Ciutadella, la reforma pendiente
La fatal ca¨ªda de una palmera vuelve a poner en el foco el abandono del gran parque de Barcelona, cuyos planes de reforma nunca se materializan
La fatal ca¨ªda, el martes, de una palmera del parque de la Ciutadella de Barcelona que mat¨® a un hombre, ha puesto el gran parque de la capital catalana en el foco. El espacio se degrada a?o tras a?o. Cuando un lugar de una ciudad aparece en todas las elecciones y en los programas electorales de todos los partidos pol¨ªticos es que vamos mal. Que est¨¢ pendiente. Que pasan los mandatos, los alcaldes y los colores pol¨ªticos y nadie lo soluciona: cuando gobiernan anuncian planes; cuando est¨¢n en la oposici¨®n, critican que el que manda no hace nada.
La pandemia del coronavirus oblig¨® a cerrar los parques durante tres semanas e interrumpir cualquier mantenimiento que no fuera urgente. Al reabrir, el esplendor y desparrame verde de la Ciutadella, como del resto de parques de la ciudad, fue aplaudido por algunos, y criticado por otros. El cierre nada tiene que ver con la desconcertante ca¨ªda de la palmera, sostiene el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que est¨¢ analizando el ejemplar para saber qu¨¦ ocurri¨®. Pero el incidente sit¨²a en primera l¨ªnea la degradaci¨®n paulatina de un espacio que ya denunciaban lectores de este diario hace una d¨¦cada en cartas al director.
Adem¨¢s de central y con una carga hist¨®rica de considerable calibre (fue construido a finales del siglo XIX y se convirti¨® en el primer parque urbano, adem¨¢s de albergar el primer museo de la ciudad), en la Ciutadella est¨¢ la principal instituci¨®n catalana, el Parlament. Tambi¨¦n funcionan el instituto Verdaguer y el Museo de Geolog¨ªa, sin actividad abierta al p¨²blico. Mientras, el estado de los edificios del Umbracle (madera, plantas y silencio, una de esas maravillas que esconden las urbes), el Hivernacle (otro singular edificio que tuvo uno de los bares m¨¢s agradables de la ciudad) y del Castell dels Tres Dragons (en su d¨ªa alucinante Museo de Ciencias Naturales, hoy pide a gritos una rehabilitaci¨®n) es lamentable.
Al Umbracle le falta mantenimiento y los otros dos urgen una reforma y un proyecto que pase de ser un plan sin presupuesto ni calendario en un papel. El recinto alberga tambi¨¦n una fant¨¢stica ludoteca y una iglesia castrense. Por no hablar, en la periferia, del Zoo, que no atraviesa su mejor momento; y la escuela y el pabell¨®n deportivo p¨²blicos, mirando a la estaci¨®n de Francia.
No hay alcalde que no haya presentado un plan para el parque. En el mandato de Jordi Hereu (PSC) se planeaban usos para el espacio que liberar¨ªa la marcha de las especies marinas del Zoo (no ha ocurrido) y abrir el parque a la calle de Wellington y al paseo de Circunvalaci¨®n. Durante el de Xavier Trias (CiU) se baraj¨® convertir el Castell en un centro de interpretaci¨®n de la historia del parque o en una Casa del Conte; en el primer Gobierno de Ada Colau (BCom¨²) y durante su breve alianza con el PSC, hablaron de un parque de la ciencia y llegaron a empezar las obras de reforma del Hivernacle.
Para una vez que algo se materializa, la empresa quebr¨® y las obras quedaron a medias. El edificio de hierro y cristal est¨¢ peor que nunca. En este mandato el Gobierno de la ciudad prometi¨® abordar la reforma y la conexi¨®n del parque con el litoral. Por ahora, nada; aunque se faltar¨ªa a la verdad si no se explicase que s¨ª han comenzado trabajos de reforma de los jardines del Patio de Armas, el espacio que mira al Parlament.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, asegura que la inversi¨®n en el verde del parque se mantiene y reconoce que actuar en edificios que son de gran valor patrimonial es muy costoso. ¡°La transformaci¨®n est¨¢ muy condicionada por el Zoo y el futuro de la estaci¨®n de Francia, pero hay consenso en potenciar el parque como espacio de ciencia e investigaci¨®n y abrirlo al mar¡±, afirma.
La oposici¨®n del Ayuntamiento no tard¨® el pasado martes en reaccionar al accidente mortal y criticar la situaci¨®n del parque. El grupo municipal de Junts per Catalunya denunci¨® ¡°el mal estado¡± del parque y que ¡°no se haga nada¡±. El PP exigi¨® explicaciones para conocer si hab¨ªa d¨¦ficit en el mantenimiento. Ciutadans, ¡°medidas de mantenimiento y de cuidado del espacio p¨²blico¡±. Y ERC pidi¨® una ¡°revisi¨®n exhaustiva del arbolado de la zona¡±.
An¨¢lisis de 500 palmeras en un parque cerrado al p¨²blico
Los t¨¦cnicos de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona comenzaron ayer a analizar el estado de las 500 palmeras que hay en el parque de la Ciutadella, cerrado al p¨²blico desde el accidente mortal del martes por la tarde. Los t¨¦cnicos realizaron ayer una inspecci¨®n ocular de las palmeras y el resto de 2.500 ¨¢rboles del recinto. En el caso de las palmeras, realizaron pruebas de tensi¨®n, que consisten en mover y tirar del tronco, que es flexible, para ver si resisten el movimiento.
La palmera que el lunes se parti¨® por el tercio superior no estaba aparentemente enferma ni da?ada, explic¨® el gerente de Medioambiente, Frederic Ximeno. Los t¨¦cnicos analizan ahora su interior, que al contrario que los troncos de madera de otros ¨¢rboles, est¨¢ compuesto de un material fibroso y flexible. El ejemplar que se parti¨® hab¨ªa sido inspeccionado por ¨²ltima vez hace dos a?os a finales de 2018, seg¨²n consta en la ficha del plan de riesgos del arbolado de la ciudad, compuesto por 230.000 ¨¢rboles.
Entre las hip¨®tesis que barajan los t¨¦cnicos sobre las causas de la ca¨ªda figura la posibilidad que tuviera alg¨²n hongo no visible o que sufriera alg¨²n da?o durante el temporal Gloria de enero pasado. Las dos palmeras hermanas de la que se rompi¨® est¨¢n en buen estado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.