El Gloria revive al ¡®Georgia¡¯ en aguas de Begur
El temporal de enero ha permitido hallar el ancla y las cuatro calderas del vapor franc¨¦s que embarranc¨® en 1883
La noche del 27 de abril de 1883, un fuerte temporal de levante con viento, lluvia y una intensa niebla propici¨® que el vapor franc¨¦s conocido como George o Georgia, cargado con harinas y tejidos, embarrancara en Punta Espinuda, entre las playas de Sa Riera y la Illa Roja, en la costa de Begur (Girona). Gracias a la valent¨ªa y diligencia de los marineros locales, los tripulantes y pasajeros sobrevivieron. La carga, sin embargo, acab¨® esparcida por el agua, rocas y playas cercanas. Fue rapi?ada.
El verano siguiente, los due?os de la naviera volvieron para recuperar las partes de hierro del vapor y en 1888 se subastaron sus despojos. Sin embargo, diversas piezas quedaron sumergidas y enterradas bajo la arena de la costa. El temporal Gloria de enero pasado dej¨® al descubierto el ancla y las cuatro calderas de este vapor franc¨¦s que hab¨ªa salido de Marsella y se dirig¨ªa al norte de ?frica, a la antigua Mogador.
La fuerza del Gloria, que removi¨® fondos marinos a 40 metros y aflor¨® yacimientos subacu¨¢ticos in¨¦ditos sepultados durante siglos, tambi¨¦n destap¨® restos arqueol¨®gicos documentados bibliogr¨¢ficamente pero nunca antes vistos. E hizo desaparecer bajo la arena otros ya estudiados. Entre ellos est¨¢ el Georgia, como ha sido catalogado por el Centro de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica de Catalu?a (CASC), una unidad de investigaci¨®n del museo de Arqueolog¨ªa de Catalu?a. Este naufragio tuvo una gran repercusi¨®n en toda la comarca.
A mediados del pasado septiembre, Txema Arrabal, un instructor de buceo y apneista afincado en Begur, estaba nadando por la zona y divis¨®, entre cuatro y siete metros de profundidad, unas grandes piezas met¨¢licas, y un ancla y un cepo, ambos de unos dos metros. Inform¨® al CASC y los arque¨®logos submarinos confirmaron que se trataba de restos del Georgia, concretamente de cuatro calderas de hierro de unos tres metros de largo por tres de ancho. Sospechan que en alg¨²n momento alg¨²n barco de pesca los arrastr¨® y los movi¨®.
El principal inter¨¦s del ancla recae en su cepo de madera ¡ªla pieza que se adapta a la ca?a del ancla cerca del arganeo, en sentido perpendicular a ella y al plano de los brazos¡ª, extra?amente bien conservado. Para la responsable del CASC, Rut Geli, esto significa que ¡°ha estado siempre sepultado bajo la arena, porque si hubiera estado al descubierto el teredo navalis (carcoma marina) se lo habr¨ªa comido¡±. ¡°Normalmente, no se encuentran conservados, de ah¨ª que para protegerlo lo hemos trasladado a otro punto cercano y lo hemos tapado con arena¡±, explica Geli, que detalla que gracias al GPS sabr¨¢n su localizaci¨®n y en uno o dos meses comprobar¨¢n de nuevo su estado. Si ven que corre peligro, sacar¨¢n el ancla del agua y la conservar¨¢n. ¡°Es una pieza museizable por bonita e infrecuente, pero por el momento se ha protegido y la idea es que permanezca sumergida¡±.
Varios art¨ªculos publicados en diarios de la ¨¦poca como La Lucha o el Palafrugellense recogieron el final de la historia del vapor, propiedad de la gran naviera Paquet de Marsella, que solo hab¨ªa hecho dos viajes. La ma?ana del 27 de abril sali¨® en direcci¨®n a Gibraltar, Canarias y el norte de ?frica cargado de sacos de harina, telas, sombreros, tabaco, cajas de f¨®sforos, licores, pipas, buj¨ªas, bisuter¨ªa francesa y otras mercanc¨ªas, todo de alto valor comercial. Llevaba a 36 tripulantes y 15 pasajeros, entre ellos dos mujeres y una ni?a.
El temporal, sumado al mal funcionamiento de la br¨²jula que provoc¨® que navegara con rumbo equivocado, hizo que sobre las diez de la noche embarrancara en unos escollos cercanos a la playa entonces llamada La Rierita, ahora Sa Riera, y se partiera en dos. Los marineros que se encontraban en la playa esperando que amainara la tormenta para salir a faenar oyeron los silbatos, la campana y los gritos de alarma. Aunque intentaron llegar por mar, fue imposible, y lo hicieron por el acantilado sorteando las olas que bat¨ªan con fuerza contra las rocas. Los n¨¢ufragos, entre ellos una familia alemana que llevaba encima casi toda su fortuna, fueron rescatados y alojados por los vecinos de Begur. En pocos d¨ªas regresaron a Marsella.
La p¨¦rdida econ¨®mica del hundimiento se calcul¨® (entre el barco y la carga) en unos tres millones de pesetas. Los begurenses y vecinos de otros pueblos, recogieron art¨ªculos que quedaron en el agua y en las playas, entre ellos sacos de harina, que (salvo por una costra en la parte superior) quedaron en buen estado y fueron utilizados para hacer pan en las casas. Tambi¨¦n recogieron gran cantidad de sombreros de diferentes formas y estilos que lucieron durante a?os. Todo el mundo aprendi¨® a fumar en pipa.
El Ayuntamiento felicit¨® a los h¨¦roes del rescate y el gobierno franc¨¦s gratific¨® a Begur por su valerosa acci¨®n de salvamento. Sus escarpadas costas, escenario de numerosos naufragios, esconden 28 yacimientos entre ellos 13 pecios de diversas ¨¦pocas.
843 yacimientos
En enero la Carta Arqueol¨®gica Subacu¨¢tica de Catalu?a ten¨ªa inventariados 843 yacimientos ¨Cunos 350 en la Costa Brava-, tras el Gloria los arque¨®logos subacu¨¢ticos del Centre d¡¯Arqueologia Subaqu¨¤tica de Catalunya (CASC), han actuado en una docena de yacimientos, cinco de los cuales no estaban inventariados. ¡°Todos los nuevos hallazgos son importantes, por el m¨¢s interesante es el barco de Salou, por in¨¦dito, no hab¨ªa documentaci¨®n sobre ¨¦l, desconoc¨ªamos su posible existencia¡±, se?ala Geli. Se han hallado restos desmembrados de un barco de madera, con dos ca?ones incluidos, que los expertos relacionan con un barco de guerra que se hundi¨® en la zona a finales del S.XVIII, del que desconoc¨ªan su existencia. En la Costa Brava tambi¨¦n han documentado y protegido en Platja d¡¯Aro fragmentos de un barco de madera datado del siglo XX del que no se ha encontrado informaci¨®n hist¨®rica. En l¡¯Estartit gran cantidad de munici¨®n, desde balas de ca?¨®n a balas de plomo de fusil, lanzada de tierra y han encontrado piezas aisladas en l¡¯Escala, Tossa de Mar y Sant Feliu de Gu¨ªxols.
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