Perfil | Andoni Ortuzar, el l¨ªder afable en tiempos de ira

Si el Alderdi Eguna, el d¨ªa del PNV, fuera un festival de m¨²sica Andoni Ortuzar ser¨ªa sin duda el cabeza de cartel. Cuando el presidente saludaba con un egun on para iniciar su discurso, la militancia reunida en las Campas de Foronda (?lava) sab¨ªa que esa ma?ana caer¨ªa alguna broma que otra ¡ªcomo aquella sobre la barba de Urkullu de 2022 que lo hac¨ªa ¡°muy interesante¡±¡ª, lanzar¨ªa dos o tres golpetazos socarrones a la izquierda abertzale y la derecha de Madrid, y har¨ªa un buen despliegue de iron¨ªa (¡°ahora no somos burgueses, ahora somos neoliberales¡±), esa figura literaria tan arriesgada en la era de los reels de 15 segundos pero a la que ¨¦l nunca ha renunciado en sus tres mandatos, que comenzaron en enero de 2013 y acabar¨¢n cuando, tras renunciar a la reelecci¨®n, lo suceda Aitor Esteban, portavoz del partido en el Congreso.

No era El club de la comedia, pero el humor en formato sirimiri ha hecho de Ortuzar la estrella del Alderdi Eguna, de los m¨ªtines de campa?a y de los encuentros m¨¢s informales con las agrupaciones municipales. Fue ¨¦l quien institucionaliz¨® los carnavales en pol¨ªtica. Lo mismo se disfrazaba de surfero para reivindicar las selecciones vascas que de Spock, para apoyar a Juan Jos¨¦ Ibarretxe (aunque Ibarretxe no lleg¨® a disfrazarse del personaje de Star Trek al que tanto se parece, no pidamos demasiado). ¡°Es un cachondo¡±, dice un exdirigente nacionalistacon ¨¦l. ¡°Simp¨¢tico, muy simp¨¢tico¡±, a?ade una periodista pol¨ªtica que cubri¨® su trayectoria durante a?os. Como se dir¨ªa en Euskadi: un tipo jatorra.

De ese talante amable hizo una marca pol¨ªtica. ¡°Andoni tiene un car¨¢cter afable; enseguida conecta con el otro¡±, asegura una compa?era del partido que coincidi¨® con ¨¦l en el Gobierno de Jos¨¦ Antonio Ardanza cuando Ortuzar lideraba el servicio de Acci¨®n Exterior para dar a conocer Euskadi en el mundo. Un perfil abierto que tambi¨¦n rememoran sus colaboradores en su paso por la direcci¨®n de EITB, la corporaci¨®n de medios de comunicaci¨®n p¨²blicos: ¡°Ten¨ªa una manera de dirigir en la que dejaba hacer, estaba encima, pero no para controlar, sino por inter¨¦s period¨ªstico; era muy accesible¡±. A¨²n se recuerda el rebote que se cogi¨® el grupo parlamentario del PNV con una informaci¨®n sobre la subida de sueldos de los diputados vascos. Ortuzar no lo par¨® pese a las presiones. Ortuzar, por cierto, es periodista. Ahora da titulares; antes, los buscaba.

Ese temperamento, tan en contra de estos tiempos polarizados y de ira pol¨ªtica, le permiti¨® tener abiertas v¨ªas de interlocuci¨®n con sus adversarios, incluso con los m¨¢s ac¨¦rrimos, como el sindicato ELA, el mayoritario en Euskadi. ELA, del que el propio Ortuzar fue delegado sindical en el diario Deia en los a?os 80, naci¨® bajo el paraguas del PNV a principios del siglo pasado, pero se fue alejando de la ¨®rbita peneuvista hasta convertirse en el contrapoder desde la izquierda a las pol¨ªticas del PNV. ¡°Cuando muy de vez en cuando ten¨ªa que llamarle y le ped¨ªa una reuni¨®n, nos la daba, cosa que Urkullu nunca hizo; Ortuzar sab¨ªa guardar las formas¡±, recuerda Adolfo Mu?oz, Txiki, secretario general del sindicato entre 2008 y 2019.

¡°Era campechano en el trato, pero inflexible en sus posiciones¡±, comenta Txiki, que considera que Ortuzar fue el principal responsable en la campa?a del PNV para intentar estigmatizar al sindicato ELA por su apuesta por la confrontaci¨®n para conseguir mejoras sociales y laborales. ¡°Al PNV no le gusta la autonom¨ªa del sindicato¡±. Para ELA, Ortuzar es un neoliberal. Sin iron¨ªas. Adolfo Mu?oz escribi¨® incluso un libro sobre ello: El modelo neoliberal vasco (Manu Robles Aranguiz Fundazioa, 2023).

¡°Ortuzar tiene un perfil atrapalotodo y mainstream¡±, explica Braulio G¨®mez, director del Deustobar¨®metro. Si en efecto fuera cabeza de cartel de un festival, podr¨ªa ser Coldplay. ¡°Ha construido un liderazgo electoral basado en la heterogeneidad de los discursos para llegar a representar a muchas capas de la sociedad que no tienen los mismos intereses ni en el eje izquierda-derecha ni en el identitario¡±. Le ech¨® caf¨¦ descafeinado a la taza de la reivindicaci¨®n soberanista cuando vio que la mayor¨ªa de la gente no vibraba con aquello y se incorpor¨® al espejo socialdem¨®crata en el que le gusta mirarse a una parte importante de la sociedad vasca desde la Gran Recesi¨®n. ¡°Ortuzar no ha sido un l¨ªder que haya llevado a la sociedad a ning¨²n sitio, sino que ¨¦l se ha acercado a donde estaba el espacio que representaba con m¨¢s votos a la sociedad¡±, defiende G¨®mez.

Quiz¨¢s eso explique uno de los momentos clave de su mandato. En 2018, apenas nueve d¨ªas despu¨¦s de pactar los presupuestos con Mariano Rajoy (incluido el sapo de no levantar el art¨ªculo 155 a Catalu?a), el PNV de Ortuzar decidi¨® apoyar la moci¨®n de censura que aup¨® a Pedro S¨¢nchez a la presidencia del Gobierno. El sapo de la G¨¹rtel era demasiado sapo. Para entonces, hac¨ªa tiempo que el PP ca¨ªa mal en buena parte de la sociedad vasca. De nuevo, Ortuzar llev¨® el partido al lugar en el que se barruntaba el p¨¢lpito de la gente. Pragm¨¢tico y posibilista.

Con Ortuzar, el PNV alcanz¨® las m¨¢ximas cuotas de poder en las instituciones vascas, en un s¨®lido pacto con el PSE que deja en herencia a su sustituto Aitor Esteban, pero tambi¨¦n vivi¨® el desgaste de la pandemia cuando al oasis vasco se le vieron las costuras de una sanidad p¨²blica que hab¨ªa dejado de ser el orgullo de otros tiempos. Braulio G¨®mez cree que Ortuzar manej¨® mejor el barco cuando EH Bildu todav¨ªa no era una alternativa viable pero acert¨® cuando decidi¨® que era hora de cambiar a Urkullu para frenar la ola de la izquierda abertzale en pleno declive electoral del PNV. Hay coincidencia en quienes han seguido su trayectoria en que ha sido un l¨ªder con un gran olfato pol¨ªtico pero al final ha sido precisamente ese olfato pol¨ªtico el que le ha fallado. ?Por qu¨¦? Ese cap¨ªtulo est¨¢ todav¨ªa por escribir.