La vida olvidada de 40.000 presos en las c¨¢rceles de Navarra entre 1926 y 1960
Interior entrega al ejecutivo foral miles de documentos que recogen el recorrido penitenciario de quienes estuvieron recluidos en c¨¢rceles de esta comunidad en esos m¨¢s de 30 a?os
Manuel ten¨ªa 20 a?os cuando, en 1934, fue detenido en M¨¢laga por un atraco a mano armada y otros des¨®rdenes. En aquel entonces, la legislaci¨®n todav¨ªa lo consideraba menor de edad, as¨ª que fue destinado a cumplir su condena en la escuela de reforma de Alcal¨¢ de Henares. De all¨ª, fue trasladado al Fuerte de San Crist¨®bal, en la comarca de Pamplona (Navarra), uno de los baluartes de la represi¨®n franquista y donde se produjo la segunda mayor fuga de la historia de Europa, en 1938. La historia de Manuel consta en su expediente penitenciario, que finaliza en noviembre de 1936: ¡°El ¨²ltimo apunte es el de su muerte. Intent¨® fugarse del Fuerte de San Crist¨®bal y pone que la fuerza p¨²blica lo mat¨®¡±. Quien lo cuenta es Diego Val, jefe de negociado de Coordinaci¨®n de Archiv¨ªstica del Archivo General y Real de Navarra. Val es uno de los encargados de analizar los 39.781 expedientes de reclusos que el Ministerio de Interior acaba de transferir al Gobierno foral para su an¨¢lisis y custodia. Son 480 cajas con el recorrido judicial de los reclusos que entre 1926 y 1960 pasaron parte de su condena en cinco c¨¢rceles navarras: las prisiones de partido de Estella, Tudela y Tafalla, la Prisi¨®n Provincial de Pamplona y el Fuerte de San Crist¨®bal.
Los archiveros forales ya han empezado a analizar estos expedientes, hasta ahora custodiados por Interior en el Centro Penitenciario de Pamplona I. Se desconoce a qu¨¦ personas corresponden, pero todo apunta a que hay un importante porcentaje de presos pol¨ªticos por la ¨¦poca y las c¨¢rceles que abarcan. No hay que olvidar que, pese a que en Navarra no hubo frente de guerra, s¨ª existi¨® una fuerte represi¨®n franquista. Sin ir m¨¢s lejos, se estima que en 1939 hab¨ªa cerca de 12.000 presos solo en Pamplona, cuando la poblaci¨®n de la ciudad apenas superaba los 50.000 habitantes.
Estos expedientes, explica el jefe de Coordinaci¨®n Archiv¨ªstica, est¨¢n integrados por las diligencias y documentos producidos durante la estancia de estos internos en uno o varios centros penitenciarios. Eran una herramienta de control administrativo y, de hecho, si el reo era trasladado a un nuevo destino, iba acompa?ado de su expediente. En ellos hay un formulario de identificaci¨®n con los datos personales del interno y una hoja con los hechos m¨¢s relevantes. Por ejemplo: los traslados de centro, las rebajas de condena, las calificaciones de conducta, las recomendaciones m¨¦dicas, las sanciones, los indultos o las concesiones de libertad condicional y la extinci¨®n final de condena.
Al final de cada expediente se encuentran los documentos que sustentan esas vicisitudes. Hablamos, por ejemplo, de cartas manuscritas entre los directores de diferentes centros. Esto supone que el contenido, en muchos casos, es de car¨¢cter sensible, por lo que el acceso a esta informaci¨®n es restringido. De ah¨ª que constituyan ¡°una fuente de primera mano sobre nuestro pasado, correspondiente a un periodo de tiempo convulso, cr¨ªtico y doloroso para muchas familias navarras¡±, ha declarado la consejera de Cultura del ejecutivo foral, Rebeca Esnaola. En la misma l¨ªnea, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, ?ngel Luis Ortiz, ha incidido en que estos documentos ¡°suponen una relevante fuente de informaci¨®n para el estudio de los diferentes reg¨ªmenes pol¨ªticos por los que ha pasado nuestro pa¨ªs, as¨ª como para conocer los cambios sociales y el diferente perfil de las personas que en cada ¨¦poca han pasado por las prisiones de este territorio¡±.
En estas cajas, adem¨¢s de la de Manuel, se han encontrado historias como la de los hermanos Celaya Pardo. Fueron detenidos el 20 de diciembre de 1955, con 21 y 36 a?os, respectivamente, por matar a sus padres y a otro hermano durante una discusi¨®n por la herencia. Tras pasar por la prisi¨®n de Tafalla, ingresaron en la de Pamplona. En el expediente de Javier, el m¨¢s joven, consta que no ten¨ªa antecedentes, que era labrador de oficio y que estaba soltero. Fue condenado a tres penas de muerte por los delitos de parricidio y asesinato y su caso fue revisado por el Tribunal Supremo. Tambi¨¦n se sabe que solicit¨® una libreta postal de ahorros y que, el 1 de junio de 1956, el m¨¦dico de la c¨¢rcel recomend¨® a la direcci¨®n que le permitieran pasear por el patio ¡°de una a dos horas¡± al d¨ªa.
El 22 de julio de 1957, el director de la c¨¢rcel recibi¨® una misiva de la Audiencia Provincial: ¡°Participo a usted que, por providencia de esta fecha, ha sido se?alado el d¨ªa 23 del actual a las seis de la ma?ana para la ejecuci¨®n del reo Cirilo Javier Celaya Pardo y a continuaci¨®n la de Jos¨¦ Mar¨ªa Celaya Pardo¡±. Entre los distintos escritos que atestiguan la ejecuci¨®n, uno de los jefes de servicio confirma que murieron ¡°habiendo recibido los Santos Sacramentos¡±. Fueron los ¨²ltimos en ser ejecutados en Navarra por garrote vil, una m¨¢quina utilizada para ajusticiar a los sentenciados a muerte que romp¨ªa el cuello a estos.
Hay quienes cometieron delitos de escasa relevancia, como Gabina. En 1929, esta vecina de Tafalla fue condenada a cuatro d¨ªas de prisi¨®n. ¡°Hab¨ªa sido condenada por malos tratos y lesiones, y en el ¨²nico documento que hay, al margen de la ficha de identificaci¨®n, pone que en la sentencia tambi¨¦n se hab¨ªa condenado a otra persona. Muy probablemente habr¨ªa sido una pelea o una ri?a de pocas consecuencias¡±, apunta Val.
En aquellos a?os hubo en la Comunidad foral un importante n¨²mero de reos procedentes de otras comunidades aut¨®nomas. Presos como Ram¨®n, catal¨¢n de nacimiento, que fue detenido en Barcelona y trasladado al Fuerte de San Crist¨®bal. Luego se dispuso su traslado a la prisi¨®n provincial de Pamplona y, desde all¨ª, le dirigi¨® ¡°una carta manuscrita al director de la prisi¨®n del fuerte¡± donde escribi¨® que no hab¨ªa tenido tiempo de pedirle a un compa?ero recluso que le diera las siete fotograf¨ªas de sus familiares. ¡°Por favor, solicit¨® que me la env¨ªen¡±. En el expediente consta que esas fotos le llegaron. Este tipo de documentos han sido calificados como ¡°serie de conservaci¨®n permanente¡±, lo que supone que los expedientes pueden transferirse a un archivo hist¨®rico a los 52 a?os de su cierre. Por ahora, han llegado a Navarra los primeros 39.781 archivos y todo indica que no ser¨¢n los ¨²ltimos.
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