Intelectuales y medios de masas sacan a la antipol¨ªtica del ¨¢mbito marginal: conspiranoia, bulos y demagogia en ¡®prime time¡¯

¡°Me ha gustado hoy el Rey: templado y valiente, aguantando y dando la cara mientras S¨¢nchez se largaba y a Maz¨®n, como es bajito, no se le ve¨ªa. Lo que no comprendo es c¨®mo se ha presentado all¨ª acompa?ado de esa gentuza¡±, tuite¨® el escritor Arturo P¨¦rez Reverte, de 72 a?os (2,57 millones de seguidores en la red social X), tras los incidentes en Paiporta (Valencia). ¡°El Rey, que no tiene poder ejecutivo, se queda a dar la cara. Pedro S¨¢nchez, que lo tiene, huye. Un Rey que sufre por su pueblo y un presidente que lo desprecia¡±, public¨® ese mismo d¨ªa, en su cuenta de Instagram (319.000 seguidores), Victoria Federica, influencer de 24 a?os y sobrina de Felipe VI. Jaime de Olano, diputado, portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Popular, defini¨® a S¨¢nchez como ¡°cobarde¡± y ¡°mezquino¡± en redes y retuite¨® el mensaje de un periodista que le llamaba ¡°rata¡±. Los profesionales de la seguridad que evacuaron al presidente consideraron que quedarse habr¨ªa agravado el riesgo para todos, incluidos los Reyes, a los que el jefe del Ejecutivo acompa?aba en una visita solicitada por La Zarzuela a la zona m¨¢s afectada por la dana. ?Repararon en ello quienes hablaron de cobard¨ªa y no condenaron la violencia, o prefirieron sumarse a la opini¨®n que cre¨ªan m¨¢s popular en un momento de comprensible indignaci¨®n ciudadana?

Al d¨ªa siguiente, 4 de noviembre, P¨¦rez Reverte estaba sentado en el plat¨® del programa m¨¢s visto esa jornada, El Hormiguero, donde se refiri¨® a los pol¨ªticos ¡ªa todos¡ª como ¡°banda de irresponsables y de canallas¡±. ¡°Tenemos una clase pol¨ªtica que ha hecho de esto un negocio, su negocio, y nosotros somos peones, piezas de ese juego (...) Nuestra desgracia se llama clase pol¨ªtica espa?ola (...) S¨¦ que si fuera un joven ahora tendr¨ªa mucha m¨¢s desesperaci¨®n, mucha m¨¢s desolaci¨®n, mucha m¨¢s rabia, ganas de ajustar cuentas. Mi generaci¨®n fue privilegiada. Yo crec¨ª en los a?os sesenta y setenta, cuando el franquismo estaba en descenso, fui un joven afortunado. Ahora nacen sabiendo que la derrota es m¨¢s posible que la victoria¡±, dijo.

Puede parecer cr¨ªtica pol¨ªtica, ese ejercicio sano y necesario que se vuelve imprescindible tras una tragedia para tratar de evitar o minimizar los da?os en el futuro ¡ªla de Valencia no ser¨¢ la ¨²ltima dana y, una vez constatado el retraso en el mensaje de alerta de la Generalitat valenciana, la agenda de su presidente ese d¨ªa y la actuaci¨®n de alguna de sus consejeras, queda pendiente analizar qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si el Gobierno central hubiese decretado el nivel 3 de emergencia nacional y asumido el mando del operativo¡ª. Pero es antipol¨ªtica, algo muy distinto, que ¡°da?a la democracia¡±, interpreta la polit¨®loga Pilar Mera, profesora del departamento de Historia Social y del Pensamiento Pol¨ªtico de la UNED; y que ¡°puede llevarnos a una ola de populismo como la que padece EE UU¡±, seg¨²n Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, profesor de Filosof¨ªa del Derecho, consultor, exdiputado del PP y secretario de Estado en los gobiernos de Mariano Rajoy.

No es un fen¨®meno nuevo. El discurso del ¡°Estado fallido¡± ¡ªuna consideraci¨®n que tiene, por ejemplo, Somalia¡ª; el ¡°Espa?a, naci¨®n sin Estado¡± ¡ªque proclam¨® la diputada popular Cayetana ?lvarez de Toledo¡ª; o la manipulaci¨®n del eslogan solo el pueblo salva al pueblo. Todo ello es tan antiguo como Falange Espa?ola de las Jons, partido fascista y residual cuyo ¨²ltimo programa electoral (2023) reza: ¡°No creemos en la democracia liberal de partidos en la que se estafa descaradamente al pueblo en pos de intereses meramente privados¡±. Pero la antipol¨ªtica ha dado un salto cualitativo al salir de los c¨ªrculos extremistas para instalarse en el prime time, en voces reconocidas y queridas por el gran p¨²blico. Se expande de la mano de sus tradicionales aliados ¡ªla desinformaci¨®n, la demagogia, el miedo¡ª, bien asentada en un creciente recelo hacia las instituciones y los partidos pol¨ªticos ¡ªen Espa?a, la confianza es 14 puntos porcentuales m¨¢s baja que la media de la UE¡ª y acelerada por la comprensible indignaci¨®n ciudadana ante una cat¨¢strofe natural que pudo haber sido mucho menos devastadora, como revelaron a este diario profesionales de los equipos de respuesta ante emergencias.

El uso del dolor

¡°La dana¡±, explica Mera, ¡°abre una nueva ventana de oportunidad y visibilidad para este discurso, porque en ese contexto es muy dif¨ªcil ir a la contra sin que parezca que est¨¢s negando las consecuencias tr¨¢gicas del desastre¡±. ¡°Esa es siempre la estrategia de la antipol¨ªtica: utilizar el dolor real de las v¨ªctimas, porque es a trav¨¦s del dolor por donde empiezan a colarse los mensajes simplistas. En los ¨²ltimos d¨ªas hemos visto muchas alusiones al franquismo. La democracia tiene sus defectos, es necesario criticar la gesti¨®n, pero la alternativa no puede ser mirar con nostalgia un r¨¦gimen donde no hab¨ªa libertad ni derechos¡±, apunta.

S¨¢nchez-Cuenca: ¡°Me aterra que personas que tienen un buen dominio del lenguaje utilicen su talento para deslegitimar a¨²n m¨¢s a la clase pol¨ªtica. Puede ser muy popular, pero es una trampa: el problema no es la pol¨ªtica, son algunos pol¨ªticos, los malos pol¨ªticos¡±

Pablo Motos dedic¨® 15 minutos de la entrevista a la ¨²ltima novela de P¨¦rez Reverte, que sali¨® a la venta el pasado 8 de octubre, y casi 45 a la pol¨ªtica. Entre sus preguntas incluy¨® uno de los bulos m¨¢s recurrentes estos d¨ªas: ¡°No puedo olvidar la frase de Pedro S¨¢nchez cuando dice: ¡®Si quieren ayuda, que la pidan¡¯. Est¨¢s viendo a la gente ahogarse. Los primeros d¨ªas son imprescindibles para encontrar supervivientes. ?C¨®mo se puede tener esa indiferencia por la vida de las personas?¡±, plante¨®. Lo que el presidente realmente hab¨ªa dicho fue: ¡°Quiero reiterar a la ciudadan¨ªa lo que, desde el primer momento, todos los miembros del comit¨¦ de crisis del Gobierno de Espa?a y yo personalmente he trasladado al Govern de la Generalitat Valenciana y al presidente Maz¨®n: El Gobierno central est¨¢ listo para ayudar. Si necesita m¨¢s recursos, que los pida. No hace falta priorizar unos municipios sobre otros, ni jerarquizar tareas. Se prioriza cuando faltan medios y ese no es el caso. No tiene que pasar¡±. Es decir, no estaba racaneando la ayuda, como pod¨ªa deducirse de la frase mal transcrita, sino que se ofrec¨ªa a aportar todo lo que la Generalitat pidiese.

El escritor Juan Manuel de Prada public¨® en Abc: ¡°Estamos mostrando al mundo que Espa?a es un Estado fallido gobernado por hijos de la grand¨ªsima puta (...). Si los espa?oles de hoga?o no tuvi¨¦ramos horchata en las venas, tendr¨ªamos que ahorcarlos y despu¨¦s descuartizarlos¡±. Ignacio S¨¢nchez-Cuenca, autor de La desfachatez intelectual, un libro que analiza ¡°c¨®mo muchos de los intelectuales espa?oles de mayor prestigio participan en el debate p¨²blico de manera fr¨ªvola y superficial¡±, afirma: ¡°Los intelectuales tienen cierto olfato para saber qu¨¦ est¨¢ pasando en la sociedad. P¨¦rez Reverte o De Prada entienden que ese tipo de mensajes van a tener una buena acogida en buena parte de la opini¨®n p¨²blica y no los lanzan en un medio marginal o en un canal de YouTube, sino en medios tradicionales y de masas. El problema, y ellos lo saben, es que si todo lo que hay ha fallado, no queda m¨¢s que probar una soluci¨®n alternativa, como la que ofrezca Alvise [P¨¦rez]. Y es un mecanismo que se retroalimenta: cuanto menos confianza social hay, mayores barbaridades dicen, y cuantas m¨¢s barbaridades dicen, m¨¢s atractivo se vuelve ese mensaje, el de que no hay salida salvo fuera del sistema. Me aterra que personas que tienen un buen dominio del lenguaje utilicen su talento para deslegitimar a¨²n m¨¢s a la clase pol¨ªtica. Puede ser muy popular, pero es una trampa: el problema no es la pol¨ªtica, son algunos pol¨ªticos. Los malos pol¨ªticos¡±.

Lassalle: ¡°La antipol¨ªtica estuvo marginada por los medios y los partidos. Hoy tiene una potencia de fuego in¨¦dita. Y nuestra indignaci¨®n solo la alimenta¡±

¡°Durante un tiempo¡±, comparte Lasalle, ¡°la antipol¨ªtica estuvo marginada: por los medios de comunicaci¨®n y por los partidos. Pero ahora tiene una potencia de fuego in¨¦dita¡±. Al igual que los dem¨¢s expertos consultados, cree que algunos pol¨ªticos han puesto de su parte, tirando piedras contra su propio tejado. ¡°La antipol¨ªtica se alimenta de emociones y conecta muy bien con las din¨¢micas de la conspiraci¨®n. En la medida en que la pol¨ªtica no es transparente a nivel institucional y no proyecta ejemplaridad, favorece ese relato sobre lo oculto. Aparece una pseudo-¨¦lite para acompa?ar ese discurso del misterio, como Iker Jim¨¦nez y los supuestos profesionales de la sociedad civil que le acompa?an, y conectan, porque en un entorno de incertidumbre el misterio es tremendamente atractivo¡±.

La dana ha sometido a la industria del bulo a una actividad fren¨¦tica, con medios de comunicaci¨®n serios invirtiendo casi tanto tiempo en contar lo que no pas¨® como lo que pas¨®. Horizonte (Cuatro), una de sus f¨¢bricas, fue convenientemente se?alada tras mentir sobre las supuestas v¨ªctimas del aparcamiento de Bonaire, en Aldaia, donde aseguraron que hab¨ªa muchos cad¨¢veres y finalmente no fue hallado ninguno. Pero, en su primera emisi¨®n tras el desmentido, una de sus colaboradoras, Beatriz Taleg¨®n, especul¨® ante 2,9 millones de espectadores ¨²nicos: ¡°Alguien est¨¢ generando caos para venir a imponer un orden. Me consta la operaci¨®n de inteligencia, la trampa desarrollada en la que, por desgracia, algunos hab¨¦is ca¨ªdo. Esas fuentes que te han informado, Iker, estaban haciendo un trabajo¡±. Es decir, que los responsables de Horizonte no hab¨ªan enga?ado a su audiencia, sino que fuerzas oscuras les empujaron a hacerlo.

Ya no es ¡°polarizaci¨®n, es hostilidad¡±, subraya V¨ªctor Lapuente, doctor en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad de Oxford y catedr¨¢tico en la Universidad de Gotemburgo. ¡°La desconfianza ciudadana en los pol¨ªticos siempre hab¨ªa oscilado: si hab¨ªa problemas econ¨®micos o de corrupci¨®n, sub¨ªa; si se recuperaba la econom¨ªa, bajaba. Pero el rendimiento econ¨®mico no se ha correspondido con una subida de la confianza, sigue habiendo mucha bilis antipol¨ªtica. Algo se ha roto. En situaciones de miedo e incertidumbre hay dos pulsiones psicol¨®gicas bastante estudiadas: la b¨²squeda del hombre fuerte y la necesidad de identificar a un culpable concreto, cuando los problemas complejos, como lo fue la crisis financiera, nunca tienen un responsable ¨²nico, sino que obedecen a factores entrelazados. A veces han sido los jud¨ªos; otras, los inmigrantes; hoy el chivo expiatorio son los pol¨ªticos en general, lo p¨²blico. Y ya no podemos culpar solo a las redes sociales. Est¨¢ en la televisi¨®n, en la comunicaci¨®n de masas¡±. ¡°Periodismo ciudadano¡±, presume Horizonte, el programa de Iker Jim¨¦nez. ¡°Vosotros sois los medios de comunicaci¨®n ahora¡±, ha dicho Elon Musk, due?o de X (antes Twitter) y uno de los hombres que han llevado a Donald Trump de la mano hasta la Casa Blanca.

No ha sido de un d¨ªa para otro. El 15-M dispar¨® el inter¨¦s ciudadano por la pol¨ªtica. Las parrillas televisivas se llenaron de tertulias o programas pol¨ªticos. Motos, que hac¨ªa un programa de entretenimiento, pas¨® a hablar de pol¨ªtica. Jim¨¦nez, que hac¨ªa un programa de fantasmas y ovnis, tambi¨¦n. Pero aquel inter¨¦s, las ganas de involucrarse en lo p¨²blico, se ha pervertido, seg¨²n los expertos consultados. ¡°La televisi¨®n¡±, explica la polit¨®loga Pilar Mera, ¡°estaba perdiendo: un dato de audiencia que ahora es un ¨¦xito hace a?os hubiera sido un desastre¡±. Y prosigue: ¡°Es lo que explica que hoy haya, en la televisi¨®n, gente que ha querido sumarse a este carro, que adem¨¢s, es muy barato. Tertulias pol¨ªticas adoptaron el formato de las del coraz¨®n, buscando el enfoque m¨¢s espectacular y escandaloso. Pero no deber¨ªamos tener miedo a decir que libertad de expresi¨®n no es libertad de mentir y que pluralidad no es colocar en situaci¨®n de igualdad al cient¨ªfico que expone una realidad basada en el conocimiento con quien sale a especular. Curiosamente, hay pol¨ªticos que han participado de esto, preocup¨¢ndose m¨¢s por el modo de comunicar que por lo que se comunica, jugando a la antipol¨ªtica. ?Qui¨¦n gana con eso? Quien se beneficia de generar caos. Las influencers, los Iker, que monetizan la informaci¨®n falsa; quien confunde la solidaridad de la gente con llamadas a entes abstractos como ¡®el pueblo¡¯ cuando en realidad lo que est¨¢n diciendo es: ¡®D¨¦jame a m¨ª¡¯; los Alvises, los que proponen alternativas pol¨ªticas simplistas y populistas; Vox... Desde luego no ganan ni el PSOE ni el PP, que se ha prestado a este juego pese a ser el principal perjudicado, porque lo que hace es reforzar a quien le puede hacer m¨¢s da?o como alternativa¡±.

¡ª No s¨¦ si lo sab¨ªas, pero S¨¢nchez va a supeditar las ayudas que va a dar a los afectados por la dana a la aprobaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado. ?Qu¨¦ te parece? ¡ªpregunta, en uno de los pueblos m¨¢s afectados, una reportera de Herqles, asociaci¨®n juvenil vinculada a Vox.

¡ª Pedro S¨¢nchez dimisi¨®n. Perro S¨¢nchez hijo de puta. Dimisi¨®n ya ¡ªresponde una joven.

El decreto de las ayudas no est¨¢ supeditado a los Presupuestos. De hecho, se public¨® en el BOE el pasado mi¨¦rcoles y est¨¢ en vigor (aunque S¨¢nchez, al anunciarlo, s¨ª aprovech¨® para subrayar que los Presupuestos son, en la reconstrucci¨®n tras una cat¨¢strofe, ¡°m¨¢s necesarios que nunca¡±, y en esa misma l¨ªnea han hablado otros miembros del Gobierno como Mar¨ªa Jes¨²s Montero y Carlos Cuerpo). El PP, no obstante, contribuy¨® a extender la idea falsa de que no habr¨ªa ayudas sin Presupuestos.

Alvise P¨¦rez, Vito Quiles, Javier Negre, Desokupa, Herqles... todos se desplazaron r¨¢pidamente a Valencia para lanzar, micr¨®fono en mano, contenidos que no responden a los c¨®digos deontol¨®gicos del periodismo. Mezclaron verdades con mentiras, ocuparon el espacio. ¡°Llevo desde 2014 escribiendo sobre antipol¨ªtica y populismo¡±, afirma Lassalle, ¡°y sigo sin saber c¨®mo se ataja. ¡°Lo que s¨ª he aprendido ¡ªa?ade¡ª es que el ¨¦xito de la antipol¨ªtica es, precisamente, nuestra reacci¨®n indignada. Ah¨ª es donde encuentran la legitimidad de su discurso. No hemos sido capaces de entender la profundidad del fen¨®meno, y contemplarlo desde un desd¨¦n moral no sirve para neutralizarlo, lo alimenta. Tenemos que pararnos y pensar c¨®mo frenar ese tsunami de desinformaci¨®n y antipol¨ªtica. Es el gran reto que tenemos por delante¡±.