Sin truco contra la Covid-19
La magia puede resultar un buen entretenimiento dom¨¦stico para estos d¨ªas de encierro
Nunca pens¨¦ que mi afici¨®n por la magia, y el entretenimiento dom¨¦stico que proporciona, servir¨ªan para algo m¨¢s que para animar una sobremesa. Estos d¨ªas, y hasta que mi exiguo repertorio se agote, env¨ªo cada d¨ªa un v¨ªdeo a escogidos grupos de Whatsapp, de familiares muy en particular. En cada uno de ellos, hago un juego. M¨¢s con ¨¢nimo de buscar una sonrisa que de provocar pasmo. Por ahora, he evitado los de cartas porque son menos vistosos y comprensibles para un p¨²blico infantil. Cilindros vac¨ªos que se llenan de pelotitas, cuerdas que pescan y anudan una carta sin intervenci¨®n humana, peri¨®dicos de papel que beben leche, plumeros que cambian de colores, esferas flotantes, dados que se ordenan solos¡ L¨¢stima que parte de mi ajuar m¨¢gico ¨Che comprado bastante durante muchos a?os¨C lo tenga lejos de Barcelona. Obviamente, no son grandes aparatos ni exigen mucha pericia.
En el Setmanari de l¡¯Ebre presentan al cirujano e ilusionista de Tortosa Adolfo Criado que ha colgado en Instagram (elenigmadetrasdelamagia) unos juegos con cartas, nada simples, para explicar el contagio por coronavirus y su combate. Algunos acreditados ilusionistas tambi¨¦n han pensado en los confinados y en el entretenimiento de los peque?os. Luis Piedrahita (piedrahitaluis, en Instagram) cuelga, y explica, desde su casa sencillos trucos que pueden hacerse con objetos que nunca faltan en un hogar (l¨¢pices, monedas, tenedores, servilletas¡). Un simp¨¢tico cat¨¢logo para que pap¨¢s y mam¨¢s animosos entretengan a las peque?as ¡°bestezuelas¡±, dice Piedrahita, que tienen en casa.
Desde siempre s¨¦ que soy un mago malo, sin grandes habilidades. Tengo juegos en casa que nunca he presentado porque me veo incapaz de estar unas cuantas horas ante el espejo ensayando la rutina. Por ejemplo, el de los aros chinos que se entrecruzan y separan. Quiz¨¢s ahora podr¨ªa aprovechar el encierro e intentarlo.
?nicamente he actuado en p¨²blico tres veces, las tres en el pueblo de mis padres, Ma?anet de Cabrenys. En dos ocasiones actu¨¦ en un hotel de telonero de un excelente mago gerundense y profesor universitario. Fue pasablemente bien. Pero la tercera, fue un aut¨¦ntico desastre. Me pidieron que hiciera el preg¨®n de un festival de arte que se celebraba en el pueblo, el a?orado Ma?art. Y como era un festival participativo en el que algunos vecinos mostraban, por ejemplo, sus pinturas, pens¨¦ que ser¨ªa m¨¢s divertido hacer un juego de manos que soltar un discursito. Con la plaza llena, quise realizar un efecto con cuerdas pero en mitad de la rutina me di cuenta de que me hab¨ªa equivocado y que no saldr¨ªa. Y no sali¨®. Tampoco ten¨ªa ning¨²n plan B que me sacara del pozo en que me hab¨ªa metido. Recib¨ª unos gentiles y compasivos aplausos. Tambi¨¦n hubo muchas risas. Mi pobre madre explicaba a quien quisiera escucharla que aquel juego, en casa, me sal¨ªa perfecto. Despu¨¦s de esta amarga experiencia decid¨ª abandonar los escenarios. Ahora, para entretener a seres queridos confinados hago estos v¨ªdeos elementales.
Desde luego, para empezar a hacerse una idea sobre magia basta con ir a Youtube. Ah¨ª hay tutoriales donde ense?an trucos, particularmente de cartas. Sobre c¨®mo se hacen los juegos con grandes aparatos ¨Chubo un pol¨¦mico programa de televisi¨®n con un mago enmascarado que los explicaba¨C no hay que fiarse mucho. Los trucos acostumbran a ser, me dicen mis amigos que saben, tecnolog¨ªas ya caducas. Y hay que tener presente una cosa, los trucos que piden manipulaci¨®n, ni que sea un doble lift (giro de dos cartas), exigen paciencia y ensayo. Siempre recordar¨¦ una conferencia del gran cartomago Miguel G¨®mez en un congreso de magos en Barcelona. Como es habitual en estos encuentros, el ponente hace el juego y luego explica la rutina. Cuando descubri¨® el truco no perd¨ª ni un gramo de fascinaci¨®n. Al contrario. Saber el truco es una cosa y saber hacerlo, otra muy distinta. Basta recordar uno de los consejos que dio G¨®mez en aquella charla. El mago, dijo, tras ducharse, debe empalmar una carta y llevarla en la mano durante horas. As¨ª, cargado con la carta escondida, se coge naturalidad en el gesto.
Y, claro est¨¢, la otra opci¨®n es disfrutar del espect¨¢culo, del asombro que provocan los efectos m¨¢gicos. El repositorio en Internet es enorme. Se pueden buscar los programas estadounidenses de Penn & Teller (en uno actu¨® el catal¨¢n Pere Rafart), los del ya desaparecido Le plus Grand Cabaret du Monde o la actuaci¨®n del coreano Yu Ho Jin en el Impossivel del portugu¨¦s Luis de Mateos, un milagro con cartas. Hay infinidad. Como la magia ca¨®tica del sueco Lennart Green que ha inspirado a Dani DaOrtiz. Igualmente se puede acudir a los cl¨¢sicos, desde Dai Vernon en un ejercicio incre¨ªble de cubiletes al argentino Ren¨¦ Lavand, el mago manco. ¡°No se puede hacer m¨¢s lento¡±, dec¨ªa siempre. Desde luego hay nombres imprescindibles como Tamariz y ejemplos de ilusionismo l¨ªrico como el de Miguel Mu?oz. En fin, una larga lista. La l¨¢stima es que contra la Covid-19 todav¨ªa no hay truco.
Lugar de cuarentena. Un ¨¢tico en Barcelona.
N¨²mero de personas y edades. Dos sexagenarios y un estudiante.
Carencias del confinamiento. Paseos por prescripci¨®n m¨¦dica.
Libro y serie para estas dos semanas. Cartomagia fundamental, Vicente Canuto (es de 1993) y las cinco temporadas de la serie de la BBC Inside 9 (hay un episodio de ilusionista asesino).
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