Abascal y sus aliados conf¨ªan en la ola del trumpismo para crecer en Europa
La internacional ultra de Orb¨¢n, Le Pen y Salvini se refuerza pol¨ªtica y financieramente para beneficiarse del empuje del nuevo inquilino de la Casa Blanca
Los autodenominados patriotas europeos se reunieron el pasado d¨ªa 16 en un palacete de Par¨ªs para celebrar la victoria electoral de Donald Trump. A la cita acudieron la francesa Marine Le Pen, el holand¨¦s Geert Wilders y el espa?ol Santiago Abascal, entre otros. Pero, aunque la primera era la anfitriona y la que m¨¢s diputados aporta al grupo en el Parlamento Europeo ¡ª30 de 86, el triple que los h¨²ngaros de Fidesz¡ª la figura indiscutible del encuentro fue el primer ministro h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n. Y no solo porque era el ¨²nico de ellos que preside un gobierno sino, sobre todo, porque Trump le ha se?alado como su amigo en Europa y le ha recibido dos veces este a?o en su mansi¨®n de Mar-a-Lago (Florida). Tras calificar al presidente electo de EE UU como ¡°un patriota¡± y felicitarse de su ¡°monumental triunfo¡±, Orb¨¢n llam¨® a sus correligionarios a sacar lecciones de la campa?a norteamericana. La primera, asegur¨®, es ¡°que la izquierda har¨¢ todo lo que pueda para exterminarnos pol¨ªtica, moral y legalmente. Todo est¨¢ justificado para pararnos si vamos a ganar¡±, apostill¨®.
Aunque su partido ejerce la acusaci¨®n popular en las causas abiertas en los juzgados espa?oles contra la esposa y el hermano de Pedro S¨¢nchez, Abascal se sum¨® a la denuncia del lawfare y critic¨® la ¡°persecuci¨®n judicial¡± que supuestamente sufren Le Pen y Matteo Salvini. La presidenta del Reagrupamiento Nacional se enfrenta a una pena de inhabilitaci¨®n por presunta malversaci¨®n de fondos de la UE, acusada de haber desviado al partido dinero del Parlamento europeo; mientras que el fiscal pide seis a?os de c¨¢rcel para el l¨ªder de la Liga italiana por impedir que desembarcaran en Lampedusa 147 inmigrantes rescatados en el mar cuando era ministro del Interior.
El motivo formal de la reuni¨®n era nombrar al espa?ol como presidente de Patriots.eu, su denominaci¨®n oficial. En teor¨ªa, se trata de un nuevo partido europeo; en realidad, es la continuaci¨®n, con otro nombre, de una formaci¨®n que ya exist¨ªa: Identidad y Democracia (ID). Por eso, aunque el partido se acaba de fundar, Abascal fue presentado como sucesor del belga Gerolf Annemans, exl¨ªder de la formaci¨®n ultranacionalista flamenca Vlaams Belang y presidente de ID. La principal diferencia entre Patriots.es e ID ha sido el desembarco de Orb¨¢n, que ha tra¨ªdo de la mano a Vox y a los portugueses de Chega, entre otros, hasta sumar 15 partidos de 13 pa¨ªses y desbancar como tercera fuerza del Parlamento europeo al grupo ECR, que encabeza la primera ministra italiana Giorgia Meloni y al que pertenec¨ªan los eurodiputados espa?oles.
La incorporaci¨®n de los nuevos socios ha obligado a redistribuir las cuotas de poder interno: si Abascal ha conseguido la presidencia del partido europeo; la del grupo parlamentario, con mayor peso espec¨ªfico, le corresponde al franc¨¦s Jordan Bardella; y la de su fundaci¨®n, al h¨²ngaro Andr¨¢s Laszlo. El nacionalismo a ultranza de los patriotas no est¨¢ re?ido con el globalismo: su objetivo es ¡°homogeneizar la visi¨®n institucional de Europa¡± y buscar la ¡°concertaci¨®n permanente de las respectivas estrategias nacionales¡± de todos ellos.
La internacional ultra no se limitar¨¢ al terreno declarativo. La anfitriona de la cumbre propuso crear un fondo com¨²n para pagar las multas que les impongan los jueces; y banqueros pr¨®ximos a Orb¨¢n ya han financiado las campa?as electorales de la propia Le Pen y de Abascal.
M¨¢s all¨¢ de afinidades, los grupos ultras del Parlamento europeo se han configurado atendiendo a las fobias nacionales: los rumanos de AUR, pr¨®ximos a Vox, rechazan a Orb¨¢n, que quiere tutelar a la minor¨ªa h¨²ngara de Rumania; mientras que Abascal es incompatible con Alvise; y Marine Le Pen con su sobrina Marion Mar¨¦chal Le Pen, adem¨¢s de con los alemanes de Alternativa por Alemania, a los que la francesa expuls¨® del grupo por su complacencia con el nazismo.
Para acomodarse a sus nuevos socios, Vox ha tenido que hacer malabarismos ideol¨®gicos: Le Pen, que celebr¨® el s¨¢bado el retorno del proteccionismo econ¨®mico con Trump, est¨¢ en las ant¨ªpodas del anarcocapitalismo del argentino Milei, aliado de Abascal; como lo est¨¢ Orb¨¢n, abogado defensor de Putin en la UE, de los polacos de Ley y Justicia, con quienes Vox compart¨ªa grupo en la pasada legislatura. El l¨ªder espa?ol condena la invasi¨®n rusa en sus declaraciones p¨²blicas, pero en la primera votaci¨®n nominal de la nueva legislatura del Parlamento europeo, en julio pasado, sus diputados eludieron una resoluci¨®n que promet¨ªa mantener el apoyo pol¨ªtico, militar y financiero a Kiev, al tiempo que reprobaba la visita de Orb¨¢n a Putin. No es que se abstuvieran, se ausentaron para no tener que retratarse.
Quiz¨¢ por eso el programa de los patriotas europeos es tan escueto: se centra en rechazar las instituciones europeas, a las que tacha de bur¨®cratas y globalistas; y defender el derecho de los Estados a salirse del pacto europeo sobre migraci¨®n; en perjuicio de los pa¨ªses fronterizos como Espa?a. En Par¨ªs, Wilders recibi¨® el apoyo de sus correligionarios al nuevo paquete de medidas contra la inmigraci¨®n del Gobierno holand¨¦s, del que forma parte su Partido por la Libertad (PVV); entre ellas, la expulsi¨®n de inmigrantes a zonas de Siria que Amsterdam declare unilateralmente como seguras; y la p¨¦rdida de la nacionalidad para holandeses de origen marroqu¨ª convictos por terrorismo o antisemitismo. Esta ¨²ltima es la ¨²nica forma de racismo que mencionan los partidos ultras.
La otra lecci¨®n que sac¨® Orb¨¢n de las elecciones americanas es que se equivocan quienes les aconsejan moderar su discurso. ¡°No hay que moverse hacia el centro, porque el centro ya se ha movido hacia nosotros¡±, proclam¨®. Los autodenominados patriotas consideran un triunfo que los populares apoyaran la creaci¨®n de centros para inmigrantes fuera de territorio comunitario; o que enmendaran la ley de reforestaci¨®n, piedra angular del Pacto Verde Europeo, del que los ultras abominan. Y apuestan por romper antes de que acabe la actual legislatura el bloque europe¨ªsta (populares, liberales, verdes y socialistas) y sustituirlo por el Pacto por Venezuela, en referencia a la resoluci¨®n que reconoci¨® a Edmundo Gonz¨¢lez como presidente venezolano con el voto de todas las derechas.
Para ello cuentan con el poderoso empuje que les dar¨¢ el regreso de Trump a la Casa Blanca. ¡°Ya podemos notar en nuestros rostros el viento de cambio [que sopla] en todo Occidente. No podemos perder esta oportunidad¡±, proclam¨® Abascal. Orb¨¢n, titular de la franquicia del trumpismo en la UE, ya ha adaptado su lema: ¡°Make America Great Again¡± (MAGA) por ¡°Make Europe Great Again¡± (MEGA). Uno de los primeros en dar la enhorabuena a Abascal por su nombramiento en Patriots.es fue Matt Schlapp, presidente de la CPAC, la conferencia ultraconservadora de Estados Unidos que lanz¨® a Trump como candidato, quien felicit¨® al l¨ªder de Vox por dirigir la ¡°CPAC Spain¡±, seg¨²n sus palabras. ¡°?Dios bendiga al jefe!¡±, a?adi¨®.
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