Maz¨®n huye perseguido por s¨ª mismo
La presencia del presidente valenciano despierta ya una ola de animadversi¨®n entre sus vecinos, y su marcha, alivio entre los suyos
El PP es un partido tan acostumbrado a soltar lastre en pleno vuelo que ya dispone de un manual de instrucciones. No hace falta m¨¢s que un poco de memoria y otro tanto de atenci¨®n para averiguar qui¨¦n est¨¢ a punto de caer en desgracia y qui¨¦n, directamente, ya est¨¢ sentenciado. La primera se?al es quitarle el nombre para marcar distancias, a veces de una vez: otras, poco a poco. Cuando Mariano Rajoy se dio cuenta de que, o tiraba por la borda a Luis B¨¢rcenas o se estrellar¨ªa con ¨¦l, se refiri¨® al extesorero como ¡°esa persona de la que usted me habla¡±. Ayer, cuando el portavoz del partido, Borja S¨¦mper, habl¨® del ¡°se?or Maz¨®n¡± ya le estaba quitando de una vez el nombre de pila y el cargo, o sea, el cari?o y la graduaci¨®n, la placa y la pistola.
Tal vez para evitar su muerte pol¨ªtica, o para morir matando, el presidente valenciano opt¨® ayer por cambiar de estrategia de comunicaci¨®n. Sali¨® del reservado que fue su ruina y anunci¨® que se dejar¨ªa ver en tres sitios a lo largo de la ma?ana. A las 9.00, asistir¨ªa a la reuni¨®n del centro de coordinaci¨®n de emergencias ¡ªall¨ª donde lleg¨® tres horas tarde el d¨ªa de la riada a¨²n no se sabe del todo por qu¨¦¡ª; a las 11.30 visitar¨ªa las obras en la autov¨ªa CV-33; y a las 12.15 inaugurar¨ªa en la localidad de Torrent ¡ªgobernada por una alcaldesa del PP¡ª un servicio de autobuses lanzadera con Valencia. No hab¨ªa que ser un lince para sospechar que una agenda as¨ª era imposible de cumplir en una ciudad cercada por decenas de calles cortadas, puentes ca¨ªdos, atascos de tr¨¢fico a traici¨®n, miles de personas intentando rescatar sus vidas entre el barro que se va convirtiendo en polvo y otros miles que, llegados de fuera y por tanto desconocedores del entorno, le piden un milagro al navegador cada vez que arrancan el coche. La estrategia, adem¨¢s, ten¨ªa truco. Su gabinete advirti¨® de que solo har¨ªa declaraciones en la CV-33, o lo que es lo mismo, en medio de una carretera cortada a la que solo podr¨ªan acceder los periodistas que fueran dentro del corralito que montan algunos jefes de prensa para tenerlo todo atado y bien atado.
En su libro Mortal y rosa, Francisco Umbral escribi¨®: ¡°La gloria, la fama, la popularidad, el renombre, el simple prestigio se acaban a la vuelta de la esquina. No soportan un trayecto de autob¨²s al extrarradio, el viaje de un tren de cercan¨ªas. Uno es importante a condici¨®n de no moverse del sitio. En cuanto cruzas la calle est¨¢s perdido. Se desea llegar a otra ciudad para recobrar todo lo que hemos ido perdiendo por los campos, inmensos, verdaderos, ajenos¡±. Est¨¢ claro que Umbral se refer¨ªa a un mundo que ya no existe ¡ªel libro fue publicado en 1975¡ª, pero, por lo sucedido estos d¨ªas en Valencia, Maz¨®n necesitar¨ªa un mundo as¨ª para poder seguir huyendo de su fama, de s¨ª mismo. En cuanto el presidente se acerc¨® a un sitio habitado ¡ªla parada de autob¨²s en el centro de Torrent¡ª, se encontr¨® con su realidad. Un grupo de personas lo increp¨® con las mismas palabras gruesas que los manifestantes del s¨¢bado en Valencia dejaron escritas en la puerta del ayuntamiento, y que lo hac¨ªan directamente responsable de las muertes.
Debo admitir que, al¨¦rgico a los corralitos, prefer¨ª llegar al acto de la CV-33 a trav¨¦s de la autov¨ªa cortada, y eso me permiti¨® seguir a la comitiva oficial hasta el centro de Torrent. All¨ª v¨ª y grab¨¦ con el m¨®vil dos circunstancias que, m¨¢s all¨¢ de los deseos de Feij¨®o, dan por sentenciado a un pol¨ªtico. La primera, el enfado instant¨¢neo que provoc¨® su presencia entre sus vecinos; la segunda, el alivio que sintieron los dirigentes locales del PP cuando Maz¨®n se meti¨® en el coche y se fue. La visita dur¨® cinco minutos, pero el a¨²n presidente se llev¨® puestos algunos de los insultos que nadie querr¨ªa escuchar.
Dec¨ªa Umbral en su libro que no hay que aspirar a la gloria, ni siquiera a un olvido grandioso: ¡°No. Un olvido peque?o. Quedar, no como una estatua o una farola, sino como un enigma, como un nombre que suena no se sabe de d¨®nde ni de qu¨¦¡±. Ni a eso puede aspirar ya ¡°el se?or Maz¨®n¡±.
? DIRECTO | Un grupo de vecinos abuchea a Maz¨®n durante la inauguraci¨®n de una l¨ªnea lanzadera de autobuses en Torrent. La visita ha durado cinco minutos https://t.co/0xPN5pK34O
— EL PA?S (@el_pais) November 11, 2024
? Pablo Ordaz pic.twitter.com/YX65DbT5Uk
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