Lecciones de la Madre Tierra
Lali ?lvarez crea un recorrido en defensa de la naturaleza en 'Caminando hacia LIFE', el embri¨®n de un espect¨¢culo interrumpido por la pandemia y que veremos en diciembre
No es un espect¨¢culo acabado. Ten¨ªa que ser (y ser¨¢) LIFE (de c¨®mo los ¨¢rboles nos salvaron la vida) pero, de momento es Caminando hacia LIFE, el embri¨®n, el origen de una obra de teatro documental de la compa?¨ªa Hui Bassa, creada y dirigida por Lali ?lvarez. El montaje, coproducido por el Grec, deb¨ªa estrenarse durante este festival en el Lliure, pero la irrupci¨®n del coronavirus lo paraliz¨®, como paraliz¨® todos los proyectos de todas las compa?¨ªas que estaban ensayando por aquel mes de marzo. ¡°Solo tuvimos dos sesiones de creaci¨®n¡±, explica Lali ?lvarez. ¡°Nada¡±. Pero el Grec iba a ser un Grec at¨ªpico y en ¨¦l tuvo cabida algo que, en realidad, es un proceso de creaci¨®n abierto al p¨²blico en un paseo por el Jard¨ª Bot¨¤nic de Montju?c. La obra acabada se estrenar¨¢ en sala en diciembre y en septiembre de 2021 se representar¨¢ una versi¨®n de calle, ¡°de bosque¡±, m¨¢s bien, especifica Lali ?lvarez.
La obra, fiel al estilo de la compa?¨ªa, creadora de espect¨¢culos como el multipremiado Ragazzo o Barcelona contra la pared, es combativa, cr¨ªtica, acusadora. Denuncia a grandes industrias c¨®mplices de la violaci¨®n de los derechos de comunidades ind¨ªgenas, de la tala indiscriminada de ¨¢rboles, del calentamiento global, del despilfarro energ¨¦tico¡ ¡°En este proceso que hemos ofrecido en el Grec ya se intuye una parte documental sobre destrucci¨®n de bosques y activismo medioambiental y otra m¨¢s po¨¦tica, a trav¨¦s de las voces de los ind¨ªgenas que est¨¢n en primera l¨ªnea; del esp¨ªritu de la madre tierra, agotada, cansada; de la apelaci¨®n a nuestra conciencia y responsabilidad; de la vulnerabilidad de los cuerpos¡±, explica la directora. ¡°Nos preguntamos c¨®mo ser¨ªa una noche alrededor del ¨²ltimo ¨¢rbol del planeta¡±.
El panorama es desolador. ¡°La obra nace del miedo, evidentemente, pero va en busca de la vida¡±, explica Lali ?lvarez al principio del recorrido, en el que el p¨²blico, a trav¨¦s de mensajes de WhatsApp, recibe informaciones y hasta vibraciones de lo que ocurre en el planeta. ¡°Tengo un hijo de un a?o y medio y me pregunto qu¨¦ futuro hay para ¨¦l: ?vivir¨¢ guerras? ?Sufrir¨¢ la desertizaci¨®n del planeta¡?¡±
?lvarez no ten¨ªa todo el texto escrito cuando el estado de alarma dispers¨® f¨ªsicamente a la compa?¨ªa. ¡°En mi proceso de escritura cuento siempre con los actores, por lo tanto es en los primeros ensayos cuando acabamos de perfilar el guion y, esta vez, no ha podido ser¡±, cuenta. La intens¨ªsima documentaci¨®n que sostiene la obra s¨ª la ten¨ªa: ¡°La informaci¨®n existe, se trata de buscarla, estudiando a tope informes anuales de asociaciones como Amnist¨ªa Internacional, Greenpeace, Front Line Defenders¡¡±.
Esa documentaci¨®n la desmenuzan los actores (Sonia Espinosa, Clara Garc¨¦s, Alba S¨¢ez y David Teixid¨®), que dan vida a las personas y a los elementos. La Madre Tierra, desde un ficus, reprueba nuestro comportamiento: ¡°Escond¨ªais vuestro miedo al fin del mundo, porque no pod¨ªais asumir que vuestra era se terminaba (¡). Y pasaban los d¨ªas y nada cambiaba (¡). Esta es la historia de c¨®mo los ¨¢rboles intentaron salvaros la vida¡±, nos advierte, justo antes de ponerse una m¨¢scara antig¨¢s.
1.500 activistas asesinados
Nos hablan de Berta C¨¢ceres, una de los 1.500 activistas medioambientales que han sido asesinados en los ¨²ltimos 15 a?os: una persona asesinada cada dos d¨ªas. A Berta la mataron en 2016 en Honduras sicarios de una gran empresa presuntamente ¡°verde¡±. ¡°Pero Honduras queda muy lejos¡¡±. Son los pueblos ind¨ªgenas los que pagan el pato. Esos activistas que lo son por necesidad, porque lo que defienden es su modo de vida, sus casas, sus cultivos, a sus hijos. Por eso no pueden tener miedo. No les queda otra: ¡°Hay sicarios por el pueblo preguntando por mis hijos¡±, nos revela, con una integridad que da escalofr¨ªos, una de estas luchadoras de la primera l¨ªnea. Pero no tiene miedo: ¡°Vosotros ten¨¦is la bala, yo tengo la palabra, que vive al replicarse¡±.
Nada que ver con nuestro mundo: ¡°Pensaba que vivir¨ªa siempre en la misma ¨¦poca del aburrimiento, del bienestar y de la tecnolog¨ªa¡¡±, se lamenta un cuerpo, desnudo, bajo un olivo. ¡°Aqu¨ª¡±, nos interpela otro personaje, ¡°todos sabemos lo que es estar confinados. Pero ?cu¨¢ntos sabemos lo que significa tener que huir, vivir en un campo de refugiados, no poder cultivar comida porque tu casa se ha convertido en un desierto? Perder la vida por la picadura de un mosquito, ?estamos locos?¡±
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