Los salones del c¨®mic y el manga piden ayuda institucional

Los salones del C¨®mic y del Manga de Barcelona son los mayores de Espa?a y los segundos de Europa (tras los de Angulema y la Japan Expo de Par¨ªs, respectivamente). Pero su grandeza (112.000 y 152.000 visitantes el a?o pasado) est¨¢ siendo, por la pandemia de coronavirus, su desgracia: suspendido el primero en primavera y desplazado a un frugal evento virtual el segundo el pasado octubre, la p¨¦rdida de ingresos en 2020 ha sido del 95%, lo que deja en situaci¨®n muy delicada tanto la celebraci¨®n de los salones como a la propia entidad organizadora, Ficomic. Con sus siete trabajadores en Expediente de Regulaci¨®n Temporal de Empleo (ERTE) y tramitando un cr¨¦dito bancario, la entidad sin ¨¢nimo de lucro responsable de ambos eventos ha iniciado conversaciones informales con Generalitat y Ayuntamiento para buscar f¨®rmulas de financiaci¨®n y formatos para 2021, con la esperanza de retomar los salones con todo su esplendor en 2022.

¡°No podemos permitirnos no hacer nada el a?o que viene, pero sin ayuda institucional ser¨¢ imposible; nuestros salones son, por definici¨®n, de masas: congregan a mucha gente, los expositores son muy grandes y hay muchos invitados nacionales y extranjeros¡­Es muy improbable que en 2021 podamos hacer ni el del Manga, a 12 meses vista, y cualquier formato no nos sirve, como s¨ª le ocurre a otros sectores del mundo editorial¡±, apunta Meritxell Puig, directora general de Ficomic. La entidad fue creada en 1989, est¨¢ compuesta por los gremios de editores, distribuidores y libreros de Catalu?a y se autofinancia con los ingresos que generan ambos salones.

La jibarizaci¨®n de los salones es compleja: C¨®mic Barcelona alberg¨® el a?o pasado a 180 expositores en 52.000 metros cuadrados y requiri¨® de casi un mill¨®n de euros de presupuesto; Manga Barcelona moviliz¨® a 121 expositores (de mayor volumen) en 78.000 metros cuadrados, con una partida de casi 1,5 millones de euros. Ambos se celebraron en una Fira de Barcelona que, hoy, ¡°est¨¢ cerrada y no sabemos c¨®mo estar¨¢ en primavera¡±, recuerda Puig.

La responsable est¨¢ analizando ya una lista de espacios, mayormente al aire libre, que pudieran acoger una versi¨®n ¡°relativamente reducida¡± de la convocatoria de C¨®mic, que se retrasar¨ªa ¡°a mayo o junio¡±. Pero todos los escenarios est¨¢n abiertos: desde un Moll de la Fusta (a imagen de lo que hizo la Setmana del Llibre en Catal¨¤ en septiembre) a un doble espacio mixto (un pabell¨®n y la plaza del Univers ¡°descargada de restauraci¨®n y destinada a expositores¡± de la propia Fira de Barcelona), pasando, claro, por una edici¨®n cien por cien digital. El problema, en todos los casos, ser¨ªa el coste, que hoy la maltrecha tesorer¨ªa de Ficomic no puede asumir. ¡°Las empresas pagan por un estand del que esperan una rentabilidad, un retorno, que nosotros debemos devolver en gente; si esa gente, por restricciones sanitarias, no llega, ?cu¨¢l es el precio de eso y qui¨¦n asume los costes?¡±, plantea Puig.

Ayudas a la creaci¨®n y edici¨®n

Am¨¦n de los problemas laborales que podr¨ªa arrojar la situaci¨®n (como ya amenaza a grandes ferias del sector, como la del libro de Fr¨¢ncfort), la preocupaci¨®n mayor est¨¢ en poder realizar como sea el sal¨®n del C¨®mic por ¡°el componente cultural y de promoci¨®n profesional que comporta¡±, recuerda Puig, una cita que ¡°siempre es deficitaria¡± y que es compensada por el margen que genera el sal¨®n del Manga, que de alg¨²n modo lo subvenciona. Pero este a?o los ingresos por el evento del c¨®mic japon¨¦s han sido ¡°pr¨¢cticamente cero: la edici¨®n digital dio para cuatro banners y un m¨ªnimo merchandising; apenas hemos recuperado un 5% de los ingresos tradicionales¡±, cifra la gestora. ¡°Est¨¢ complicado seguir adelante, pero lo intentaremos¡±, resume Puig, que, como muestra de ese esp¨ªritu, afirma que esa edici¨®n digital del Manga Barcelona ¡°nos ha abierto a m¨¢s gente, en especial de Am¨¦rica Latina: hemos tenido 35.000 visitantes diarios¡±; tambi¨¦n ha logrado posponer para 2022 otra notable exposici¨®n de tem¨¢tica japonesa como la que se pudo ver en el MNAC dedicada al gran mangaka Osamu Tezuka. ¡°No somos un gran mercado para Jap¨®n, pero nos respetan mucho profesionalmente y nos tratan con exquisitez¡±.

Conscientes de la fragilidad del c¨®mic aut¨®ctono, Generalitat y editores ultiman una l¨ªnea de ayuda a la creaci¨®n y producci¨®n a trav¨¦s del Instituto Catal¨¢n de Empresas Culturales. Las cifras lo convierten casi en urgente: en 2018, en Catalu?a se publicaron solo 64 c¨®mics en catal¨¢n, un 0,4% de la producci¨®n, frente a los 11.000 en castellano. ¡°Es una oferta muy baja que, por un lado, dificulta poder pagar a los muchos y buenos creadores de Catalu?a, que acaban trabajando en otras lenguas y para otros pa¨ªses; por otro, somos poco competitivos en un g¨¦nero clave para los adolescentes, justo en esa franja donde suelen dejar de leer en catal¨¢n¡±, asegura Montse Ayats, presidenta de Editors.cat, que agrupa a los sellos que editan en esa lengua. A la escasez de oferta se a?adir¨ªa, seg¨²n la misma fuente, la de la diversidad tem¨¢tica, mayormente centrada en ¡°una l¨ªnea hist¨®rico-patri¨®tica, que puede estar bien, pero que es poco internacional; habr¨ªa que ampliar el abanico a temas y estilos m¨¢s contempor¨¢neos¡±.

Sant Jordi ¡®perimetrado¡¯ y cita fija en julio

Las estrecheces econ¨®micas est¨¢n forzando la necesidad de convocar como sea los eventos clave del mundo de libro. As¨ª, tambi¨¦n oficiosamente, han empezado ya las negociaciones del sector con Ayuntamiento y Generalitat para la diada de Sant Jordi de abril. Que la fiesta concentre unos 22 millones de euros de facturaci¨®n hace que sea ¡°una cita clave que en 2021 hay que hacer s¨ª o s¨ª¡±, admite Montse Ayats desde Editors.cat. El escenario de una zona perimetrada en un paseo de Gr¨¤cia cortado al tr¨¢fico planteado para el Sant Jordi de verano del pasado 23 de julio, pero que la pandemia acab¨® abortando, es el punto de partida, junto a las librer¨ªas abiertas. Precisamente, que en aquella jornada veraniega se llegara a facturar cerca de un 25% de un Sant Jordi cl¨¢sico (m¨¢s de cinco millones de euros) ha determinado al sector a ¡°hacer en 2021 alguna cosa para esas fechas¡±, seg¨²n Patrici Tixis, presidente de la Cambra del Llibre de Catalunya, consolidando as¨ª una nueva celebraci¨®n fija. Ante una primera idea de reproducir a peque?a escala el 23 de abril que parte del sector no ve sostenible econ¨®micamente por log¨ªstica y nuevos descuentos, cobrar¨ªa ahora m¨¢s fuerza una especie de Noche de las Librer¨ªas, a imagen de la que ya hacen los museos, y a la que podr¨ªan a?adirse las bibliotecas, seg¨²n baraja la Generalitat.