La ¡°obsesi¨®n¡± del inform¨¢tico que ha llevado a juicio al ¡®CNI catal¨¢n¡¯
Dos exconsejeros del Govern defienden que los responsables del Cesicat no espiaron el correo de un excolaborador
Un inform¨¢tico obsesionado con recuperar su trabajo ha llevado al Cesicat, el ente p¨²blico que vela por la seguridad de las comunicaciones de la Generalitat, a juicio por un supuesto caso de espionaje que los implicados niegan. Los magistrados tienen ante s¨ª un caso extra?o, con muchas aristas. En 2013, Albert Gab¨¤s empez¨® a enviar de forma compulsiva correos electr¨®nicos para alertar de un supuesto agujero de seguridad. El inform¨¢tico acusa a dos responsables del Cesicat -que, por los intentos de convertirlo en embri¨®n de una suerte de centro de inteligencia, se ha ganado el apodo de CNI catal¨¢n- de filtrar sus correos y espiar su contenido.
Gab¨¤s hizo llegar sus advertencias a dos consejeros del Gobierno catal¨¢n: Ramon Espadaler (Interior) y Felip Puig (Empresa), que han declarado este lunes como testigos en la Audiencia de Barcelona. Para entonces, Gab¨¤s hab¨ªa dejado de colaborar con el Cesicat y su meta, seg¨²n fuentes de la defensa, era volver a trabajar con el ente. Los correos eran preocupantes: conten¨ªan pantallazos con ¡°n¨®minas y datos de trabajadores p¨²blicos", ha recordado Puig, que accedi¨® a almorzar con el hacker. Pero en el encuentro comprendi¨® que hab¨ªa algo m¨¢s: el inform¨¢tico ten¨ªa ¡°un problema personal¡± y una ¡°sensaci¨®n de agravio¡±.
El comportamiento de Gab¨¤s se volvi¨® m¨¢s obsesivo, ha dicho Puig, en las semanas y meses siguientes. ¡°En otros correos se me ofrec¨ªan tratos econ¨®micos, se hablaba de gente involucrada en asuntos¡ Su actitud no era normal¡±. El exconsejero puso el asunto en manos de Carles Flamerich, entonces presidente del Cesicat, y le autoriz¨® que instalara ¡°filtros o lo que hiciera falta¡± sobre los correos de Gab¨¤s, de modo que eran desviados a otras cuentas. Gab¨¤s aprovech¨® esa circunstancia para denunciar a Flamerich y al responsable de incidencias del organismo, Xavier Panadero, al que vilipendi¨® en decenas de correos electr¨®nicos. Fuentes de la defensa se?alan que Gab¨¤s ansiaba en realidad el puesto de Panadero.
Siete a?os despu¨¦s, Gab¨¤s ha logrado su objetivo de sentar en el banquillo a Flamerich y a Panadero por un delito de revelaci¨®n de secretos en una causa que fue archivada hasta en dos ocasiones. La fiscal¨ªa, que al inicio se mantuvo al margen, se activ¨® finalmente y ahora solicilta una pena de cuatro a?os de c¨¢rcel. Poco antes del juicio, Gab¨¤s envi¨® unos mensajes a Puig en los que daba a entender que el asunto podr¨ªa finiquitarse a cambio de una contraprestaci¨®n econ¨®mica; el exconsejero ha puesto esos mensajes a disposici¨®n del tribunal.
La clave del caso estriba en determinar si el ¡°filtro¡± aplicado por el Cesicat sobre los correos de Gab¨¤ se ajusta a la legalidad. Y si supuso una intrusi¨®n ileg¨ªtima en la privacidad del inform¨¢tico. Al menos uno de los correos enviados a Puig y Espadaler, seg¨²n la acusaci¨®n, fue a parar a cuentas ¡°distintas a las que Gab¨¤s puso como destinatarios¡± y fue le¨ªdo y contestado por Flamerich. La defensa sostiene que el Cesicat estaba legitimado para implantar esos filtros porque se encargaba de la ciberseguridad de la Generalitat y porque, al exhibir datos de funcionarios, el propio Gab¨¤s se hab¨ªa convertido en la amenaza de seguridad.
Los responsables del Cesicat comprobaron que, tal como hab¨ªa denunciado Gab¨¤s, exist¨ªa un agujero de seguridad que supon¨ªa un riesgo para las comunicaciones de la Generalitat. Ello oblig¨® a renovar cerca de 150.000 credenciales, ha explicado un responsable actual de Cesicat. ¡°El correo, el hecho de que Gab¨¤s tuviera acceso a esos pantallazos, ye era una amenaza en s¨ª misma, una intrusi¨®n¡±, ha dicho.
Puig ha dicho que dio su consentimiento para que se creara el filtro, mientras que Espadaler no recuerda haber reenviado el correo pero s¨ª ha dicho que comunic¨® el incidente a Flamerich porque le pareci¨® un mensaje ¡°at¨ªpico y extra?o". ¡°Me dijeron que lo estaban gestionando y me olvid¨¦ del asunto¡±. Sus declaraciones han jugado a favor de los intereses de las defensas. Los acusados, Flamerich y Panadero, declarar¨¢n en la ¨²ltima sesi¨®n del juicio.
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