?Que vienen los veraneantes!
Viladrau capea la crisis provocada por la huida de barceloneses a sus segundas residencias a causa del coronavirus
¡°?Pero c¨®mo se os ocurre venir!, ?nos vais a contagiar!, ?irresponsables!¡±. Esto le espetaba el otro d¨ªa un vecino de Viladrau (Osona) a un veraneante de toda la vida residente en Barcelona, a unos ochenta kil¨®metros, al encontrarse los dos en la plaza Major de la peque?a localidad. Mientras, se formaban colas en el Proxim con gente vaciando los estantes, y tambi¨¦n en la farmacia. Otros viladrauenses se limitaban a mirar con cara de reproche la invasi¨®n de los que llegaban al centro de la vida del pueblo en busca de provisiones, medicinas, tabaco o prensa. La inusual afluencia en estas fechas de gente con segunda residencia al tradicional destino vacacional, buscando un lugar en el que pasar con m¨¢s comodidad o seguridad el confinamiento a causa de la pandemia, ha provocado una peque?a crisis en la localidad, con episodios puntuales de miedo, ansiedad, mal rollo y rechazo.
El gobierno municipal capea la situaci¨®n, que ha amenazado con despertar viejas rencillas entre los habitantes del pueblo y los estiuejants, con mano izquierda y tratando de poner sensatez. Lo sucedido en Viladrau es un microcosmos de lo que est¨¢ pasando en otros lugares de Catalu?a donde se ve a los en general siempre bienvenidos veraneantes con recelo y aprensi¨®n. Han llegado a la localidad del Montseny especialmente familias con hijos peque?os, que encuentran un desahogo en las casas de veraneo con jard¨ªn y el paisaje de monta?a al confinamiento ciudadano. Incluso se han abierto grandes casas, con p¨¦rgola y tenis que dir¨ªa Gil de Biedma, que llevaban a?os cerradas. Para algunos vecinos de Viladrau este desembarco ¡°oportunista¡± de centenares de personas, supone una amenaza no solo por la posibilidad de contagio en un lugar que hasta ahora no ha tenido ning¨²n caso de coronavirus sino por la presi¨®n que supone en t¨¦rminos de abastecimiento y atenci¨®n sanitaria.
¡°Me gusta que est¨¦ el pueblo lleno, pero esto ahora no tiene sentido, el fin de semana parec¨ªa que hubiera empezado la Semana Santa¡±, se?ala la alcaldesa de Viladrau Noemi Bast¨ªas (del grupo Independents per Viladrau). Seg¨²n la alcaldesa, la situaci¨®n se ha suavizado desde el lunes y ha habido gente que ha regresado a Barcelona, por responsabilidad, rutina o al constatar que si se colapsan los servicios en Viladrau podr¨ªa ser peor el remedio que la enfermedad, y valga la frase. ¡°Se ha notado cierta tensi¨®n en la plaza, en el Proxim se han visto en alg¨²n momento desbordadas In¨¦s y Carina, y el pueblo, en el que hay mucha gente mayor, estaba preocupado. Tenemos mucho espacio, pero no se trata de eso, sino de que hay quien ha percibido que la llegada masiva de gente significaba un peligro potencial. El miedo es una reacci¨®n muy natural. Por supuesto, no vamos a impedir a nadie que venga, no pasa nada, se confinan en sus casas, respetan las normas y ya est¨¢. Qui¨¦n est¨¦ aqu¨ª ha de ser responsable. Pero no es el momento de marcharte de Barcelona y venir. Es evidente que aumenta el riesgo de contagio. De hecho hemos pasado a Emergencia 1. En Viladrau hay pocos recursos, alimentarios y sanitarios, suficientes para los residentes, pero que podr¨ªan verse desbordados con tanta llegada de gente de fuera¡±.
Bast¨ªas matiza que la invasi¨®n no ha llegado de ninguna manera a duplicar la poblaci¨®n de Viladrau, con un censo de 1.020 personas; calcula que habr¨¢n arribado, con el impulso de los ciudadanos del Decamer¨®n en su huida de la peste de Florencia, ¡°seiscientas personas o as¨ª¡±. En verano, la poblaci¨®n se incrementa hasta las tres mil personas en el momento central de las vacaciones. El Club Viladrau, tradicional lugar de reuni¨®n de los veraneantes, decidi¨® cerrar ya el d¨ªa 13 de marzo ¡°hasta pr¨®ximo aviso¡±. La alcaldesa no deja de entender la decisi¨®n de las familias con hijos peque?os que se instalan en sus segundas residencias. ¡°Es l¨®gico, pero tambi¨¦n lo es que la gente de Viladrau se asuste y piensen que si se vac¨ªan el Proxim y el colmado de Anita se quedar¨¢n sin alimentos¡±. Tambi¨¦n hay temor de que se colapsen los servicios sanitarios. La alcaldesa reflexiona que la epidemia se vive sin duda mejor en un lugar como Viladrau que en la gran ciudad, hay m¨¢s espacio, es f¨¢cil guardar separaci¨®n y la visi¨®n del paisaje desestresa mucho. ¡°De ah¨ª el efecto llamada que tiene Viladrau¡±.
De la posibilidad de que la crisis despierte viejos recelos hacia los veraneantes, subraya que en Viladrau ¡°estamos encantados de que venga la gente, de que vuelvan, pero hay que comprender en qu¨¦ situaci¨®n estamos ahora¡±.
La alcaldesa apunta que no se ha producido desabastecimiento y en la farmacia, en la que hay que entrar de uno en uno, no falta nada, excepto quiz¨¢ alg¨²n producto puntual. No va a haber ning¨²n bando sobre el asunto de la invasi¨®n y el Ayuntamiento se ce?ir¨¢ a las recomendaciones gubernamentales y los protocolos establecidos. Est¨¢ activado el confinamiento, como en todas partes, as¨ª que no se puede ir a pasear, ni en bici, aunque lo que haya en cuanto sales del peque?o n¨²cleo urbano sea bosque. Y hay que mantener la distancia entre las personas, lo que no es dif¨ªcil en Viladrau. La localidad cuenta con un ¨²nico guardia municipal como toda fuerza de seguridad y que es el encargado de que la gente respete las normas contra la pandemia. ¡°Ha costado que lo entendieran algunos j¨®venes, pero ya la mayor¨ªa est¨¢ concienciada. Esto no son vacaciones¡±. Bast¨ªas confirma que no se ha detectado ning¨²n caso de coronavirus, a pesar de que corr¨ªa el rumor de que hab¨ªa uno.
En el pueblo se ha creado un grupo de voluntarios para ayudar a la gente vulnerable. Alg¨²n veraneante se ha apuntado. La f¨¢brica de licuados sigue funcionando, la construcci¨®n, en parte. En cambio, se ha paralizado el despliegue de la fibra ¨®ptica. En la actualidad est¨¢n cerrados todos los comercios que no sean de primera necesidad. Se permite a los bares servir comida preparada a domicilio. La mercer¨ªa abre para temas puntuales como la venta de pilas. El estanco, que vende la prensa, tambi¨¦n. Una peluquer¨ªa cerr¨® desde el principio y la otra mantiene un servicio a domicilio. La pasteler¨ªa Font permanece abierta.
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