Las primeras carcajadas de las fiestas

Cuando las artes callejeras no se pueden desplegar en las calles, la cosa se desvirt¨²a. El MAC (Merc¨¨ Arts de Carrer) de estas fiestas, debido a la pandemia y a las estrictas medidas de seguridad que impone, no se celebra en las calles, ni siquiera en los caminos de la Ciutadella. No, todo el recinto del parque est¨¢ cerrado. Solo pueden acceder aquellos que hayan hecho una reserva previa por internet a alguno de los espect¨¢culos que hay en cartel. En cualquier caso, siempre acompa?ados por personal de la organizaci¨®n, que los gu¨ªan, en grupos, poco a poco, manteniendo las distancias exigidas, con la inexcusable mascarilla colocada tapando boca y nariz¡­

Por si hubiera alg¨²n listillo, Adri¨¢n Schvarzstein, de Barcelona, y Jurate Sirvyte-Rokstele, de Lituania, se encargaron ayer por la tarde de dar la bienvenida al p¨²blico al Espai Til¡¤lers de la Ciutadella, con un extracto de su espect¨¢culo Arrived. Convenientemente enguantados, impecablemente vestidos y atentos a todo, se ocuparon de recibir a los asistentes que llenaron el espacio (con todos los huecos que la pandemia crea entre los asistentes). Cargados con sus sempiternas maletas, estos dos actores, maestros del clown y del descaro, al ritmo de la m¨²sica que sal¨ªa de sus equipajes, lo pusieron todo en orden: ¡°Aqu¨ª dos, por favor¡±, gritaba Adri¨¢n a los acomodadores. ¡°Y cuatro juntos por aqu¨ª... Y usted, ?la mascarilla bien puesta!¡± Cuando no qued¨® ni una silla libre, repasaron uno por uno a los espectadores que, manos arriba, fueron recibiendo los disparos de desinfectante por parte de la pareja de actores, armados ambos con fush-frish.

Adri¨¢n y Jurate acabaron en el escenario (ellos, que siempre act¨²an entre la gente, alborotando el espacio p¨²blico) para dejar clara con su teatro gestual, sus mimos y sus paranoias la lista de prohibiciones que, este a?o, es m¨¢s larga que nunca. Ni siquiera est¨¢n permitidos los besos, tal como recordaron, bes¨¢ndose apasionadamente. Y un mensaje claro y meridiano: ¡°Merc¨¨ es cultura. ?F¨²tbol fuera!¡±, proclam¨® Schvarzstein, que se atrevi¨® incluso a jugarse la vida: ¡°?Messi fuera!¡±, grit¨®.

Un p¨¢jaro loco

A pesar de las circunstancias, este jueves se vio que la Merc¨¨ vale la pena. Acto seguido subi¨® al escenario un p¨¢jaro con pintas de Vivian (el anarquista de la m¨ªtica serie Els joves, ?lo recuerdan?) al ritmo de gritos av¨ªcolas, espasmos sorprendentes, movimientos el¨¢sticos y mucha marcha. Era el neozeland¨¦s Trygve Wakenshaw que, embutido en un traje gris de pantalones excesivamente cortos por los que asomaban unos cantones calcetines rojos, se fue poniendo en la piel de los personajes de su espect¨¢culo Nautilus. ?l solo en escena nos brind¨® un duelo del oeste entre un malo y un bueno (de aquellos que parecen tontos); el final de Rapunzel que, desde su torre, lanza su repeinada y poderosa melena al amante, que resulta ser un chulo de cuidado; una escena surrealista de caza... al dinosaurio, con balas de somn¨ªfero... El p¨²blico abandon¨® el espacio en orden, poco a poco, distante... pero con una sonrisa tras la mascarilla.