El Monasterio de Cartuja de Jerez, clausurado por una orden religiosa pese a ser p¨²blico, abre por fin sus puertas
El bien cultural m¨¢s importante de C¨¢diz, que fue Monumento Nacional antes que la Alhambra de Granada, comienza a recibir visitas tras medio milenio de espera
El agua realza la delicada piedra martelilla, tallada con preciosismo de joyero. Las g¨¢rgolas vomitan ca?os que dibujan cuartos de circunferencia en el aire y repiquetean con fuerza sobre el suelo. Llueve con fuerza en el bien cultural m¨¢s importante de la provincia de C¨¢diz, ese que fue declarado Monumento Nacional antes incluso que la Alhambra de Granada. Pero no hay temporal que achante a Mar¨ªa Garc¨ªa. Paraguas al ristre, es la primera vez en sus 74 a?os que visitar¨¢ el interior del Monasterio de la Cartuja de Jerez. ¡°Hemos luchado mucho por esto¡±, tercia la jerezana con la mezcla exacta de ilusi¨®n y reivindicaci¨®n. Tras m¨¢s de medio milenio de historia en clausura y la marcha de las Hermanas de Bel¨¦n, la ¨²ltima orden religiosa que vet¨® con celo la entrada al cenobio en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas pese a ser de titularidad p¨²blica, los gaditanos descubren al fin un valioso patrimonio que les era ajeno.
¡°Vais a ser de los primeros grupos privilegiados que van a poder disfrutar de una visita cultural en este monasterio¡±, advierte el historiador del arte Jos¨¦ Manuel Moreno Arana, poco antes de girar la enorme llave de forja en la cerradura de la puerta de la iglesia. ?l es uno de los gu¨ªas que, desde el ¨²ltimo fin de semana de septiembre, se encargan de las visitas guiadas al monumento todos los viernes y s¨¢bados, en dos turnos matutinos. Es la primera vez que el Obispado de Jerez ¡ªactual usufructuario del inmueble, de titularidad estatal desde la desamortizaci¨®n de 1835¡ª abre el monumento a recorridos tur¨ªsticos y la expectaci¨®n es evidente. ¡°Los turnos para los s¨¢bados ya van por diciembre. Tras entrar, la gente se queda impactada por la magnitud del edificio¡±, asegura Moreno Arana. ¡°Entre las visitas con reservas y las institucionales habremos llegado ya a las 1.500 personas¡±, apunta Manuel Pareja, nuevo gestor de la Cartuja nombrado por el Obispado.
La en¨¦sima vida del monasterio fundado en 1453 acaba de comenzar entre las visitas ¡ªpor ahora, solo por grupos y dos d¨ªas a la semana¡ª y el nuevo uso religioso del que hace un mes se encargan las cuatro monjas de las Carmelitas Mensajeras del Esp¨ªritu Santo, una orden brasile?a de vida activa reci¨¦n llegada a Jerez. Pero en el medio milenio de historia de la Cartuja de Santa Mar¨ªa de la Defensi¨®n ha habido hitos hist¨®rico-art¨ªsticos como para trazar paralelismos con los momentos claves de la Edad Moderna y Contempor¨¢nea del pa¨ªs. El edificio ¡ªorigen de la estirpe cartujana de los caballos pura raza espa?ola que criaban los monjes¡ª ha sobrevivido a la invasi¨®n francesa, la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal, el abandono y expolio posterior que dispers¨® su arte por medio mundo y el regreso de los propios cartujos que durante la segunda mitad del siglo XX intentaron recuperar el esplendor art¨ªstico perdido.
Justo con la partida de los cartujos comenz¨® uno de los periodos m¨¢s controvertidos del monasterio con el desembarco de las Hermanas de Bel¨¦n, en 2002. Si con los monjes tan solo pod¨ªan acceder los investigadores al cenobio y los hombres a la iglesia, con las religiosas ¡ªuna orden moderna de clausura¡ª las visitas se restringieron a¨²n m¨¢s hasta dejar la investigaci¨®n pr¨¢cticamente en suspenso, pese a que la Ley de Patrimonio de Andaluc¨ªa establece la obligatoriedad de las entradas para un Bien de Inter¨¦s Cultural que adem¨¢s es Monumento Nacional desde 1856. A eso se sumaron intervenciones patrimoniales de cuestionada legalidad ¡ªrepintados de retablos, reformas de dudoso gusto, traslados de piezas¡ª que soliviantaron a historiadores y asociaciones de defensa del patrimonio. ¡°Es una buena noticia que se pueda visitar y que se fueran. Eran un veneno para el monumento. Les ven¨ªa grande, se les ca¨ªa encima y no estaban dispuestas a arreglar nada¡±, valora el historiador jerezano Manuel Romero Bejarano.
Moreno Arana se detiene lo justo en ese reciente y convulso periodo durante su visita patrimonial. Lo hace para resaltar peque?as conquistas que saben a mucho, como la movilizaci¨®n social que, en 2016, impidi¨® que el despampanante retablo del siglo VIII de la sala del cap¨ªtulo de padres saliese del monasterio. O c¨®mo la salida de las monjas ha hecho posible el regreso de la actividad investigadora y que ¨¦l mismo haya podido atribuir el San Jos¨¦ de uno de los retablos laterales de la iglesia al escultor Francisco Camacho de Mendoza. En las casi dos horas de visita en el edificio de m¨¢s de 90.000 metros cuadrados y tres claustros el historiador se recrea con ah¨ªnco en el plantel de artistas de primer nivel que trabajaron para la Cartuja jerezana: de la portada renacentista del arquitecto Andr¨¦s de Ribera a la menos conocida faceta como arquitecto del escultor Juan Mart¨ªnez Monta?¨¦s en el dise?o del claustro de legos. Son solo dos ejemplos de un monumento que conserva ¡°una de las mejores siller¨ªas corales mon¨¢sticas renacentistas¡±, como indica Moreno Arana, ante los ojos at¨®nitos del grupo de 30 personas, integrantes de la asociaci¨®n de defensa del patrimonio DEPA, del que participa Mar¨ªa Garc¨ªa.
El fin del car¨¢cter inexpugnable del monumento tambi¨¦n sirve para revelar a la vista la delicada situaci¨®n de algunos espacios. Pareja no pone pa?os calientes: ¡°La Cartuja necesita ayuda urgente¡±. Uno de los puntos m¨¢s cr¨ªticos est¨¢ justo en el arco de entrada, en la portada de Ribera, atravesada por una preocupante grieta que precisar¨¢ un apuntalamiento inminente. Pero la lista es m¨¢s larga: el cap¨ªtulo de padres, la espada?a, el refectorio, zonas del claustro de legos o de trabajo de los cartujos, como el molino, este ¨²ltimo hoy en d¨ªa en ruinas. A todos esos puntos cr¨ªticos les afecta adem¨¢s las vibraciones por el paso m¨¢s frecuente de camiones, tras la liberalizaci¨®n de la cercana autopista de la AP4 en 2019. Tanto es as¨ª que hasta el claustro grande, espacio ya parcialmente restaurado, presente inquietantes grietas que recorren sus b¨®vedas y muros.
En ese claustro, donde ahora se puede visitar una de las singulares celdas de los cartujos ¡ªcon dos plantas y huerto propio¡ª, fue donde el Ministerio de Fomento realiz¨® su ¨²ltima inversi¨®n de 3,7 millones de euros en 2014 y 2018, a cargo al 1,5% Cultural. Las restauraciones podr¨ªan estar m¨¢s avanzadas, si entre 2018 y 2019 el Obispado no hubiese rechazado expresamente la concesi¨®n de otra subvenci¨®n del Estado ¡ªjusto la que deb¨ªa intervenir la portada de Ribera¡ª, al ser incapaz de aportar el 25% del coste que le correspond¨ªa por ley. Pero la voluntad de la Iglesia jerezana parece hoy distinta. ¡°Nos vamos a presentar a todo lo que salga, IRPF Cultural, cap¨ªtulo VI del Ministerio de Fomento, Fondos Europeos¡ La Cartuja necesita atenci¨®n de las administraciones para que podamos hablar de una conservaci¨®n digna¡±, explica Pareja, que avanza que en diciembre del a?o pasado el Obispado volvi¨® a concurrir al 1,5% Cultural, a la espera de respuesta, para la espada?a y la cubierta del cap¨ªtulo.
Menos claro est¨¢ el futuro regreso de las obras que salieron de la Cartuja que a¨²n est¨¢n en posesi¨®n de la Di¨®cesis de Jerez. Los cartujos, durante su regreso en el siglo XX, intentaron paliar el gran expolio del siglo XIX que llev¨® a que piezas de artistas como Zurbar¨¢n o Murillo acabasen dispersas por Francia, Estados Unidos o en el Museo Provincial de C¨¢diz. Lo lograron con la siller¨ªa del coro o buscando reemplazos, como el retablo que hoy preside la iglesia, procedente del templo de la Merced de Sanl¨²car de Barrameda. Otras obras nunca volvieron o si lo hicieron, volvieron a salir, como un San Bruno de Jos¨¦ de Arce, cedido por las Hermanas de Bel¨¦n a la Catedral de Jerez. Plantear la vuelta de esta pieza u otras ¡°es pronto¡± para Bejarano, que recuerda que ¡°por desgracia el Obispado tiene una m¨ªnima parte de lo que fue expoliado¡±.
No hay lluvia que empa?e el d¨ªa del descubrimiento de Mar¨ªa Garc¨ªa y el resto de integrantes de DEPA. De aquella denuncia ciudadana de su asociaci¨®n, narrada por EL PA?S en diciembre de 2022, cuando llegaron a plantearse una manifestaci¨®n por el futuro del monumento a descubrirlo con sus propios ojos, parece haber transcurrido un abismo. ¡°Era un patrimonio important¨ªsimo que no se pod¨ªa ver y eso ya no pasa¡±, resume la jerezana con orgullo. Medio milenio despu¨¦s, la nueva vida de la Cartuja de Jerez acaba de arrancar.
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