La nueva normalidad de Carrizosa

A Carlos Carrizosa le ha pillado la recuperaci¨®n de su contagio de covid-19 en pleno cambio de sentido de su partido, Ciudadanos. Enferm¨® siendo el brazo agitador de una formaci¨®n a la contra de casi todo, fuera el Gobierno central de izquierdas o el Govern independentista de la Generalitat. Rojos y separatistas, vaya. Su encargo era la agitaci¨®n en el Parlament, y su aliado era el PP (que no haya diputados de Vox le facilitaba bastante las cosas). Pero al volver, felizmente recuperado, aquel partido ya no parece el mismo, sino que apunta a bisagra, y a Carrizosa lo hemos intuido un poco fuera de juego, descolocado e incluso con algo de desaz¨®n. Uno no cultiva durante a?os un estilo bronco para ser de golpe y porrazo el centro recurrente de toda alianza (aunque si alguien es capaz de decirte que est¨¢ de acuerdo contigo y colmarte de improperios a la vez, esos son los dirigentes de Ciudadanos).

Es dif¨ªcil saber cu¨¢nto durar¨¢ esta mutaci¨®n del partido de In¨¦s Arrimadas, pero ahora mismo as¨ª est¨¢n las cosas. Por eso, en su regreso como portavoz, Carrizosa equilibr¨® una intervenci¨®n entre las ofertas de mano tendida al Govern y las referencias al ¡°relato separatista¡± y al ¡°golpe que hubo aqu¨ª¡±: las expresiones del viejo Ciudadanos sonaban a metadona para adaptarse a la ¡°nueva normalidad¡± del partido. Pero incluso el president Quim Torra acat¨® el tono de su rival y lleg¨® a decir que por encima de la independencia ¨C¡°relevant¨ªsima¡±¨C est¨¢ la obligaci¨®n de garantizar ¡°los puestos de trabajo de la gente, el futuro de las empresas, que la brecha social no se ampl¨ªe¡­¡±

Torra fue menos amable con los dos partidos del Gobierno espa?ol, PSC y los Comunes. Especialmente agrio fue el debate con la portavoz podemita J¨¦ssica Albiach. El president los hace c¨®mplices de lo que, a su juicio, es poca sensibilidad auton¨®mica del Ejecutivo, y le solt¨® a Albiach la frase ¡°nunca tan pocos hab¨ªan defraudado a tanta gente en tan poco tiempo¡±, que parec¨ªa dise?ada especialmente para titular las cr¨®nicas de urgencia, como as¨ª fue ¨Cpara las cr¨®nicas digitales, menos constre?idas por la longitud de las frases. Con Miquel Iceta (PSC) us¨® otra expresi¨®n tipo eslogan: ¡°El 155 sanitario¡±.

Las exigencias de Torra al Gobierno central por la v¨ªa de sus representantes en la tierra ¨Ccatalana¨C protagonizaron el debate en esta segunda sesi¨®n de control semiconfinada (de nuevo fueron s¨®lo 25 los diputados presentes en el hemiciclo). Pasaron por una vez a un segundo plano las escenas de divorciados en convivencia entre ERC y Junts per Catalunya, tan habituales en los ¨²ltimos tiempos. Los republicanos incluso desaparecieron del debate sobre la urgencia o no de convocar elecciones, que asom¨® en alg¨²n momento. Esquerra est¨¢ en modo zen o, lo que es lo mismo, tratando de hablar solo de gesti¨®n. Ya han visto que les rinde en las encuestas. A pesar de que algunos de sus consellers siguen con el parapente en medio de la ventisca. Esta vez, quien m¨¢s tuvo que tirar de esgrima fue el veterano Josep Bargall¨®, de Educaci¨®n ¨Cm¨¢s ret¨®rico que concreto¨C, que recogi¨® el testigo de su correligionaria Alba Verg¨¦s, de Salud. Una evidencia de que hemos pasado de la emergencia sanitaria a la emergencia escolar.