Cinco alcaldes marcados por la dana: ¡°Solo podemos reconstruir nuestros pueblos todos juntos¡±
Una di¨¢logo entre los regidores de Utiel, Bu?ol, Riba-roja, Picanya y Aldaia arroja conclusiones sobre las formas de afrontar la devastaci¨®n, los fallos cometidos y c¨®mo se habr¨ªan podido aminorar los da?os
Durante la conversaci¨®n, no dejan de mirar el m¨®vil, pendientes de sus pueblos. Lo inmediato es encontrar techo para centenares de familias sin casa, que la comida y el agua lleguen a todos, reconstruir un puente, limpiar el barro que todo lo enfanga o desobstruir el alcantarillado. ¡°Las necesidades del d¨ªa a d¨ªa. Eso es lo prioritario¡±, coinciden cinco alcaldes de otras tantas poblaciones valencianas afectadas por la devastadora dana del 29 de octubre, que ha matado al menos a 215 personas en la provincia de Valencia. Entre ellas, una treintena de vecinos de estas cinco localidades. Pero tambi¨¦n es tiempo de empezar a hablar de lo que ha fallado, de las obras hidr¨¢ulicas siempre costosas en dinero y tiempo y tan a menudo postergadas por su escaso lucimiento pol¨ªtico, de c¨®mo afrontar fen¨®menos extraordinarios como este, que rompi¨® todas las previsiones...
Los alcaldes de Utiel (Ricardo Gabald¨®n, PP), Bu?ol (Virginia Sanz, PP), Riba-roja (Robert Raga, PSPV-PSOE), Picanya (Josep Almenar, PSPV-PSOE) y Aldaia (Guillermo Luj¨¢n, PSPV-PSOE) sacaron el pasado jueves unos minutos para hablar en esta ¨²ltima localidad, convocados por EL PA?S, y enviar un mensaje di¨¢fano en contra de la divisi¨®n pol¨ªtica: ¡°Solo es posible la reconstrucci¨®n de nuestros pueblos todos juntos¡±, resume Luj¨¢n, y coinciden todos.
?Se podr¨ªa haber evitado? Zonas inundables y obras hidr¨¢ulicas
¡°?Se pod¨ªa haber evitado el tsunami que pas¨® hace 20 a?os y se llev¨® la vida de tantas personas?¡±, se pregunta Almenar. ¡°Yo habr¨ªa jurado que era imposible que pasara lo que ha pasado en Picanya, con un desborde del barranco que afecta a unos kil¨®metros m¨¢s all¨¢¡±. Y a?ade. ¡°Hay muchas casas que se han construido mal. Y hay construcciones antiguas. Pero desde que los planes generales son obligatorios, a principios de los a?os ochenta, las construcciones aprobadas son legales y deben cumplir la ley¡±. ¡°Las construcciones deben estar en regla y tener sus permisos. Una parte es susceptible de inundabilidad de 0,8 metros y cada 50 o 60 a?os. Pero esto no hab¨ªa pasado. El r¨ªo Magro baja con un hilo de agua normalmente. Se desbord¨® y subi¨® tres metros¡°, apunta Gabald¨®n.
Los alcaldes recuerdan que los or¨ªgenes de sus poblaciones se remontan muchos siglos atr¨¢s y siempre han estado ah¨ª, en confluencias de barrancos y r¨ªos, de camino al mar o la Albufera, en terrenos en ocasiones susceptibles de inundaciones. A finales del siglo XVIII, el bot¨¢nico Cavanilles ya describ¨ªa los peligros de desbordamientos de la zona y alud¨ªa al barranco hoy llamado del Poyo: ¡°(...) profundo y ancho siempre est¨¢ seco, salvo en las avenidas que, cuando reciben tantas aguas y corre tan furiosamente, destruye cuanto encuentra¡±. Los pueblos no han dejado de crecer y de expandirse, al igual que sus pol¨ªgonos industriales. Unos m¨¢s que otros, han sido pasto de la mayor gota fr¨ªa del siglo.
El enorme pol¨ªgono de Riba-roja congrega a 20.000 trabajadores y 1.400 empresas. Fue anegado. Este centro log¨ªstico clave en la Comunidad Valenciana se empez¨® a construir en los a?os setenta entre dos barrancos. ¡°Luego se ciega el barranco del Pozalet para poner una carretera y dar acceso a la log¨ªstica que viene del puerto. Como no se desarrollaron las obras previstas para dar una salida al agua, porque la Generalitat y el Gobierno no lo consideraron prioritario, toda el agua va hacia el barranco del Poyo¡±, se lamenta Raga, mientras muestra los papeles del proyecto.
Proyectos hidr¨¢ulicos hay muchos en toda la zona afectada por la dana, en distintas fases de ejecuci¨®n o simplemente aparcados. Suman centenares de millones de euros. Varios alcaldes comparan la importancia de estas obras con la del Plan Sur que desvi¨® el viejo cauce del Turia a su paso por Valencia, a ra¨ªz de la riada del 57. Si no se hubiera hecho, la ciudad habr¨ªa sido anegada en esta dana de 2024, arrasada. Habr¨ªa quedado mucho peor que entonces. ¡°Nosotros, casi todos los a?os, tenemos que actuar en inundaciones del casco urbano de Aldaia porque el barranco de la Saleta tiene muy poca capacidad¡±, explica Luj¨¢n. ¡°La novedad ahora es que ha sido un tsunami. Lo que nos cabrea es que hay un proyecto de desv¨ªo del barranco desde hace muchos a?os y no se hace¡±.
¡°Es verdad que lo que ha pasado es algo extraordinario, con un c¨²mulo de precipitaciones de r¨¦cord¡±, interviene Sanz, de Bu?ol. ¡°Pero tambi¨¦n quiero decir que en mi zona la cat¨¢strofe principal ha sido en el pueblo vecino de Chiva y el pol¨ªgono industrial est¨¢ en la uni¨®n de dos ramblas. Tendr¨¢ todos los permisos, pero posiblemente no es la zona para construirlo¡±.
¡°No hay dios que aguante el agua que ha ca¨ªdo. No buscamos culpables ahora, estamos enfangados. ?Con otras infraestructuras se habr¨ªan aminorado los efectos? Es muy posible, pero no lo sabemos. Lo que no es posible es que, entre unos y otros, no se acometan los proyectos. Y debemos prepararnos porque el cambio clim¨¢tico ha elevado la temperatura del Mediterr¨¢neo y puede volver a pasar¡±, se?ala Raga. ¡°S¨ª, las danas ya no son como las de hace unos a?os, son mucho peores¡±, subraya Sanz. ¡°Hay que estudiar las causas y ver con detenimiento qu¨¦ se puede hacer. Tiempo habr¨¢, ahora mi principal preocupaci¨®n es el realojo de 300 familias y no tengo viviendas¡±, se lamenta Gabald¨®n. ¡°Lo primero es todo lo que necesite la gente: luz, agua, comida, limpieza. Se han ca¨ªdo dos puentes y dos pasarelas en Picanya. A partir de ah¨ª, ayudas a las personas y a los ayuntamientos para rehacer la ciudad. Hemos vuelto atr¨¢s 40 a?os y nos tenemos que recuperar en 10, pero para eso hacen falta inversiones¡±, sostiene Almenar. Y todos los gobiernos deben ir de la mano, coinciden todos los alcaldes, muy cr¨ªticos con las disputas pol¨ªticas, el caos organizativo y la descoordinaci¨®n.
Alarma y competencias
Tambi¨¦n hay unanimidad entre los alcaldes en que la alarma que envi¨® Emergencias de la Generalitat a los m¨®viles de los ciudadanos lleg¨® muy tarde (en torno a las 20.12 del d¨ªa de la dana). Pero no quieren encallar en el debate de buscar culpables. ¡°Que el aviso llega tarde es una evidencia. No s¨¦ de qui¨¦n eran las competencias, no quiero entrar. Habr¨¢ que valorar objetivamente todo lo que ha pasado. Yo estaba en Bu?ol y llegaban noticias muy malas de Utiel ya al mediod¨ªa¡±, comenta Sanz. ¡°Yo hab¨ªa sobrepasado todas las alarmas desde primera hora y no s¨¦ cu¨¢ndo se lanz¨® la alerta a los m¨®viles, me daba igual, ya estaba suficientemente alertado¡±, dice el alcalde de Utiel. ¡°Es un elemento adicional, despu¨¦s se valorar¨¢. El resultado ha sido nefasto. Pero no solo se trata del retraso de la alarma, sino de qu¨¦ se avisa a las 20.11. Se ten¨ªa que haber avisado de que subieran todos los vecinos al tercer piso. El aviso era de prudencia, de no desplazarse o evitar las zonas pr¨®ximas a los barrancos. ?Por qu¨¦ la gente fue a por sus coches?¡±, pregunta retoricamente Luj¨¢n.
El debate deriva tambi¨¦n en una conversaci¨®n sobre el tipo de organizaci¨®n del Estado. Raga cree que la cogobernanza puede servir, pero hay que desarrollarla, no quedarse a mitad de camino. No alberga ninguna duda de que Emergencias es una competencia auton¨®mica y afirma que ¡°lo que ha pasado es muy grave¡±. ¡°Al Estado auton¨®mico le falta ser una Estado federal, como Alemania. Si no, que no tengamos autonom¨ªa o volvamos a un Estado centralista como Francia. Las competencias del Estado tienen que estar desarrolladas y las de las administraciones auton¨®micas tambi¨¦n¡±, sostiene el alcalde socialista de Picanya. ¡°La descoordinaci¨®n no depende de que sea auton¨®mica o estatal la competencia, da igual¡±, considera el alcalde de Aldaia. Es interesante analizarlo bien para ver qu¨¦ ha pasado, que se explique bien para intentar resolverlo en el futuro. A priori, un modelo no tiene por qu¨¦ ser mejor que otro, pero cualquiera de ellos se ha de hacer bien¡±.
¡°Es cierto que debemos ir todos a una¡±, interviene Sans, del PP. ¡°Y que es responsabilidad del Estado actuar. Si la competencia la puede asumir el Estado, debe decidir intervenir directamente ante una situaci¨®n as¨ª que deriva en caos: ¡®Se acab¨®, intervengo porque es necesario¡¯¡±. ¡°Se puede gobernar muy bien sabiendo qui¨¦n tiene la obligaci¨®n y la competencia y luego con la lealtad institucional. Si no, algo hacemos mal¡±, manifiesta Gabald¨®n. ¡°En mi caso he de reconocer que cuando me dirig¨ª a la consejera de Justicia y a la delegada del Gobierno se pusieron a mi disposici¨®n y me activaron la UME. El problema es que ya no pudo entrar, est¨¢bamos aislados¡±, a?ade.
El pueblo salva al pueblo
Sobre el mensaje que se ha extendido estos d¨ªas, ¡°solo el pueblo salva al pueblo¡±, los cinco alcaldes modulan sus mensajes. Almenar se muestra muy cr¨ªtico: ¡°Si hay un mensaje ultra detr¨¢s, de que las administraciones no sirven, de que no hay que pagar los impuestos, entonces estoy totalmente en contra. Quienes est¨¢n resolviendo problemas, junto a los vecinos y los voluntarios, son los ayuntamientos y las dem¨¢s administraciones, con m¨¢s o menos acierto. Los militares, los bomberos... Todo eso es Estado y se paga con impuestos¡±. Raga abunda: ¡°Hay mucha demagogia. Nosotros aprobamos en un pleno con todos los partidos, incluido Vox, una declaraci¨®n institucional y un mensaje de apoyo a la ciudadan¨ªa y que nosotros tenemos que estar ah¨ª con ellos como parte activa para dirigir y trabajar conjuntamente. Somos tambi¨¦n pueblo. Sacamos a las cinco de la ma?ana a 1.000 trabajadores que hab¨ªan estado cogidos en los techos de las naves. Su ayuntamiento estaba ah¨ª¡±. ¡°Y entre ellos, mi hijo¡±, indica el alcalde de Picanya.
¡°Yo tambi¨¦n comparto que es demasiado grande eso de ¡®el pueblo salva al pueblo¡¯¡±, dice Sanz. ¡°Es cierto que el voluntariado se han volcado al 300%, el pueblo se ha volcado. Pero las administraciones hemos estado al pie del ca?¨®n para gestionar todo. En mi caso, la autov¨ªa A-3 se parti¨® y gran parte de los rescatados por la UME ven¨ªa a Bu?ol. ?Qui¨¦n daba respuesta? Bu?ol, porque es nuestra competencia. Es incuestionable que el pueblo responde solidariamente. Yo soy un poco m¨¢s cr¨ªtica. Creo que la respuesta ha estado bastante descoordinada y desorganizada. A unos pueblos llegaba ayuda y a otros no¡±. ¡°El caos ha sido evidente¡±, apostilla Almenar. Y a?ade: ¡°Los primeros que llegaron a rescatar gente eran polic¨ªas locales y al d¨ªa siguiente hab¨ªa polic¨ªas locales de m¨¢s de 50 pueblos. Primero responden los ayuntamientos¡±.
¡°Creo que en una crisis catastr¨®fica como esta se entiende la frase desde una ¨®ptica de mano de obra, de voluntarios, pero la administraci¨®n local es la primera que est¨¢ ah¨ª y ha participado en el primer impacto. Luego se ha incorporado toda una maquinaria supramunicipal¡±, afirma Luj¨¢n.
Gabald¨®n sostiene: ¡°No s¨¦ qu¨¦ hay detr¨¢s de ¡®el pueblo salva al pueblo¡¯. Si sirve para que colaboremos todos los ciudadanos, ese es el camino. Nada que objetar. Pero la colaboraci¨®n entre las instituciones es b¨¢sica. Tambi¨¦n hay que resaltar la incre¨ªble respuesta de los voluntarios, de Sevilla, de Madrid, de todos los sitios¡±. Una opini¨®n que comparte el resto de alcaldes, que no dejan de ponderar el papel de los voluntarios, no solo por el trabajo f¨ªsico que aportan sino por el respaldo a los vecinos, por hacerlos sentirse acompa?ados en un momento en el que muchos lo han perdido todo.
Mensaje para el futuro
Mirar al futuro es complicado cuando tienes que buscar una soluci¨®n para deshacerte de las aguas fecales, una vez obstruido el alcantarillado por el barro y la dana, u ocuparte de una pareja de ancianos, que vive lejos del n¨²cleo urbano y no pueden desplazarse y que lleva 10 d¨ªas aliment¨¢ndose solo de alguna que otra lata. Pero, si hay una idea que gravita alrededor de los discursos de todos los alcaldes, es que no hay otra manera de salir adelante que la unidad, lejos de la imagen de confrontaci¨®n. ¡°Solo podemos reconstruir nuestros pueblos todos juntos¡±, vienen a decir todos, con distintas palabras.
¡°Mi mensaje es un mensaje a la esperanza. Que los ciudadanos conf¨ªen en que con mucho trabajo y con la ayuda de las administraciones conseguiremos volver a tener nuestros municipios como antes de esta cat¨¢strofe¡±, afirma Virginia Sanz, alcaldesa de Bu?ol.
¡°Es necesario comenzar un poco de nuevo con la mayor ilusi¨®n posible, y solo hay una manera, todos juntos¡±, prosigue Guillermo Luj¨¢n, alcalde de Aldaia. ¡°Ahora es pronto para que el pueblo se ilusione. Hemos de dedicar recursos para estar como est¨¢bamos. Tenemos que pensar en qu¨¦ nos ilusiona. Reconstruir puede dar una sensaci¨®n de frustraci¨®n. El primer d¨ªa de la dana, volviendo a casa, no visualizaba una salida, pero hay que intentar buscar una psicolog¨ªa positiva porque para reconstruir es necesario impregnar de energ¨ªa e ilusi¨®n. El debate de que la culpa es tuya o m¨ªa no aporta nada¡±.
El alcalde de Riba-Roja, Robert Raga, apunta: ¡°Sacaremos esto adelante como hicimos en la pandemia y aprendiendo de los errores. Reconstruir todo va costar mucho. A¨²n tengo 3.200 vecinos aislados del casco urbano. Tengo 2.000 vecinos m¨¢s en una urbanizaci¨®n que tampoco tienen conexi¨®n con Riba-roja. Pero iremos a mejor¡±.
¡°En Picanya hemos perdido las infraestructuras de hace 40 a?os. Ahora necesitaremos 10 a?os para reconstruirlo todo y que quede un poquito mejor de como era, y para ello debemos ir todos juntos en la misma direcci¨®n¡± espera Josep Almenar, alcalde de Picanya.
¡°Me gustar¨ªa transmitir a la ciudadan¨ªa que hemos avanzado mucho en estos d¨ªas¡±, asevera Ricardo Gabald¨®n, el alcalde de Utiel, primera poblaci¨®n que qued¨® anegada. ¡°Porque Utiel era un desastre, una tercera parte anegada. Pero ya se empieza a ver lo que era. Falta mucho, pero ya veo la l¨ªnea de la carretera, el paso de cebra. Con el esfuerzo de todos y la colaboraci¨®n de todas las administraciones, una vez salidos del shock y del impacto brutal de la p¨¦rdida de vidas humanas, debemos seguir juntos¡±.
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