢s de medio mill¨®n de kil¨®metros, sobre todo en una etapa laboral en la que se hac¨ªa unos 200 kil¨®metros al d¨ªa. Empez¨® con el m¨ªtico Seat 600 y desde entonces ha tenido varios turismos: ¡°Me ha gustado mucho conducir, ten¨ªa pasi¨®n y no creo que lo haga mal¡±, afirma.
La situaci¨®n cambi¨® con el paso de los a?os, tras ser intervenido de cataratas. Ah¨ª lleg¨® a perder el 50% de la visi¨®n de lejos en un ojo. O eso le dijeron en el centro de reconocimiento psicot¨¦cnico. ¡°Siempre voy al mismo y son muy severos, pero reconozco que prefiero no conducir de noche porque no voy seguro¡±, asegura. Los mayores de 65 pasan la revisi¨®n del carn¨¦ de conducir cada cinco a?os ¡ªtres en el caso de permisos profesionales, como camioneros o taxistas¡ª, pero para Emilio se ha reducido a dos. ¡°No s¨¦ siquiera si lo har¨¦ porque vivo en una zona en la que entonces ya no podr¨¢ circular el coche que tengo [un Seat Ibiza di¨¦sel sin distintivo de contaminaci¨®n], por lo que me tendr¨ªa que comprar otro. No s¨¦ si ser¨¢ rentable¡±, a?ade.
Mientras eso ocurre, Emilio y su esposa aprovechan para hacer viajes. Hace poco que han estado en Soria. ¡°Sin carn¨¦ te sientes un poco hipotecado. En Madrid no hay problema, porque hay muy buen transporte p¨²blico¡±, destaca. El problema surgir¨¢ cuando tenga que ir a ver a su hija en la zona norte de la regi¨®n madrile?a o volver a T¨®rtola del Henares. ¡°Me dijeron que fuera a otros centros que eran m¨¢s facilones, pero no quise¡±, concluye.
27,9 millones de permisos
El carn¨¦ de conducir de Emilio Sevilla no tiene ninguna anotaci¨®n que destaque la restricci¨®n que tiene. Fuentes de la Agrupaci¨®n de Tr¨¢fico de la Guardia Civil reconocen que no hay un registro de estos conductores y que, por tanto, no existe un control estricto o diferenciado sobre ellos. Estas fuentes explican que para detectar a estos conductores se hace igual que con el resto, es decir, en controles o en consultas a las bases de datos de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT). Entonces les saltan los c¨®digos de restricci¨®n: 61 para prohibici¨®n de conducir de noche, 62 para un radio de acci¨®n limitado, 64 para una velocidad m¨¢xima, 67 en el caso de no poder conducir en autopistas o 68 para autorizaciones solo con veh¨ªculos con cambio autom¨¢tico. ¡°No llevan ning¨²n tipo de identificaci¨®n exterior como s¨ª ocurre con la L que lleva un conductor novel¡±, concluyen las fuentes de la Guardia Civil. En Espa?a, hay ya 27,9 millones de conductores, seg¨²n el ¨²ltimo censo de Tr¨¢fico.
Fuentes de la DGT recuerdan que este tipo de restricciones existen desde ¡°hace a?os¡± y que cada vez son m¨¢s frecuentes. Tambi¨¦n afirman que no tienen un censo detallado de permisos de conducci¨®n con limitaciones, por lo que no sabe a cu¨¢ntos conductores afecta en Espa?a. La figura del carn¨¦ restringido es, de hecho, tan desconocida que hasta guardias civiles y polic¨ªas locales dedicados a tr¨¢fico no sab¨ªan de su existencia.
El secretario general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Centros M¨¦dicos Psicot¨¦cnicos (Asecemp), Bonifacio Mart¨ªn, explica que estas restricciones no solo afectan a personas mayores, aunque s¨ª tienen mayor incidencia en ellas: ¡°Cada vez hay m¨¢s personas mayores de 65 a?os. La pol¨ªtica de la Uni¨®n Europea es que se prolongue cada vez m¨¢s el permiso de conducci¨®n, pero siempre de forma segura¡±. En algunos casos, las reducciones se hacen por kil¨®metros desde el punto de residencia, que suelen oscilar entre los 15 y los 50 kil¨®metros. ¡°Eso les facilita la vida cotidiana y que no hagan viajes largos que pueden ser peligrosos por la falta de atenci¨®n o por el cansancio. Hay que evitar riesgos a?adidos y esos recorridos suelen limitarse a sitios habituales¡±, explica Bonifacio Mart¨ªn.
Un problema a¨²n sin resolver, seg¨²n el directivo de Asecemp, son las segundas residencias. Su asociaci¨®n ha mandado un informe a la DGT en la que le pide que se regule este hecho, ya que muchos conductores pasan el verano en zonas tur¨ªsticas o en los pueblos. Con la ley en la mano, no podr¨ªan conducir, pese a que se conocen la zona y tampoco resultan peligrosos para el resto de usuarios o para ellos mismos.
El director de Prevenci¨®n y Seguridad Vial de la Fundaci¨®n Mapfre, Jes¨²s Moncl¨²s, destaca que lo m¨¢s preocupante en la conducci¨®n son las fases iniciales del deterioro cognitivo, ya que los s¨ªntomas no se reconocen muchas veces. Se trata de no recordar d¨®nde est¨¢n las llaves del coche o d¨®nde se ha estacionado. ¡°Los mayores suelen tener mayor lentitud en el procesamiento y en la toma de decisiones, pero ello no les hace m¨¢s peligrosos. Tienen menos reflejos, pero toman las mejores resoluciones al arriesgar menos¡±, afirma este especialista. ¡°Hay que normalizar el proceso y ser consciente de que, por el envejecimiento, se pierden condiciones y facultades¡±, a?ade.
¡°Por su seguridad¡±
Jes¨²s Moncl¨²s destaca que el problema se agrava en la poblaci¨®n rural, donde la vida cambia totalmente al no poder ir al huerto, a los m¨¦dicos o se deja de ser ¡°socialmente ¨²til si uno no puede ir a recoger a los nietos del colegio¡±: ¡°El mayor puede sentirse como una persona inv¨¢lida al no poder hacer todo lo que hac¨ªa antes¡±. ¡°No se trata de quitar o de limitar el carn¨¦ a lo loco, sino de hacer ver a la persona que es por su seguridad¡±, concluye.
La Confederaci¨®n Nacional de Autoescuelas de Espa?a (CNAE) apuesta por cursos de reciclaje al renovar el carn¨¦ de conducir. Seg¨²n su secretario general, Sergio Olivera, las se?ales, la normativa, los factores de riegos ¡ªcomo el m¨®vil¡ª y los veh¨ªculos han cambiado mucho en los ¨²ltimos 40 a?os. ¡°No tiene nada que ver con lo que la mayor¨ªa aprendimos al aprobar el examen. Los coches llevan ahora los sistemas de ayuda a la conducci¨®n [los denominados ADA] y hay gente que pide desconectarlos porque no los entiende¡±, destaca Olivera.
La otra cara de la moneda llega cuando el centro m¨¦dico ya no permite la renovaci¨®n del carn¨¦. Es lo que le ocurri¨® a Virginia L¨®pez, de 73 a?os y vecina de San Fernando de Henares (Madrid). Llevaba conduciendo desde los 20 a?os, pero una lesi¨®n en la m¨¢cula ¡ªparte de la retina¡ª le hizo perder visi¨®n y tener que ser operada. ¡°Veo solo si me acerco mucho, con lupas y con gafas de aumento¡±, explica. ¡°Echo en falta el conducir porque era mi pasi¨®n. No me lo esperaba, pero sin ver no puedo hacerlo. Antes iba a ver a mis hermanos, a los centros comerciales y era muy independiente. Hac¨ªa muchos viajes¡±, describe Virginia L¨®pez, que tambi¨¦n ha tenido que dejar otras de sus aficiones, las manualidades, en especial el corte y confecci¨®n.
El duro momento de comunicarlo
Uno de los momentos críticos es comunicar a la persona que, a partir de ese momento, va a tener limitaciones a la hora de conducir. Este tema se trató en el congreso que celebró la Asociación Española de Centros Médicos Psicotécnicos (Asecemp) en Lanzarote. “Para muchas personas, supone su muerte civil y lo llegan a entender como que no valen para nada. Por eso, el profesional tiene que hacer bien su trabajo y comunicarlo causando el menor daño psicológico posible”, reconoce su secretario general, Bonifacio Martín. Para ello, es fundamental explicárselo bien y el motivo por el que se hace. “Solemos decir que ya ha conducido mucho y que, por ejemplo, no querrá poner en peligro a sus nietos”, destaca Martín, que también critica “las manzanas podridas” de su sector que, con tal de no perder clientes, hacen “la vista gorda”.
Los mayores con carné restringido suelen tomárselo mal. Este periódico ha intentado contactar con algunos de ellos a través de centros de reconocimientos psicotécnicos y sus responsables han sido insultados e incluso les han dicho que si se trataba de una broma pesada. Cerca de una treintena de personas se ha negado a participar en este reportaje.
El estudio El proceso de cese de la conducción en personas mayores, de la Fundación Mapfre, destaca en sus conclusiones que, cuando se comunicó a una persona que ya no iba a conducir más, “en el 41% de los casos lo vivieron negativamente dado que sentían que perdían la autonomía”. “El 27% lo vivió negativamente porque no creía que debiera dejar de conducir y el 23% por dejar de sentirse importante en el momento de cesar de conducir. El 18% consideró que perdía autonomía, lo que afectó a su autoestima. El 14% lo vivió mal por vergüenza a tener que dejarlo, por empeoramiento de relación familiar y por sentirse inútil”, destaca el informe.