El And¨¦valo acaricia el sue?o de recuperar su tren minero
Los fondos europeos permitir¨¢n revivir el trazado de 22 kil¨®metros entre San Bartolom¨¦ y Tharsis, convirti¨¦ndolo convirtiendo el turismo sostenible en una alternativa econ¨®mica
Jos¨¦ Dom¨ªnguez tiene 81 a?os y con 19 entro a trabajar como fogonero en las locomotoras del ferrocarril que un¨ªa Tharsis con Los Corrales, en la provincia de Huelva. Luego, cuando las m¨¢quinas pasaron del vapor al gasoil, se reconvirti¨® en maquinista hasta que, en 1991, al ver que la mina empezaba a decaer, se prejubil¨®. ¡°Era un enamorado del ferrocarril, me gustaba mucho¡±, explica. Dom¨ªnguez recuerda los viajes que hac¨ªa llevando mineral y tambi¨¦n pasajeros. ¡°Ese tren se llamaba El Viajero e iba todos los lunes, enganchado detr¨¢s de los vagones de mineral¡±, cuenta. Otro vecino, Gonzalo Delgado, m¨¢s joven entonces, tambi¨¦n se acuerda de la ruta en El Viajero ¡°Era una aventura. Nos mont¨¢bamos muy temprano y tard¨¢bamos dos o tres horas en llegar. Par¨¢bamos en Los Corrales y de all¨ª cog¨ªamos la canoa y cruz¨¢bamos el r¨ªo hasta Huelva¡±, rememora. A finales de los 90 dej¨® de funcionar, pero parte de ese recorrido, los 22 kil¨®metros que unen Tharsis con San Bartolom¨¦ de la Torre, se mantiene indeleble no solo en la memoria de Dom¨ªnguez y Delgado, sino en la de ambos municipios. Los rieles que los enlazan, vertebrando la comarca del And¨¦valo de norte a sur, son la reminiscencia tangible que ha impulsado a sus habitantes a mantener vivo el sue?o de recuperar su trazado, y que va camino de hacerse realidad de la mano de los Fondos Next Generation para el turismo sostenible. ¡°Eso dicen, ojal¨¢ que yo y mis nietas podamos llegar a verlo¡±, dice Dom¨ªnguez con la emoci¨®n pellizc¨¢ndole la garganta.
El proyecto no solo permitir¨¢ recuperar parte del itinerario original ¡ªel trazado de San Bartolom¨¦ a Los Corrales ha desaparecido¨D, sino que servir¨¢ para impulsar a la comarca m¨¢s pobre de la provincia de Huelva con un proyecto tur¨ªstico y medioambiental que sirva como alternativa a una econom¨ªa apoyada en los frutos rojos y que qued¨® tocada de muerte con el abandono de la mina, una industria que podr¨ªa volver a ponerse en funcionamiento en Tharsis en unos meses. ¡°En nuestros municipios sigue existiendo un sentimiento de pertenencia respecto del tren. Este proyecto ven¨ªa gest¨¢ndose desde hace muchos a?os, pero nunca encontr¨¢bamos fondos o ayudas regionales o europeos en los que encajara¡±, se?ala Mar¨ªa Eugenia Lim¨®n, alcaldesa de San Bartolom¨¦ y presidenta de la Diputaci¨®n de Huelva.
¡°Esto puede suponer una oportunidad de unir a Tharsis, San Bartolom¨¦ y Alosno a trav¨¦s del turismo y poner en valor todo su tejido productivo que pasa desapercibido porque no tiene un elemento aglutinador que llame la atenci¨®n¡±, abunda la alcaldesa. Un argumento que defiende su hom¨®logo en Tharsis, Lorenzo G¨®mez, que en este tiempo ha ido recuperando para el pueblo las v¨ªas que circulan por el t¨¦rmino municipal, logrando que se considere Bien de Inter¨¦s Cultural todo el trayecto ferroviario y la propia localidad y que ha abierto el museo del ferrocarril, rehabilitando vagones y locomotoras. ¡°Es un camino muy largo, que nos ha costado mucho esfuerzo y ahora ver que se pueed poner en valor es s¨²per importante y si finalmente la mina se reabre, ser¨ªa un doble espaldarazo¡±, se?ala en alusi¨®n a los trabajos de prospecci¨®n que Tharsis Mining acaba de terminar para constatar la viabilidad de reabrir la explotaci¨®n.
La iniciativa es ambiciosa y viene avalada por el apoyo de todos los vecinos del And¨¦valo, pero Julio S¨¢nchez, el arquitecto de la Diputaci¨®n de Huelva, que ha redactado el proyecto prefiere mantener la cautela. El plan ha conseguido 1,4 millones financiados ¨ªntegramente con los Fondos de Recuperaci¨®n Next Generation, que son la mitad de lo primeramente presupuestado. ¡°Para que saliera como queremos tendr¨ªamos que tener 10 veces esta cantidad¡±, indica resignado, ¡°pero es un principio¡±, a?ade. El objetivo principal es recuperar la v¨ªa del tren, cuyos rieles se encuentran en bastante buen estado, pero cuyas traviesas necesitan ser revisadas y sustituidas por otras de hormig¨®n. El trabajo de mantenimiento realizado por talleres urbanos, impulsados por el Ayuntamiento de Tharsis ha permitido que tengan un grado de conservaci¨®n adecuado. Tambi¨¦n hay que revisar los puentes que jalonan el recorrido y rehabilitar las estaciones, que estas s¨ª se sostienen en pie a duras penas. ¡°En esta primera fase solo podremos apuntalarlas, no podremos acondicionarlas m¨¢s¡±, advierte S¨¢nchez.
Otro asunto que hay que definir es qu¨¦ tipo de vag¨®n circular¨¢ por la v¨ªa. ¡°No podemos recuperar la locomotora ni los vagones antiguos, primero porque funcionan con gasoil y eso es inviable econ¨®mica y medioambientalmente, y porque generan un peso que la v¨ªa no va a poder soportar¡±, indica S¨¢nchez. Aqu¨ª es donde entra en juego la variable del senderismo, y las rutas ciclistas que atraviesan la zona. Recuperar el trazado como una v¨ªa verde a la que lleguen los ciclistas, suban sus m¨¢quinas en unos bicivagones y se desplacen pedaleando de estaci¨®n a estaci¨®n es la opci¨®n m¨¢s plausible, pero se est¨¢n barajando otras.
Dehesa, azufre y fandango
Solo el recorrido merece probar la ruta. 22 kil¨®metros impregnados por el olor a azufre y taladrados por el verde profundo de las encinas y el pasto que camuflan la dehesa, que se trasmutan en el rojo oxidado de las vetas de cobre de la corta de Tharsis. Principio y final de un trazado que permitir¨¢ disfrutar de los atractivos de San Bartolom¨¦ ¡ªsu romer¨ªa de la Amistad, la danza de la espada el d¨ªa de su patr¨®n, o un parque de ocho hect¨¢reas de terreno o de su lago¨D, de la oferta cultural de Alosno ¡ªel municipio que queda a mitad de camino, cuna del fandango¨D y del paisaje industrial tharsile?o o de su museo del ferrocarril. ¡°La ausencia de edificaciones y la ausencia de contaminaci¨®n lum¨ªnica hace que el paraje sea perfecto para el turismo de estrellas¡±, dice S¨¢nchez.
El museo es un ejemplo del empe?o de Tharsis por no dejar morir el tren minero. Un anhelo que comienza en 2004 cuando el Ayuntamiento adquiere el dominio p¨²blico de las v¨ªas del tren, que eran propiedad de la empresa que explotaba la mina. ¡°Desde entonces hemos ido trabajando, en distintos estadios para llegar hasta donde estamos hoy¡±, se?ala Miguel ?ngel Barreiro, responsable de Desarrollo Local del Ayuntamiento. Las l¨¢grimas de emoci¨®n que asoman a sus ojos cuando habla de lo que este proyecto supone para el pueblo son el mejor ejemplo del compromiso de sus vecinos. ¡°Esto puede servir para tener una alternativa al monocultivo que ha supuesto depender de la miner¨ªa¡±, explica.
Turismo contra la despoblaci¨®n
Tharsis es un ejemplo de la despoblaci¨®n que carcome la provincia de Huelva. ¡°El 75% de nuestros municipios son menores de 5000 habitantes y en los ¨²ltimos 20 a?os el 100% ha perdido poblaci¨®n, salvo San Bartolom¨¦¡±, se?ala Lim¨®n. Cuando la mina cerr¨® en el 2000, los tharsile?o se quedaron sin alternativas econ¨®micas. ¡°La gente emigr¨® a la costa a trabajar en la agricultura, porque aqu¨ª tampoco hab¨ªa ning¨²n cultivo. Pasamos de casi 3.000 habitantes a 1.700¡å, reconoce Barreiro .
El proyecto arranc¨® despu¨¦s del verano pasado y deber¨ªa estar terminado en 2024. La falta de fondos no es el ¨²nico problema. En San Bartolom¨¦ buena parte del terreno de camino p¨²blico que lleva hasta la estaci¨®n ha sido ocupado por la ganader¨ªa de Albarreal que ha colocado hasta tres puertas que impiden el acceso. En el final del trayecto la situaci¨®n es muy similar. Pese a que las v¨ªas son de titularidad municipal, la empresa que va a explotar la mina las ha rodeado de vallas, un movimiento que se ha hecho de espaldas al Ayuntamiento y sin ning¨²n tipo de comunicaci¨®n. ¡°Entendemos que el proyecto es perfectamente compatible con la explotaci¨®n minera, que para nosotros como pueblo minero es una prioridad, pero ambas pueden convivir y beneficiarse mutuamente¡±, se?ala el alcalde. Una teor¨ªa que tambi¨¦n sostiene Delgado, qu¨ªmico de profesi¨®n y vinculado profesionalmente a la industria minera de la provincia toda su vida.
El ferrocarril se construy¨® en 1867 para dar salida al mineral. Su trazado es ¨²nico. ¡°Es la ¨²nica v¨ªa de ancho escoc¨¦s de la pen¨ªnsula¡±, explica Marta Santofimia, arquitecta municipal de Tharsis, archivera y responsable de su museo de ferrocarril. Ese tren y la explotaci¨®n minera fue un elemento diferencial para sus vecinos. ¡°En El Viajero iban muchos comerciantes que encontraban productos en el puerto que no pod¨ªan conseguir en ning¨²n sitio, las mujeres compraban ropa¡¡±, recuerda Dom¨ªnguez. ¡°Yo iba al dentista, el tren prestaba un gran servicio para la zona porque permit¨ªa ir al m¨¦dico¡±, explica Delgado. ¡°Los vecinos ten¨ªan acceso a una serie de productos que de otra manera nunca hubieran podido tener: medias irrompibles, botellas de cerveza, libros de costura con patrones procedentes de Nueva York que ven¨ªan en los barcos de carga¡ La actividad cultural era mayor porque la compa?¨ªa prove¨ªa de instrumentos musicales a la gente del pueblo, hac¨ªan teatro¡ La actividad cultural era decisiva, eso es un elemento diferenciador entre un pueblo minero y otro agr¨ªcola¡±, recalca Santofimia. ¡°Tendr¨¢ ¨¦xito, yo lo palpo. La gente tiene ganas de recuperar su ferrocarril y recordar esos tiempos¡±, zanja Delgado.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.