El ¡®runner¡¯ enjaulado
El corredor confinado sue?a con volver a sudar y explora los m¨¦todos m¨¢s rid¨ªculos para lograrlo
La imagen no puede ser m¨¢s rid¨ªcula: una colchoneta en el suelo, para no martirizar a los vecinos de abajo, y una persona moviendo los pies como si corriese. ¡°Igual que en una cinta de gimnasio¡±, dice un testigo que intenta quitar hierro al esperpento. El confinamiento por el coronavirus est¨¢ llevando a los runners al l¨ªmite. ?La especie debe morir? Posiblemente, pero tampoco era necesario recrearse con un final tan cruel.
En un piso de menos de 70 metros cuadrados, con un balc¨®n donde se pasar¨ªa de lado si no se hubiese criado en ¨¦l una selva amaz¨®nica, hacer deporte es imposible. ¡°Adidas Training¡±, recomiendan, para mover un poco el cuerpo, desde la infinidad de grupos de Whatsapp que han florecido con el primaveral encierro. La alternativa de la marca deportiva no es mucho m¨¢s digna.
¡°En mi gimnasio mandan cada d¨ªa cosas para hacer¡±, se consuela Esther. Raquel env¨ªa el registro de su reloj Garmin de los 40 minutos que ha corrido. El trayecto es un diminuto y gordo c¨ªrculo rojo. ¡°He dado como 50 vueltas alrededor de la casa¡±, confiesa. Mireia se ha puesto sobre la colchoneta a darle a los hipopresivos. Incluso hay quien salta a la comba, en la entrada del edificio, hasta que lee en las recomendaciones de Protecci¨®n Civil que eso tambi¨¦n est¨¢ prohibido. Nada de usar las zonas comunes. La guerra contra los runners es total.
El riesgo de sucumbir es muy elevado. F¨¦lix reconoce que se ha tirado a las ¡°bolsas de patatas y las cervezas tostadas¡±. Al d¨ªa siguiente ya desempolva la bicicleta est¨¢tica y la pone delante de la tele, con Netflix encendido. Noelia calibra comprarse una por Internet. Incluso tiene el modelo visto, que env¨ªa por Whatsapp. Los m¨¢s disciplinados sobreviven con ejercicios de fuerza. ¡°Hasta tengo agujetas¡±, bromea una de las corredoras del Grup Atl¨¨tic TMB.
Al cuarto d¨ªa de confinamiento, la tensi¨®n se palpa en el aire. ¡°Buenos d¨ªas¡±, saludan. ¡°??Buenos d¨ªas, qu¨¦!?", responde el runner enjaulado. La envidia y despecho crece contra quienes viven en pa¨ªses en los que s¨ª puede correr. ¡°Ahora saldr¨¦ un rato¡±, informa Llu¨ªs, en un grupo de Whatsapp en el que hay una runner. Est¨¢ claro que no lo har¨¢, solo alardea de que en B¨¦lgica se permite el deporte al aire libre a los confinados. Tambi¨¦n se puede en Francia. ¡°No durar¨¢ mucho¡±, augura Pablo, sobre el riesgo que supone en plena pandemia de coronavirus.
A pesar de la emergencia, hay quienes no entran en raz¨®n. A las diez de la ma?ana, un joven trota como si nada, con ch¨¢ndal y gorro, por los alrededores del parque de la Ciutadella, en Barcelona. Carlos confiesa que se cuelga la bolsa de la compra al hombro y se va a la otra punta del pueblo a hacer la compra: ¡°Media hora de ejercicio diario¡±. Una pareja de turistas tienen la desfachatez de plantarse en el mism¨ªsimo paseo mar¨ªtimo de Barcelona, con bambas y pantalones cortos. Un mosso les env¨ªa educadamente de vuelta a su casa, al hotel, o adonde sea que est¨¦n alojados.
No hay marat¨®n de Barcelona, ni la popular carrera de los bomberos, ni siquiera la competici¨®n por relevos de Cornell¨¤. ¡°Nos subimos por las paredes¡±, confiesa Damaris, corredora habitual. Incluso se rumorea que hay una mafia que alquila perros por horas para echarse a la calle. Se dicen cosas nunca o¨ªdas hasta ahora: ¡°Por suerte, ma?ana voy a trabajar¡±. Vivir en un quinto piso sin ascensor es, de golpe, una ventaja.
¡°Confirmo que Amazon est¨¢ entregando mancuernas¡± a domicilio, informa Aura, con un inter¨¦s por el deporte aparentemente repentino. ¡°?Ya hac¨ªa antes!¡±, se defiende. Quien no se ha movido en a?os, tiene unas ganas s¨²bitas de echarse a trotar por los parques. ¡°?Se puede o no se puede?¡±, pregunta Ari. Ana se ha entregado a las clases de Magali, una popular entrenadora de Barcelona: ¡°Me encanta, estoy chorreando¡±.
Volver a sudar es el sue?o h¨²medo de los runners confinados; perder la forma f¨ªsica, su peor pesadilla. Sus allegados sufren su mal humor. Y ni siquiera se consuelan sabiendo que se recuperar¨¢n de la lesi¨®n que arrastraban. Viven en la nostalgia de lo que fue y sue?an con lo que vendr¨¢: no habr¨¢ calle sin cortar, fin de semana sin carrera, ni paseo mar¨ªtimo libre. Odiadores de corredores, preparaos, la venganza ser¨¢ terrible.
ENCERRADOS EN CASA CON...
Lugar del confinamiento: un piso de 70 metros cuadrados en Barcelona.
N¨²mero de personas y edad: demasiadas.
Problemas: no salir a correr.
Recomendaciones: no acercarse al runner, muerde.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada comunidad
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